JOSÉ ÁNGEL GARCÍA
Jueves, 14 de junio 2018, 12:42
La alianza de fuerzas de la izquierda en Asturias va tomando forma. Equo ha dicho sí a la propuesta formulada la pasada semana por el coordinador regional de IU, Manuel Orviz, y ahora queda por saber qué hará Podemos. Hasta la asamblea constituyente, prevista inicialmente para octubre, no adoptarán una decisión firme, aunque sus representantes dejan entrever que cualquier atisbo de acuerdo pasa por un giro a la izquierda que se traduzca en un nuevo modelo de participación, más abierto a los ciudadanos, y alejar las decisiones de los tradicionales centros de poder. Dicho de otro modo, cambiar la estructura que siempre ha definido a los partidos tradicionales.
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IU está dispuesta a dar ese paso. Así, al menos, lo ha entendido Equo. En un comunicado hecho público ayer, la organización ecologista celebra la iniciativa y ve posible alumbrar una renovación tanto en la política como en la forma de hacerla, «construyendo desde la ciudadanía».
Un elemento imprescindible, señalan desde Equo, es asumir unos métodos de trabajo más participativos que sitúen en primer lugar a los ciudadanos y alejarse de los 'aparatos', «donde siempre deciden los mismos». «Queremos fórmulas más participativas y plurales», resume la candidata de Equo en las últimas elecciones generales, Pilar Calvo. Valora la propuesta tejida por IU, compartiendo la tesis de que las organizaciones «tenemos la corresponsabilidad de dinamizar las posibles confluencias». IU, en su opinión, ha asumido que para regenerar la política, hay que empezar por uno mismo. Equo trabaja ya en la confección de un manifiesto político que facilite la búsqueda de consensos amplios y dé respuestas a las demandas de regeneración democrática, incluyendo una serie de «mínimos» como son las candidaturas abiertas y las listas cremallera, por ejemplo. Su aspiración, aseguran, es trabajar en un escenario similar al impulsado bajo el nombre de 'Ganemos' en otras comunidades.
No tiene tan claro la integración Podemos. Esta formación, cuya cabeza visible a nivel nacional es Pablo Iglesias, no quiere mostrar sus cartas hasta afianzar su estructura como organización política. Será entonces, a partir del otoño, cuando la maquinaria de Podemos se pondrá a funcionar y entonces se adoptaran las decisiones que correspondan, explica Daniel Fernández, uno de sus principales representantes en la región. Nunca han ocultado su rechazo a los «pactos de despacho», ante el temor de que no se hagan realidad los cambios que ellos propugnan como alternativa política, como las primarias o la renovación de cargos.
«Tan importante es lograr acuerdos amplios como la forma de conseguirlos», resume Fernández, que es una de las 26 personas que forman parte del equipo que trabaja en la preparación de la asamblea constituyente. Hay sintonía con los planteamientos expuestos por Equo, pero eso no significa que el acuerdo este más cerca. «No podemos adelantar debates ni decisiones; la gente tendrá la palabra», insiste, al tiempo que muestra cierta reticencia cuando se habla de reproducir el mismo proyecto en distintos territorios. «Las realidades son diferentes», advierte. Podemos no cierra ninguna puerta y se reafirma en que el objetivo es definir esa gran alianza social que, de materializarse, puede tener una deriva política. No obstante, habrá que esperar algunos meses para saber qué respuesta dará al ofrecimiento de IU, toda vez que los sondeos les sitúan ya por encima de la coalición en intención de voto en las próximas elecciones.
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