Argelia desbloquea el comercio con España dos años después de la crisis por el Sáhara

El deshielo no ha llegado, sin embargo, precedido de la pompa diplomática reservada a las grandes ocasiones. Fue una circular que el Banco Central argelino envió el miércoles a las entidades financieras del país –y que pasó casi desapercibida en Madrid– la que volvió a dar luz verde a la normalización de las relaciones comerciales con España. «Las operaciones de domiciliación bancaria del comercio exterior desde y hacia España deberán ser tratadas conforme a la reglamentación de cambios en vigor», zanjaba el documento.

De forma algo críptica, esta instrucción supone de facto la revocación de la congelación dictada el 9 de junio de 2022 por la Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras (Abef) sobre las domiciliaciones bancarias para operaciones de comercio exterior de productos desde y hacia España. Las exportaciones hacia Argelia se habían hundido al pasar desde los 3.696 millones de euros de 2014 a los 332 millones de 2023.

«Es el desbloqueo total», celebraba en el diario 'L'Algérie Aujourd'hui' el presidente del Círculo de Comercio e Industria Argelino-Español (CCIAE), Djamel Eddine Bouabdallá. «Ha habido un retorno progresivo de las relaciones entre Argelia y España desde hace más de un año», recordaba el empresario, un extremo que certifican las entidades bancarias españolas consultadas por este periódico. En el Ministerio de Asuntos Exteriores, en cambio, preferían mantener la cautela y este jueves evitaban aún comentar el movimiento.

Este no ha sido el primer paso hacia la normalización de las relaciones. Las relaciones entre los dos países empezaron a normalizarse con el nombramiento a finales de 2023 de un nuevo embajador argelino en Madrid, Abdelfetá Dagmum, quien presentó cartas credenciales en agosto. Antes, en enero, la autoridades argelinas ya desbloquearon en la importación de productos avícolas desde España, lo que se interpretó por el Ministerio de Asuntos Exteriores como un claro gesto. De hecho, un mes más tarde, el 11 de febrero, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, fue invitado a Argel por su homólogo, Ahmed Attaf. El encuentro iba a servir para a dar carpetazo a la crisis diplomática, pero todo se torció en el último momento. Apenas doce horas antes de que partiera la comitiva española desde Madrid, el Palacio de Santa Cruz informaba a los periodistas invitados al viaje –entre ellos este periódico– que la visita se habían cancelado «por motivos de agenda argelina», una justificación que hizo saltar todas las alarmas.

Con la decisión argelina de retomar las relaciones comerciales con España no quedan obstáculos para que ambas naciones escenifiquen en una visita de Estado el fin de la crisis diplomática. Si se alcanza, Albares podría presumir de recuperar el equilibrio en el Magreb al mantener zanjadas las discrepancias abiertas en los últimos años con Marruecos y Argelia.

Una situación de la que no puede presumir Francia. El Gobierno de Tebún ha impuesto, paralelamente, restricciones al comercio con su exmetrópoli después del acercamiento de Emmanuel Macron a Marruecos. La prensa argelina acusa a París de «pisotear descaradamente» el derecho internacional por su acercamiento al plan marroquí para el Sáhara Occidental.

En julio, Macron visitó a Mohamed VIpara brindar el apoyo de Francia a la marroquinidad del Sáhara y prometer apoyar a Rabat en esta cuestión a nivel internacional.