En su último día como ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell se salió del carril para romper el silencio que impera en el seno del PSOE durante las negociaciones de investidura y lamentar que estas dependan de la abstención de los 13 diputados de ERC ... , cuyo líder, Oriol Junqueras, se encuentra cumpliendo condena en prisión tras la sentencia del 'procés'. «Es una situación anómala», reconoció este viernes en una entrevista en Onda Cero. También aprovechó para situar la pelota en el tejado del Partido Popular, a cuyo líder, Pablo Casado, considera culpable de esta situación porque «no quiere de ninguna manera» facilitar la investidura de Pedro Sánchez y les «obliga» a negociar con los soberanistas, a los que define como «nacionalismo irredento» que están en «las antípodas de una postura progresista».
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Sin embargo, el ministro saliente es consciente de la aritmética parlamentaria -«es la que es», señala-, la situación en la que se encuentran las negociaciones y el daño que podría causar una nueva repetición de elecciones. «Si su abstención permite conformar una mayoría que forme gobierno, en peores plazas hemos toreado», confesó.
Negociaciones de investidura
«Errores y algún acierto»
Borrell, que ha sido sustituido en la cartera de Exteriores por Margarita Robles -quien seguirá compaginando el puesto con el de ministra de Defensa hasta que se forme gobierno-, tomará este domingo las riendas de su nuevo cargo como alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Este viernes, a modo de despedida, quiso reunir a todos los diplomáticos y funcionarios del Departamento para agradecerles el camino que han compartido desde su llegada al gabinete de Sánchez en junio de 2018. «Soy catalán, soy español y soy europeo, y siento las tres identidades que son complementarias, compatibles y mutuamente enriquecedoras, y me estremezco cuando alguien dice que es incompatible ser catalán con ser español», dijo en su despedida del Ministerio.
Borrell reconoció que habrá podido cometer «errores y algún acierto» en su labor como jefe de la diplomacia española, pero que «voluntad y empeño no han faltado» y que su recorrido este último año y medio en Exteriores ha sido una «experiencia especialmente enriquecedora».
De hecho, confiesa que el de ministro es uno de los cargos que más le ha costado dejar y que, desde Bruselas, «seguirá preocupado por esta gran nación».
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