«Lo que tengáis que copiar de otros, tened cuidado y cambiad algo de la descripción»

Todo esto dio pie a un concurso «manipulado» en el que, paradójicamente, se optó por la oferta que planteaba un coste más caro para el trabajo. Este tipo de licitaciones son de carácter obligatorio siempre y cuando se trate de un trabajo financiado con fondos públicos. En este caso, los 30 millones de euros con los que se pagó la obra llegaron desde el Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón (IRMC).

También se apunta como prueba que «la ponderación de los parámetros no es proporcional con el objeto del proyecto». En otras palabras, llama la atención que se dé más peso en la puntuación final al centro de hidroterapia antes que a las calidades o al proyecto en su conjunto. En los criterios subjetivos, Alcedo de los Caballeros obtuvo una «gran ventaja» respecto al resto de empresas. También resulta llamativo que a la hora de comparar los presupuestos, Alcedo de los Caballeros obtiene la mejor puntuación pese a que su estimación de costes (26,9 millones de euros) es, de largo, la oferta más cara de todas. El precio por el que fue licitado, además fue modificado ya durante el primer mes. En concreto, se realiza un modificado en el presupuesto de casi dos millones de euros adicionales.