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andrés suárez
Oviedo
Sábado, 4 de mayo 2019, 02:30
El PP asturiano afronta las autonómicas y municipales del día 26 con un regusto amargo. El comité ejecutivo celebrado el jueves, que evidenció a las claras la fractura en dos sectores, entre quienes respaldan a la dirección regional y a su presidenta, Mercedes Fernández ... , y quienes arropan a la candidata al Principado, Teresa Mallada, sumió al partido en un estado de incertidumbre y desconcierto en el momento más inoportuno. Entre cargos regionales y locales cunde el temor a que la crisis penalice las opciones de obtener un buen resultado en las urnas. Mientras los más optimistas creen que hay margen para revertir la situación, quienes ven el vaso medio vacío alertan del riesgo de un 'sorpasso' de Ciudadanos que provocaría un cataclismo de impredecibles consecuencias.
Muchos de los dirigentes locales y regionales que acudieron al comité rumiaban ayer las consecuencias que puede tener la fractura que su desarrollo dejó a la vista. 'Cherinistas' y 'malladistas' se echan en cara las responsabilidades de que el conflicto reverdezca laureles, y la preocupación se hace visible entre quienes van en las candidaturas con las que el PP compite el 26-M. «¿Cómo convencer a los asturianos de que somos los adecuados para gobernar la comunidad o un ayuntamiento cuando somos incapaces de gobernarnos a nosotros mismos?», lamentaba un concejal.
En las reflexiones de ayer imperaban las apelaciones a una unidad «de mínimos» que permita llegar al día 26 en las mejores condiciones posibles, aunque todos los actores implicados asumen la complejidad de reconducir la situación. Los afines a Mallada dicen que «si se hacen las cosas bien» hay margen de maniobra porque, reflexionan desde su núcleo duro, Vox va a experimentar una tendencia a la baja respecto de las generales y el PSOE ya no podrá aprovechar como el 28-A el mensaje del 'que viene la ultraderecha'. Entienden, asimismo, que desde la dirección regional no se está haciendo otra cosa que «obstaculizar» la campaña.
Pero quienes intervinieron en el comité ejecutivo en defensa de las tesis de la dirección ofrecen una opinión bien distinta. Sostienen que el proceder de la candidata y los suyos en estos meses ha ido «de humillación en humillación» a la cúpula y singularmente a la presidenta, y que no se ha hecho «ni el más mínimo esfuerzo» por arreglar las cosas. La candidatura autonómica, en la que constatan un «nulo esfuerzo de integración», se pone como uno de los ejemplos. «El destrozo interno que han supuesto las decisiones en Asturias de la dirección nacional tardará años en repararse», opinaba un veterano y destacado dirigente.
En el comité en cuestión hubo intervenciones duras, muy duras. Varios de los asistentes coinciden en señalar como una de las más contundentes la del líder del PP en Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, que habló abiertamente de «fractura» en la organización y que llegó a decir que o las cosas cambian «o vamos camino de no tener partido».
Caunedo se refirió a la rumorología que desde la mañana del jueves recorrió el PP sobre un hipotético nombramiento por parte de Mercedes Fernández de un nuevo secretario general, con los nombres de David Medina o Mariano Marín sobre la mesa. Según varios asistentes, que leyeron sus palabras como un reproche a algunos 'malladistas', Caunedo tildó de «vergonzoso» que en el partido haya quien promueva «intrigas de patio de colegio». La propia Fernández negó ningún nombramiento y dio a entender que Luis Venta recuperará el cargo si sale bien parado de la derivada judicial del 'caso de los anónimos'.
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