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El coordinador de IU en Asturias, Manuel González Orviz, ayer, en la sede regional de Oviedo.
La posibilidad de un acuerdo electoral con Podemos abre una brecha en IU de Asturias

La posibilidad de un acuerdo electoral con Podemos abre una brecha en IU de Asturias

Orviz apuesta por la unidad de la izquierda, aunque pone condiciones, y Llamazares habla de «disolución» y siembra dudas sobre el futuro: «Tomaré las decisiones que tenga que tomar»

ANDRÉS SUÁREZ

Viernes, 22 de abril 2016, 04:14

Se veía venir que la aproximación entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón para la conformación de una candidatura conjunta con vistas a las previsibles elecciones de junio iba a crear problemas en IU de Asturias, como ya informó este periódico el miércoles, y esa discrepancia frontal entre los dos principales referentes de la organización, Manuel González Orviz y Gaspar Llamazares, se manifestó ayer con toda su crudeza. Mientras el coordinador defendió el avance de esa confluencia, aunque encareciendo el precio del acuerdo por la vía de imponer condiciones a Podemos, el portavoz parlamentario se mostró radicalmente en contra, en la línea de lo que lleva defendiendo en las últimas semanas, y alertó del riesgo de «disolución» de Izquierda Unida. El conflicto abre ahora un escenario de incertidumbre.

Es un hecho que las cosas han cambiado mucho en los meses que han transcurrido desde el 20-D. En la fase previa a aquellos comicios Orviz defendió de forma reiterada la conveniencia de un acuerdo de la izquierda que Podemos desdeñó con términos que desde IU se interpretaron como un claro desprecio. Ahora es la formación morada, preocupada según interpretan políticos asturianos de distinto signo por el desgaste sufrido, la que corteja a Izquierda Unida para conformar una coalición con la que superar al PSOE. Entre tanto, la relación entre ambas fuerzas se ha tensado sobremanera en la Junta General, con continuos roces.

Este es el contexto en el que se presenta este revuelo interno. Aunque las posiciones de Orviz y Llamazares no extrañan a nadie dentro de IU. El portavoz en la Junta recela hace mucho del desempeño de Podemos y los litigios de estos meses de labor parlamentaria no han hecho otra cosa que alimentar esa desconfianza. Piensa que el acuerdo entre Iglesias y Garzón está cocinado en Madrid y teme que la consecuencia más directa será la «disolución» de su partido en Podemos. Una desaparición que, remarcó ayer, no tolerará en voz baja.

«Es la crónica de una disolución anunciada», indicó en los pasillos de la Junta. «Estoy de acuerdo en colaborar, pero no en que IU se disuelva y pierda su identidad», apostilló. «Es un grave error y un mal negocio», remachó, convencido de que Podemos busca los votos de la coalición para paliar el desgaste sufrido en los meses que han transcurrido desde el 20 de diciembre. El objetivo, «modesto y flaco», es superar al PSOE cuando en realidad, con los nuevos comicios, se acabará dando otra oportunidad de gobierno a la derecha.

Llamazares y la corriente que lidera, Izquierda Abierta, no se van a quedar callados en esta marejada, pero siempre en clave nacional y no regional. El portavoz avanzó la apertura de un proceso de reflexión interna y, llegado el momento, «tomaremos las decisiones que tengamos que tomar» para, anotó, evitar la desaparición de ese espacio a la izquierda que hoy representa IU.

Las opiniones de Llamazares son respetables, explicó más tarde Orviz en una comparecencia en la sede regional, pero no representan la voz de IU, ni la autorizada ni la mayoritaria, apuntó. El coordinador siempre se ha mostrado partidario de la confluencia con Podemos y ayer mantuvo el discurso, aunque, en vista de lo que han cambiado las cosas, se esforzó por dejar claro que a la formación morada el acuerdo no le va a salir gratis. Evidenció que se siente en una posición de fuerza para negociar y puso condiciones: las siglas de IU se mantendrán en un hipotético acuerdo; será IU, sin interferencias de Podemos, quien elegirá a sus candidatos en unas listas conjuntas; y será un pacto federal, en todo el país, no parcial. Dijo, por cierto, estar «a disposición» de la dirección federal ante la hipótesis de repetir como candidato.

«IU no se plantea ni su disolución ni su desaparición», sentenció Orviz, que intentó trasladar el mensaje de que no habrá guerra interna. «Gaspar es un valor, estoy seguro de que los dos seguiremos formando parte del proyecto», destacó.

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