Fue in extremis, pero hubo acuerdo. El fantasma de la ruptura de IU de Asturias con Madrid sobrevoló durante toda la jornada, pero al final se desvaneció. La dirección regional de la coalición y la federal tomaron ayer una decisión salomónica en el ... conflicto que mantenían a cuenta de las consultas sobre las confluencias y acordaron la celebración de dos votaciones en la región: una, la convocada desde Madrid, que tendrá lugar este fin de semana y en la que se decidirá sobre el acuerdo de coalición con Podemos y Equo para las elecciones europeas de 2019 y las próximas generales; y otra, de ámbito regional, en la que los afiliados y simpatizantes de la coalición decidirán sus alianzas para las autonómicas y municipales del año que viene.
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Este acuerdo fue sellado ayer tras la reunión mantenida en la sede asturiana de Izquierda Unida, en la que participaron el secretario regional de Organización, Alejandro Suárez; Fernando Díaz Rañón, quien en su día encabezó una de las listas a la coordinación de IU de Asturias; el responsable federal de Organización, Ismael González, y representantes de las distintas familias de la coalición.
Este encuentro fue convocado después de que el lunes la Comisión Colegiada de IU de Asturias decidiera hacer caso omiso a la convocatoria de la consulta federal de este fin de semana y fijar un calendario propio. Esa decisión fue tomada por el coordinador general, Alberto Garzón, como una rebelión y, en una carta enviada a su homólogo en Asturias, Ramón Argüelles, amenazó con intervenir la federación asturiana si este fin de semana no había urnas en las sedes de la región.
Esa posibilidad añadió aún más las difíciles relaciones entre IU de Asturias, donde es mayoritaria la opción contraria a la coalición con Podemos, y la dirección federal. El mismo día que se hizo pública la carta de Garzón, el secretario de Organización de Asturias, Alejandro Suárez, dejó claro al líder de la coalición de que en Asturias no habría marcha atrás y que mantendría su propio calendario de consultas.
Ayer, tras más de dos horas de reunión con el responsable federal de Organización, se alcanzó un acuerdo. En el documento suscrito se anuncia que el próximo domingo se instalarán urnas en las sedes de la coalición en Asturias «que la militancia decida «sobre la conveniencia de avanzar en la confluencia política y electoral». De la misma forma, IU de Asturias fijará sus posibles alianzas electorales en los ámbitos municipal y autonómico a través de consultas propias o de sus órganos de dirección «en su ámbito territorial de competencia». O lo que es lo mismo, IU de Asturias decidirá si se presenta en solitario o en coalición con otra organización independientemente de que Izquierda Unida lo haga con Podemos y Equo a nivel nacional.
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El acuerdo suscrito no es más que un claro en la tormenta. Porque la solución salomónica adoptada ayer evita una más que hipotética ruptura inmediata entre IU de Asturias y la federal. Pero la amenaza sigue existiendo. El modelo de partido aprobado en la Asamblea Político y Social, que contempla su transformación en movimiento político y social y la disolución de las federaciones con identidad jurídica propia, como la asturiana, es el principal caballo de batalla. E IU de Asturias, como ya quedó refrendado en todas las decisiones colegiadas, no está dispuesta a perder su soberanía jurídica. «Solo es cuestión de tiempo que vuelva a haber un choque de trenes», afirmó ayer un dirigente de la coalición
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