El abogado tranquilo, amante del running y la fotografía

Mariano Marín forma parte de una destacada saga de arquitectos: es hijo de Mariano Marín Rodríguez-Rivas; Mariano Marín de la Viña era su abuelo y Mariano Marín Magallón, su bisabuelo. Algunos destacados edificios y espacios de Gijón llevan la firma de estos tres arquitectos, como el Teatro Jovellanos, el Club Tenis Gijón, o el Martillo de Capua, obras de su bisabuelo. Pero Mariano Marín Albi, el «hombre tranquilo», como lo definen sus amigos, «y demasiado tímido», apuntan, no quiso continuar con la profesión de sus ancestros y optó por hacerse abogado. En 1985 abre su despacho en un edificio diseñado por su padre, el número 14 de la plaza de Europa. Un despacho al que acudió esta mañana para adelantar y organizar el trabajo, ante su nueva función como delegado de Gobierno.

Nacido en Gijón hace 55 años, el presidente del PP gijonés y nuevo delegado del Gobierno inició sus estudios en La Corolla. Se trasladó con su familia a Madrid, pero tras una breve estancia en la capital de España regresó a la villa de Jovellanos y prosiguió sus estudios en Los Robles, hasta matricularse en la facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo.

Casado, en 1991 en la iglesia de Deva y sin hijos, pertenece al Rotary Club y a la Corte de Arbitraje. Entre sus principales aficiones destacan viajar, la fotografía y el deporte: practica el running y pilates. Desde 2015 es presidente del PP de Gijón, tras imponerse en congreso que estuvo marcado por la polémica por el censo electoral. Es un hombre de confianza de Mercedes Fernández forma parte del Comité Regional del partido.