Agustín Iglesias Caunedo muestra un documento con movimientos de su cuenta bancaria. Permitió a los medios consultarlo brevemente, pero no entregó copia.

Caunedo alega que no hay pruebas en su contra, denuncia una «caza» y no dimitirá

Muestra extractos de su tarjeta de gastos en EE UU que no incluyen hoteles ni desplazamientos

ANDRÉS SUÁREZ

Miércoles, 4 de noviembre 2015, 00:22

La plana mayor del PP asturiano hubiera suspirado de alivio si ayer, a las once de la mañana, Agustín Iglesias Caunedo hubiese anunciado su dimisión por su supuesta vinculación con el 'caso Pokemon'. Quería que así sucediera, pero, en el fondo, tenía pocas esperanzas. Y, efectivamente, esa renuncia no se produjo. El ex alcalde de Oviedo y actual portavoz municipal y presidente local salió a escena para defender su inocencia, dijo ser víctima de una «caza» que busca dañar tanto a su persona como a su partido a mes y medio de las generales y remarcó que no tiene intención alguna de apartarse, de dar un paso a un lado. «No tengo nada de lo que avergonzarme, tengo la conciencia tranquila», remarcó. Caunedo mostró un documento con extractos de su tarjeta relativos a uno de los viajes objeto de la polémica, a EE UU, para defender que asumió los gastos correspondientes, aunque los datos en cuestión no incluyen ni los desplazamientos ni los hoteles.

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Compareció Caunedo en un hotel ovetense con extraordinaria puntualidad -cinco minutos antes de la hora prevista ya estaba en el atril- y con la presión que sobre sus espaldas había depositado el día anterior la presidenta regional del PP, Mercedes Fernández, que le exigió explicaciones «convincentes y documentadas» bajo la amenaza de actuar en caso de dejar sombra de duda sobre el pago de tres viajes a Nueva York, Florida y Croacia que, sospecha la juez del 'caso Pokemon', podría haber financiado Aquagest a través del conseguidor de la trama, Joaquín Fernández. El ex regidor ovetense lo negó todo y defendió vehementemente su inocencia.

La presidenta popular había pedido a Caunedo documentos que probasen que pagó los viajes en cuestión y este lo hizo, pero parcialmente. Presentó datos de su cuenta bancaria correspondientes a uno de los desplazamientos a Estados Unidos que incluyen cargos de su tarjeta por 3.000 dólares relativos a entradas al Guggenheim, compras en establecimientos, comidas y entradas a un partido de la NBA. Pero solo los mostró durante unos segundos y no entregó copia de los mismos. Y en esos documentos no se recoge ni la factura de los hoteles ni el coste de los desplazamientos. A ese respecto, explicó que abonó a Joaquín Fernández «de mi bolsillo» el importe de los mismos.

En esta línea, se esforzó por hacer ver que ni en esos viajes ni en ningún otro momento de su relación de amistad con Joaquín Fernández se habló de negocios. Y recalcó que las únicas decisiones que tomó como alcalde en relación con Aquagest tuvieron que ver con la rescisión de un contrato que la empresa mantenía con el ayuntamiento al perder un concurso. «No parece que eso suponga una contraprestación», ironizó. Y apostilló: «No hay sombra de actuación irregular, no hay prueba alguna de que tomara ninguna decisión que beneficiara a Joaquín Fernández o a Aquagest».

Sobre uno de los capítulos más escabrosos, la aparición en las notas de Joaquín Fernández de apuntes de gasto relativos a 'putas y varios', Caunedo quiso ser especialmente tajante: «No hubo ni puteríos ni varios por mi parte, ni invitado ni pagados de mi bolsillo».

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No son 30.000 euros

Caunedo, que rechazó que el montante total de esos viajes supere los 30.000 euros, como aparecía en las citadas notas, no tiene intención alguna de dar un paso atrás -«voy a seguir trabajando por los ovetenses»- como querría la dirección del PP. Habló de «maniobras» para desacreditarle a él y al partido, amenazó con acciones judiciales contra quienes las están promoviendo, consideró «insultante» que se pida su imputación a partir de unas notas -las de Joaquín Fernández- cuyo contenido negó y se mostró dispuesto a defenderse hasta el final.

Arropado por sus compañeros del PP ovetense, que le aplaudieron al término de la comparecencia, el ahora portavoz municipal lanzó algunos mensajes velados a la presidenta regional. Criticó, por ejemplo, que se hable de su dimisión cuando ni siquiera se le ha llamado a declarar y, menos aún, se le ha imputado. «Tengo derecho a defenderme y ser escuchado», detalló, dispuesto a hacerlo en la comisión de garantías del partido. «Soy un hombre de partido, siempre he cumplido sus estatutos», agregó, mostrando su convencimiento de que nadie en la organización está maniobrando para moverle la silla: «No creo que haya compañeros de mi partido que estén intentando perjudicar a otros».

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