El geriátrico de Felechosa sufre aún defectos constructivos y de acabados

El Montepío de la Minería está en el foco del proceso en marcha contra José Ángel Fernández Villa y su antiguo lugarteniente, José Antonio Postigo, por el enriquecimiento irregular que ambos podrían haber obtenido a través de una gestión irregular de las obras del geriátrico que la mutualidad tiene en Felechosa.

Una ambiciosa y costosísima obra que, hoy por hoy, es la joya de la corona del Montepío, pero que en sus cuatro primeros años de funcionamiento, cuando Postigo estaba aún en la presidencia del Montepío, acumuló hasta 2,87 millones de euros de pérdidas. Según la actual dirección, esto se debe a que ha habido «desde demandas por incumplimientos en las calidades y acabados de las obras que hemos tenido que realizar contra la adjudicataria del proyecto (Alcedo de los Caballeros, cuyo propietario, Juan Carlos Fernández, está en libertad con cargos por la 'operación Hulla') hasta el sostenimiento de la deuda de 3,3 millones de euros de fondos mineros que el Ministerio de industria aún mantiene bloqueados por la última certificación no abonada».

De hecho, la actual dirección del Montepío mantiene una demanda judicial contra Alcedo de los Caballeros por la que le reclama 1,9 millones de euros por las obras mal ejecutadas, no efectuadas o con materiales de calidades inferiores a las pactadas que siguen generando problemas la residencia (humedades y otros fallos en áreas comunes), lo que al margen de suponer buena parte de la investigación que la Unidad Central Operativa está llevando a cabo sobre el presunto enriquecimiento ilícito de José Ángel Fernández Villa y Postigo, entre otros, está también detrás de los resultados económicos negativos que la residencia aportó, bajo el mandato de Postigo en el Montepío y circunstancialmente con el hijo de Villa, Rolando Fernández, en la dirección del geriátrico durante sus primeros años de actividad. La UCO de la Guardia Civil no solo investiga los sobrecostes, sino también el proceso de cesión de los terrenos en los que se ubica el geriátrico, de los que la mayor parte correspondieron a una venta del Ayuntamiento de Mieres al de Aller y una cesión de éste al Montepío, pero en la que también hubo expropiaciones a particulares.

Tras el relevo en la presidencia de la mutualidad, la residencia allerana se ha encaminado a la senda de los beneficios. En 2016 fueron unos modestos 30.000 euros, más importantes por lo simbólico que por lo económico. Esa cifra fue superada ya en los tres primeros meses de 2017, en los que obtuvo unos beneficios de 30.993 euros.

Tres años en beneficios

De hecho, el Montepío de la Minería, como entidad, obtuvo resultados positivos a lo largo del último trienio, tras el cambio en la gestión al relevar Juan José González Pulgar a Postigo. Para ello, se ha incrementado notablemente la actividad y, consecuentemente, la cifra de negocio (12,41 millones de euros y un crecimiento de casi el 7% en el último ejercicio completo) y se ha llegado a convenios con el ERA para sumar usuarios para los servicios geriátricos y con el SESPA para la utilización de las unidades de rehabilitación que ofrece el geriátrico allerano, que incluso ha tenido que ampliar su plantel de profesionales.

Con todo, Pulgar apunta que «los convenios vienen muy bien porque aportan carga de trabajo, aunque con los precios acordados apenas sirve para cubrir los gastos generales que ocasionan». Lo importante, en este sentido, es mantener un alto nivel de ocupación del geriátrico. Y esto se está consiguiendo, con una media de entre el 80% y el 85% de las plazas disponibles en los últimos meses. Además, la actual dirección del geriátrico lo ha abierto a actividades de día para los vecinos del entorno, de forma que «funciona como una comunidad abierta, como un centro social del Alto Aller, con actividades físicas y de animación variadas.

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