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P. DE LAS HERAS / A. SUÁREZ
Martes, 17 de enero 2017, 03:58
Pedro Sánchez no tira la toalla. El ex líder del PSOE ha pasado tres meses, desde su dimisión el pasado 1 de octubre, sumido en una profunda reflexión sobre cuál debería ser su papel en el partido. Ahora parece dispuesto a explorar sus posibilidades, según trasladó ayer, dos días después de que Patxi López comunicara su intención de competir por la secretaría general, a algunos cuadros en los que se apoyó durante los dos años en los lideró la formación con una fuerte oposición interna. «Estoy fuerte y con ganas». Esa es la literalidad de sus palabras. «No descarto presentarme».
Al ex secretario general le han abandonado en todo este tiempo la mayoría de los secretarios regionales que, durante su mandato, pero especialmente en los momentos finales, cuando se abrió el debate sobre si debía o no dejarse gobernar al PP, estuvieron a su lado. La vasca Idoia Mendía, el catalán Miquel Iceta, el riojano César Luena o la balear Francina Armengol, que ayer mismo lo dijo públicamente en Onda Cero, creen ahora que Sánchez no es el líder que necesita el PSOE.
Es eso lo que invita a la prudencia. Aún está por ver cuántos de los pocos afines que le quedan estarían dispuestos a subirse a su barco. Algunos de sus antiguos simpatizantes advierten de que nada hará «más feliz» a Susana Díaz que saber que él se presenta, que su candidatura dividirá fuerzas y que dará a la presidenta de la Junta de Andalucía una victoria segura. Entienden que, de alguna manera, Sánchez puede sentirse «traicionado» por la actidud de los que fueron sus más estrechos colaboradores, ahora en la sala de máquinas de la candidatura del ex lendakari: Luena, que era su secretario de Organización; el que fuera coordinador de su campaña electoral, Rodolfo Ares y, sobre todo, el exportavoz en el Senado Óscar López, al que durante muchos años le ha unido una amistad personal. Sin embargo, argumentan que él mismo ha alentado con sus dudas que buscaran otro candidato.
Fiel a Sánchez se mantiene uno de sus apoyos más firmes, la asturiana Adriana Lastra. La diputada habló el pasado sábado con Patxi López, que la telefoneó después del comité federal para comunicarle su decisión de optar al liderazgo. Una conversación de la que ya informó este periódico y durante la que Lastra comunicó al político vasco de que, a la expectativa de que el ex secretario general anuncie su voluntad de concurrir o no a las primarias, continúa a su lado. Entre los 'sanchistas' asturianos, movilizados en las últimas semanas en contra de la decisión de la gestora de celebrar el congreso en junio, hay confianza en que este, al final, se decida a dar la batalla.
Sobre la existencia de uno o varios aspirantes se pronunció el presidente de la gestora y del Principado, Javier Fernández. El dirigente asturiano se mostró seguro de que la candidatura de López no busca «un apaño» con otros potenciales competidores, en particular la andaluza Susana Díaz, y pronosticó una pugna «limpia y transparente». Fernández relató que se enteró del movimiento del ex lendakari poco después del comité federal del sábado, mientras comía, y que únicamente mostró sorpresa por su premura. Dijo no saber si Sánchez o Díaz darán también el paso aunque expresó su convicción de que habrá varias candidaturas.
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