Garzón e IU de Asturias se dan una tregua temporal y aparcan la hipótesis de una escisión

«IU federal da por cerrada la crisis con Asturias», apuntaron a primera hora de la mañana fuentes de la dirección, dando así cuenta de la satisfacción con que se encajó la decisión de Llamazares de echarse a un lado, dejar su escaño en la Junta General y, sobre todo, no presentarse a las primarias. «Ya no hay conflicto con IU de Asturias», abundaron estas fuentes, trasladando el mensaje de que la situación cambia radicalmente y poniendo sobre la mesa un triple razonamiento: la federación tiene autonomía política «y cualquier candidato o candidata es válido», Garzón participará en la campaña electoral si desde el Principado así se le pide, y se buscarán fórmulas para integrar a Izquierda Unida de Asturias en la dirección federal «para estrechar lazos y facilitar la comunicación».

Horas más tarde, el propio Garzón, en los pasillos del Congreso, visibilizó sin disimulo esa satisfacción. «La situación en Asturias está absolutamente normalizada, la única anomalía era la de Llamazares», anotó en referencia al hecho de que el hasta ahora portavoz en la Junta «estuviera al mismo tiempo en dos partidos políticos».

Garzón fue más allá y llegó a comparar la situación de Llamazares con la de Íñigo Errejón, que acaba de renunciar a su escaño en el Congreso, en representación de Podemos, y que se ha aliado con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para intentar asaltar el gobierno de la comunidad. «Se parecen mucho, son procesos similares», indicó el líder federal de IU en referencia al comportamiento de dirigentes que «no están cómodos» en sus formaciones políticas «e inician experiencias individuales o con una serie de personas distintas».

Con todo, la tregua entre las partes dista aún de ser definitiva. Es verdad que una parte de IU de Asturias considera que la situación se tranquiliza y que se podrá enfocar la inminente precampaña electoral en un clima de mayor concordia interna. Como también lo es que en otros ámbitos se desdeña este viraje en el discurso federal, que se enmarca en el creciente temor existente en Madrid a un posible batacazo de la confluencia con Podemos, al tiempo que en Asturias Izquierda Unida pueda resistir. De ahí que nadie dé nada por definitivamente pacificado y todo el mundo tenga un ojo puesto en los resultados de los comicios de mayo y en las consecuencias que se puedan derivar de los mismos.