Diego Torres, durante el juicio.

Torres se hunde en el interrogatorio sobre la infanta Cristina

Melchor Sáiz-Pardo

Jueves, 25 de febrero 2016, 09:52

Diego Torres, por primera vez, se hunde. El exsocio de Iñaki Urdangarin, muy nervioso y tras varias contradicciones, finalmente se ha negado a contestar más preguntas de Manos Limpias, que había centrado su interrogatorio en el papel de la infanta de Cristina en todo el entramado.

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Han sido momentos muy tensos en los que la Fiscalía y las defensas del propio Torres y de Cristina de Borbón han intentado frenar el interrogatorio de la letrada Virginia López-Negrete. Tensión hasta el punto de que la presidenta de la sala, Samantha Romero, ha hecho una declaración solemne: "El tribunal va a blindar su independencia y va a actuar conforme a la Constitución y las normas que le vinculan". Tras esta frase, dando vía verde a que Manos Limpias llegara hasta donde quisiera, Torres, por primera vez, se ha negado a seguir contestando.

Antes, Torres había incurrido en la primera contradición. Había dicho en primera instancia "desconocer" hasta qué punto la hermana del Rey estaba al tanto de los negocios de Nóos. Sin embargo, en su declaración en instrucción el 6 de febrero de 2013, había dicho que "evidentemente" la infanta y la Casa Real sabía todo lo que pasaba en Nóos. Vuelto a preguntar, con el amparo del tribunal, Torres se ha puesto evidentemente nervioso. "No puedo saber a ciencia cierta lo que conoce otra persona", ha sido su respuesta evasiva.

"¿Ha llegado usted a algún pacto?" le ha espetado la letrada del sindicato, en clara referencia a las informaciones que apuntan a que tiene un acuerdo con Iñaki Urdangarin para salvar a las esposas de ambos.

"¿La inclusión de la infanta fue un 'gancho' para captar contratos?", ha preguntado la abogada de Manos Limpias, Virginia López-Negrete. "No, de ninguna manera", ha sido la respuesta de Diego Torres.

La letrada de Manos Limpias ha centrado buena parte de su interrogatorio al exsocio de Urdangarin sobre el papel de Cristina de Borbón en Nóos, lo que ha provocado la inmediata queja de la defensa de la imputada y de la Fiscalía, convertida una vez más en defensa de la hermana del jefe del Estado. Ambas partes han tratado de que el tribunal considerara "impertinentes" algunas preguntas porque la infanta está imputada por los delitos fiscales de Aizoon, la empresa que comparte con su marido, y no por el Instituto Nóos. Sin embargo, la sala ha rechazado la pretensión de Anticorrupción de frenar las incómodas preguntas de López-Negrete.

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"No fue la lista de contactos de Iñaki Urdangarin" y tampoco su vinculación con la Casa Real lo que -según Torres- le impulsó a asociarse con el yerno de Juan Carlos I, sino sus contactos con el mundo del deporte internacional.

Torres ha vuelto a poner en su punto de mira a la Casa Real y, en particular, en el secretario de las infantas, Carlos García-Revenga, del que ha dicho que no solo supervisaba los trabajos de Nóos, sino que además hacía labores para el instituto, como contactar con proveedores externos.

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Facturas dobles

La berroqueña defensa de Diego Torre comienza a desmoronarse en el tercer día de su declaración. El exsocio de Iñaki Urdangarin se ha negado a explicar por qué el Instituto Nóos cargó las mismas facturas (por los mismos servicios) para hinchar los presupuestos de los Illes Balears Forum (2005-2006) y Valencia Summit (2004, 2005 y 2006) por los que las administraciones públicas pagaron más de cinco millones de euros.

El exvicepresidente de Nóos ha alegado para no explicar esa supuesta doble imputación el hecho de que esas facturas aparecieron en unos archivadores durante unos registros, pero que no se imputaron todas como gastos y no sabría distinguir cuáles son buenas y cuáles no. Torres ha exigido que se le muestren solo las facturas incorporadas a sus informes, petición a la que se ha negado la Abogacía de Baleares, que ha insistido en enseñarle uno a uno esos documentos de supuestos proveedores de Nóos.

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En muchas de las ocasiones, esos proveedores eran amigos personales de los dirigentes del Instituto Nóos o las propias empresas del entramado. En cualquier caso, Diego Torres ha sostenido que esas facturas siempre se correspondían a "servicios reales prestados".

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