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Paula De las Heras
Jueves, 14 de junio 2018, 12:43
José Antonio Pérez Tapias fue, en cierto modo, la gran sorpresa en la campaña del PSOE para elegir a su secretario general. El representante de Izquierda Socialista no ganó pero logró el respaldo de más de un 15% de los militantes (alrededor de 19.300 votos), un porcentaje que excede en mucho al que refleja su presencia en los actuales órganos de dirección del partido. Su esperanza era que ese resultado sirviera para revitalizar y dar mayor proyección a una corriente interna que, como su nombre indica, representa al ala izquierda del partido y que ha sido prácticamente condenada al ostracismo en los últimos años, pero las cosas no parecen llevar esos derroteros. O eso denuncia. «No estamos siendo bien tratado en la configuración de listas de delegados al Congreso», escribió hoy en un tuit.
Los socialistas celebran este sábado los congresillos provinciales y regionales en los que se elegirá a los participantes en el congreso extraordinario de los días 26 y 27, que debe hacer tres cosas: ratificar la designación de Pedro Sánchez como secretario general (aún no oficial, dado que la consulta del día 13 es ajena a lo estatutos); aprobar para futuros procesos la elección del líder del partido mediante el procedimiento de un militante un voto, y, por último, votar la composición de la próxima ejecutiva y del Comité Federal,máximo órgano de decisión entre congreso y congreso). Ahí está la clave del enfado de Tapias.
Si no hay una presencia determinante de Izquierda Socialista entre los delegados al cónclave, Sánchez puede permitirse el lujo de limitar también al mínimo su representación en los órganos de dirección del partido sin que eso suponga voto de castigo alguno. «Es una situación injusta -se lamenta el exaspirante a la secretaría general-; la integración no se hace sólo de arriba a abajo, metiéndome a mí en la ejecutiva, también hay que hacerla de abajo a arriba».
Tapias asegura que son muchas las direcciones provinciales que están demostrando una "enorme cerrazón a la hora de hacerse cargo de los resultados" del pasado domingo incluso allí donde su candidatura obtuvo un respaldo amplio como Andalucía (18,6%) o la Comunidad Valenciana (15,6%) . Solo en sitios como Madrid, dice, las cosas parecen tener otro cariz. "El llamado aparato -afea- impone su férrea lógica de manera indefendible".
La participación del granadino en la contienda por el liderazgo del partido no estuvo exenta de polémica. Los aparatos de las federaciones más potentes dieron instrucciones para que se le facilitaran los avales a fin de aumentar, esgrimieron, la pluralidad. Y el equipo de Madina en seguida leyó en ese gesto un intento de dividir el voto de los militantes más 'rebeldes' o dicho de otro modo, de lastrar sus posibilidades frente a Sánchez, el favorito de casi todo el poder territorial.
Ahora desde algunas federaciones se replica a Tapias que el porcentaje de voto que él obtuvo no pertenece a su corriente. "Del mismo modo que los ciudadanos votan una cosa en el Congreso y otra en el Senado, los militantes votaron una cosa en la elección al secretario general y otra en la de los delegados para los congresos provinciales y regionales", aducen. "Ellos quieren utilizar este proceso para reforzar su corriente pero no tiene ninguna razón".
Desde las direcciones regionales, en cambio, le replican: «Los votos de Tapias no son los de Izquierda Socialista».
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