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El primer barómetro de este año del CEO (el CIS catalán) deparó ayer malas noticias para Carles Puigdemont. La primera: el PSC se consolida en la primera posición en la política catalana y, siete meses después de su investidura, Salvador Illa aún tiene margen de crecimiento. Los socialistas son la fuerza de referencia en Cataluña. Segunda: Junts va a la baja. Tercera: el independentismo se hunde. Y cuarta: a los postconvergentes les ha salido un duro rival en el flanco independentista, de tintes islamófobos y de extrema derecha. El sondeo del organismo de la Generalitat que realiza las encuestas públicas otorgó entre 8 y 10 escaños a Aliança Catalana, cuando en las elecciones autonómicas de hace casi un año obtuvo dos, en su estreno en la Cámara catalana. El partido de Puigdemont tiene ahora 35 escaños y podría descender a 27 o 29. Lo que gana Orriols lo pierde el expresident. El PSC tiene 42 y podría subir un parlamentario.
Hace tiempo que en Junts temen el ascenso de la formación ultra liderada por Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll (Girona). De ahí que hayan endurecido su discurso sobre migración y seguridad. Junts tiene un problema con Aliança Catalana y pactó con el PSOE una delegación de las competencias de inmigración a la Generalitat. Ni así han conseguido los junteros frenar a la extrema derecha secesionista, que si sigue creciendo amenaza a los junteros con estar una larga temporada en la oposición, porque ERC y la CUP nunca participarán en una fórmula de investidura con la ultraderecha nacionalista. En Junts, casi nunca valoran las encuestas. Puigdemont lo hizo ayer para cargar contra el CEO: «Los sondeos se han convertido desde hace tiempo en una herramienta para la propaganda política», dijo y acusó a los socialistas de alimentar el acenso de la extrema derecha.
Este último barómetro del CEO se realizó entre el 14 de febrero y el 14 de marzo, en el periodo temporal en el que se firmó el acuerdo entre el PSOE y Junts para la delegación de competencias de inmigración y también en plena polémica sobre la moción de censura fallida de Ripoll para intentar descabalgar a Orriols de la alcaldía.
Según el centro de estudios de opinión, Esquerra empieza a recuperarse tras cerrar su crisis interna, con la reelección de Junqueras. Los republicanos pasaron de la presidencia del Govern y 33 escaños a 20 diputados. Hoy, podrían sumar 23.
La encuesta de la Generalitat concluye además que el apoyo a la independencia cae de manera progresiva, hasta situarse en niveles previos no ya al 'procés' sino a la sentencia del Estatuto, en 2010, que algunos colocan como la chispa que disparó el desafío secesionista. Así, el 38% de los catalanes está a favor de la independencia, el apoyo más bajo en más de década y media. En cambio, el 54% está en contra. Estos 16 puntos porcentuales son la mayor diferencia entre las dos posiciones de la serie histórica.
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