ramón gorriarán
Lunes, 10 de abril 2017, 09:25
El corazón de Carme Chacón se hartó de latir este domingo al mediodía. Estaba sola en su casa de Madrid, debió sentirse mal y se tumbó en la cama. Ya no se levantó. Su exmarido, Miguel Barroso, estaba en Denia con el hijo de ambos, también Miguel y de nueve años. Le había llamado varias veces, pero no contestaba y llamó a los servicios de emergencia. Allí, acostada, la encontraron el domingo a las 19:30 horas. Llevaba siete horas muerta, según el médico que certificó la defunción. La dirigente socialista, exministra de Defensa, de Vivienda y casi líder del partido, tenía 46 años.
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La capilla ardiente se encuentra en la sede del PSOE de la calle Ferraz, en Madrid. A primeras horas de la mañana militantes y dirigentes del partido aguardaban en la entrada para darle el último adiós a su compañera. La campaña para las primarias se ha suspendido y todos lloran la marcha de uno de los grandes iconos del PSOE en los últimos tiempos.
Los actos de homenaje arrancaron con la llegada del presidente de la gestora, Javier Fernández, que regresó de Asturias esta misma mañana. Los primeros en llegar fueron el ex vicesecretario general y ministro con Zapatero, José Blanco, junto con Juan Fernando López Aguilar.
Entre un constante goteo de coronas de flores de sus familiares, compañeros y amigos iban desfilando diferentes dirigentes socialistas: José Bono, Valeriano Gómez, Miguel Ángel Moratinos y Miguel Sebastián.
No solo para los socialistas sino para toda la política española su muerte ha sido un duro golpe. El expresidiente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha mostrado «desolado» por la muerte de su «compañera y amiga» a la que él mismo nombró ministra de Defensa. «Ha sido todo un ejemplo de lealtad, cariño y compromiso». «El vacío que ahora sentimos da la medida de la magnitud de su pérdida, para la democracia española y para todos los socialistas», aseveró.
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Por su parte, el exdirigente socialista Alfonso Guerra, que fue vicepresidente del Gobierno con Felipe González, la ha recordado como una «mujer especialmente valiente». «Fue una sorpresa, un enorme impacto, golpe, incredulidad, dolor y ahora tristeza», ha dicho sobre la noticia de su muerte. A su modo de ver, Carme Chacón se afilió al PSOE porque tenía un «compromiso fuerte con la justicia»: «Ella tenía siempre en mente que su abuelo había sido perseguido por sus ideas y quería combatir que nadie en España sea perseguida por sus ideas y ese era su compromiso».
El expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda ha expresado que Chacón deja una «huella indeleble» porque, a su juicio, era una persona «extraordinaria y generosa».
Aunque estaba casi retirada de la política desde hace dos años, era posiblemente la mujer más conocida del PSOE junto a Susana Díaz, con la que mantenía una estrecha amistad. No en vano la sevillana fue su más firme puntal en el congreso socialista de Sevilla en 2012, aquel que perdió frente Alfredo Pérez Rubalcaba por 22 votos. Ahora era al revés, la catalana apoyaba a Susana Díaz en las primarias.
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Carme Chacón sufría una cardiopatía congénita. «Tengo 35 pulsaciones por minuto, el corazón al revés, y un bloqueo auricular y ventricular completo», comentó en una entrevista en 'La Vanguardia'. Aunque desde muy niña le advirtieron que debería llevar marcapasos y una vida «muy tranquila», hizo lo contrario. No llevaba marcapasos y su vida fue de todo, menos tranquila. Jugó al baloncesto hasta los 23 años y luego entrenó a equipos infantiles. Pero para trepidante, su trayectoria política. Con 16 años se afilió a las Juventudes Socialistas, con 28 se convirtió en concejal de Esplugues de Llobregat y en el año 2000 llegó al Congreso como diputada por Barcelona y se quedó 16 años.
Entre medias fue casi todo. Ministra de Vivienda y después de Defensa, su imagen embarazada pasando revista a las tropas el día de su toma de posesión dio la vuelta al mundo. Era la primera mujer en España que llegaba a ese puesto. En el PSOE fue de las muñidoras de la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero a liderar el partido y una dirigente de referencia.
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Tanto que en 2011, cuando su jefe anunció que no se presentaba a un tercer mandato, se lanzó a por la candidatura, pero se topó con Rubalcaba, un hombre que se cruzaría muchas veces en su vida. Presionada -ella decía que no- por el propio Zapatero y otros dirigentes renunció «para no romper el partido» a presentarse a unas primarias que podía ganar y dejó el camino expedito al entonces ministro del Interior. Pero volvió a la carga en 2012 y presentó su candidatura a liderar el PSOE. En el 38 Congreso Federal celebrado en Sevilla volvió a enfrentarse con Rubalcaba. El partido se dividió por la mitad. Tenía apoyos rutilantes y el aval de federaciones importantes, parecía su hora, pero cayó derrotada por un puñado de votos.
Levantar el pie
A partir de ahí ya nada fue igual. Nunca quedó claro si por desengaño personal, político o por problemas con su «corazón al revés», el caso es que levantó el pie. Al año siguiente renunció a su escaño y se fue a dar clase a Estados Unidos, al Miami Dade College. Reapareció en 2014, se incorporó a la ejecutiva de Pedro Sánchez y fue de nuevo la número uno de la lista del PSC por Barcelona en las elecciones de 2015.
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En lo personal, sus amigos decían que llevó mal el divorcio de Miguel Barroso. En lo político, dejó el escaño del Congreso en abril de 2016 y tampoco estaba a gusto en el equipo de Sánchez. Ella era de Susana Díaz y su penúltimo acto público fue asistir al lanzamiento de la candidatura de la presidenta andaluza para las primarias socialistas. El último, guiños de la vida, fue para acudir al homenaje en el Congreso a su predecesor en Defensa, José Antonio Alonso, fallecido hace dos meses y también joven para morir a los 56 años.
Su vida ya estaba enfilada en la actividad privada. Fichó como socia de un bufete de abogados de Madrid y retomó sus clases en Miami. De esa ciudad norteamericana regresó el sábado. Su última foto en Instagram es una de nubes tomada desde el avión que le traía a Madrid.
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Primera mujer en defensa
«Es el nombramiento del que más orgulloso me siento». El 14 de abril de 2008 el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez entregó la cartera de Defensa a Carme Chacón, la primera mujer al frente del ministerio. Embarazada entonces de siete meses, su imagen dio la vuelta al mundo cuando visitó a las tropas españolas en Afganistán. Tras estar un mes y medio de baja por el nacimiento de Miquel, Chacón retomó la cartera, renovó la cúpula militar y desarrolló una intensa actividad internacional con la visita a las misiones españolas en el extranjero.
En marzo de 2009 anunció una de las decisiones más controvertidas para enfado de la OTAN, la retirada de las tropas en Kosovo, cuya independencia no es reconocida por España. Superó con satisfacción la crisis del secuestro del 'Alakrana' por la piratería somalí y presidió la retirada de las tropas en Bosnia en 2010. En clave parlamentaria, aprobó la primera ley sobre los derechos y deberes de los militares, que permitía una actividad asociativa y creaba una junta de personal. Los recortes presupuestarios por la crisis marcaron también su etapa en Defensa hasta diciembre de 2011.
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