Gijón
Martes, 20 de julio 2021, 13:53
El 20 de julio de 2019 llegaba a la toma de posesión de la Presidencia de una región que despegaba turísticamente y iba a vivir ese verano como el mejor de la historia sin saber que sería el último con cifras en positivo. Lo ... hacía Adrián Barbón en un acto sin distancia social, con numeroso público y sin que nadie llevara, ni imaginara que algún día llevaría a diario, mascarilla. Dos años después, el presidente del Principado hizo balance del ecuador de un mandato que se ha convertido, de la mano de la pandemia de coronavirus que paralizó el mundo desde enero de 2020, en la situación más compleja y difícil desde la Guerra Civil«. Así lo reconoció este mediodía Barbón, en un acto sin multitudes, pero con distancia social y mascarilla, en el que repasó lo ocurrido en este tiempo y destacó »la respuesta asturiana«.
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Una que ha servido para que Asturias «no esté en la quinta ola de la pandemia, sino en la cuarta», ya que afirma que «las medidas tomadas por este Gobierno evitaron que llegara esa cuarta ola que sí tuvieron otras comunidades», dijo en referencia al cierre de Asturias hasta después de Semana Santa.
Unas medidas que, reconoció, «han sido duras», pero que considera haber paliado con las ayudas a los sectores más afectados, «hemos aprobado 14.000 ayudas por valor de 40 millones y hoy mismo se abre la convocatoria para las del ocio nocturno», un sector que ha vuelto a ser cerrado en la región.
Sobre si esa «respuesta asturiana» no está funcionado en esta cuarta ola, ya que Asturias figura entre las regiones con más contagios de España y de Europa, el presidente entiende que «no podemos medir esta ola solo en términos de incidencia», ya que, aclaró «antes la incidencia se convertía en ocupación hospitalaria y muertes, pero ahora no es así». Por eso, han modificado las condiciones para entrar en fase 4+, «que incluye ocupación hospitalaria, cuando lleve a nivel 2. Si no lo hiciéramos, hoy toda Asturias estaría en esa fase»
Y, sobre todo, «han seguido nuestra premisa de salvar vidas. Nuestra mayor prioridad». Calcula que con el cierre de los geriátricos en la segunda y tercera ola, así como la limitación de movimientos, «han salvado 15.000 vidas». No, así, la del primer fallecido en Asturias por covid, Avelino Uña, para el que tuvo un emocionado recuerdo.
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Y el que se convirtió en el único nombre propio del que habló el presidente. Porque de los supuestos cambios de Gobierno que parecía iba a anunciar hoy, como la salida de la consejera de Educación, nada. «Los cambios de Gobierno se ejecutan, no se anuncian. Y no he dicho nada», zanjó.
Entre las cosas que sí dijo que que se arrepiente de no haber recomendado el uso de la mascarilla «desde el principio. Si hubiéramos sabido que era tan importante, la hubiéramos recomendado desde el primer día. Como seguimos haciendo ahora para interiores». También aplicar el sistema 4+ desde la segunda ola, que, reconoció, «nos pilló a todos desprevenidos».
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Respecto a cómo se afrontará esta «ola joven», con la sobrecarga que tiene la Atención Primaria, Barbón asumió que «será difícil» porque «hay un problema de falta de profesionales, pero no solo en Asturias, sino en toda España». Y la solución la liga al Gobierno central y al largo plazo: ampliar las plazas de MIR.
Entre los debes, las reforma del Estatuto de Autonomía, que comprometió, de nuevo «para esta legislatura hay que cumplir con la palabra dada» y la reforma «de la Administración». También lamentó que en Asturias «hayamos visto la transformación ecológica como un debate entre la resistencia o aceptarla. El mundo se muere si no vamos a ella», alertó.
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En esa línea, situó el proyecto de ArcelorMittal como «un hito que tendrá un efecto contagio en toda la industria asturiana».
Lo que sí tiene claro es que tras la recuperación sanitaria «vendrá la económica». Así, avanzó que «Asturias no puede rendirse» y citó como apoyos para «recuperar la autoestima» la llegada de Amazon, el desbloqueo de la Zalia y de la regasificadora.
Volvió a recordar «la respuesta asturiana» ante la covid para platear una igual para la economía. Porque, pese a reiterar que le ha tocado gestionar «la situación más compleja desde la Guerra Civil, Adrián Barbón tiene claro que »nunca me he arrepentido de ser el presidente de los asturianos«.
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