
Episodio 5
La huella
La vida después del fútbol no fue fácil para Quini. Primero sufrió la trágica muerte de su hermano, ahogado en la playa de Pechón cuando rescataba a unos niños. Le destrozó
Transcripción
CARLOS PRIETO: El abrazo tiene un día internacional, el 21 de enero. Fue idea de un norteamericano, Kevin Zaborney. Decidió crear así una excusa para dar y recibir abrazos. Algo que siempre reconforta.
Uno de los grandes abrazos de mi vida se lo di a Quini. De los que no se olvidan; entre otras cosas, porque cuando él te abrazaba lo hacía de verdad.
Fue el 19 de septiembre de 2008 en el restaurante Las Delicias de Gijón.
Quini estaba en un mal momento. Faltaban cuatro días para que cumpliese 58 años y acababa de superar dos operaciones de cáncer. Se le veía extremadamente delgado, sin brillo en los ojos.
Pese a todo, estaba allí: no faltó a los premios organizados por EL COMERCIO y la Federación de Peñas del Sporting. Unos galardones para reconocer al máximo goleador de todas las categorías del fútbol asturiano.
Le hacía una ilusión enorme que llevaran su nombre.
En la entrega del Trofeo Quini había muchísima gente. Jugadores, responsables de clubes, periodistas… todo el mundo quería hablar con él y por supuesto, sacarse la foto. El Brujo siempre era la estrella.
Al final del acto se le veía cansado. Agotado. Y justo fue en ese momento, al despejarse un poco el salón, cuando cruzamos nuestras miradas y nos acercamos. Ahí nos dimos ese gran abrazo que nos envolvió. Noté sus huesos. Sentí que estaba débil en todos los sentidos.
No pudimos decirnos ni una sola palabra, no hizo falta. Simplemente… nos emocionamos.
SUSANA NEIRA: EL COMERCIO presenta 'Ahora Quini'. Episodio cinco: 'La huella'
CP: Mi nombre es Carlos Prieto, soy periodista, y estamos escuchando la vida de un ídolo, Quini, fuera y dentro del campo. Uno de los grandes pichichis del fútbol español, grande ante la portería y ante las adversidades. Un hombre que tuvo una manera especial de serlo.
Era un triunfador, alegre, extrovertido, pero también arrastraba un cierto halo melancólico. Para contar uno de sus momentos de mayor tristeza, quizás el que más le golpeó, regresamos al 26 de julio de 1993.
Era lunes. En todas las emisoras de radio sonaba 'El tiburón', de Proyecto Uno. Competía con 'Macarena' y con 'What Is Love' como canción del verano.
Un lunes de verano, de sol y calor, que invitaba a ir a la playa. Eso hizo Jesús Castro, el hermano de Quini, el eterno portero del Sporting.
Se fue a la playa de Amió, en Pechón, en el Ayuntamiento cántabro de Val de San Vicente. A Jesús le acompañaban sus hijos y a punto estuvo de ir con ellos Enrique, el segundo hijo de Quini.
ENRIQUE CASTRO: Yo me acuerdo que me lo dijo mi madre, dijo 'marcha tu tío con tu primo, va a ir pa Santander, va pa Cantabria, que van a la playa'.
CP: Pero a Enrique, al pequeño Enrique, no le gusta demasiado la playa.
EC: Digo yo 'no, no, yo no voy, que yo a la playa no me da más por ir'.
CP: Así que Jesús Castro se marchó al arenal de Pechón sin su sobrino y allí jugó al fútbol con sus hijos. Después quiso darse un chapuzón.
El mar estaba revuelto, como casi siempre en esa playa, y se dio cuenta de que a unos metros había un padre con sus dos hijos. Pasaban apuros para salir del agua.
Jesús no lo dudó. Echó a correr, nadó hacia ellos y logró rescatarles. Pero en su esfuerzo quedó exhausto. Y el mar se lo tragó. No logró salir.
Quini y su mujer, Mari Nieves, llegaron aquella tarde a casa de un amigo de la familia para contarle a sus hijos la desgracia.
EC: Los veo entrar por el portón y ya veo a mi padre con las gafas de sol.
CP: El Brujo no podía articular palabra.
EC: Como era una persona digamos, tan alegre y siempre tan extrovertida, ver llegar a una persona desencajada con las gafas, que ya se le notaba que venía de estar llorando, sin articular palabra.
Carlos: Fue su madre quien habló.
EC: 'Tío Jesús, que le pasó esto y lo otro'.
CP: Fue un auténtico shock para todos que, de repente, se muriese así. Tenía 42 años y toda la vida por delante. Mucha gente lo conocía por su extraordinaria trayectoria en el fútbol; en el Sporting, donde jugó con José Ignacio Churruca.
JOSÉ IGNACIO CHURRUCA: Fue un chaval extraordinario, serio… Y luego, como portero, era un portero extraordinario.
CP: Y en la redacción de Deportes, en el periódico, aquella jornada pasó de ser un día cualquiera a uno angustioso en el que el teléfono no dejaba de sonar.
Llamaba mucha gente para preguntar qué le había pasado a Castro, porque era una noticia tan inesperada como increíble.
La muerte de Jesús Castro nos dejó a todos noqueados y destrozó profundamente a Quini.
Recuerdo su imagen al día siguiente, desencajado, con una camisa blanca remangada y unas grandes gafas de sol, mirando impotente el féretro que contenía los restos de su hermano. De su compañero y amigo. Es una imagen terrible.
Era como si le arrebataran un trozo de su propia vida porque ambos hermanos lo habían hecho todo juntos.
ÓSCAR CASTRO: Desde pequeños.
CP: Es Óscar, su hijo..
OC: y luego encima jugaron en el Sporting juntos. Fue toda la vida juntos.
CP: Hasta emprendieron negocios al lado de su otro hermano, Falo, cuando ya eran jugadores destacados del Sporting. En el centro de Avilés, donde vive el periodista José María Urbano.
JMU: Los tres hermanos en este caso abrieron una cafetería.
CP: Cafetería Jesquif.
JOSÉ MARÍA URBANO: Jesquif, que es el acrónimo de Jesús, Quini y Falo.
CP: Por todo, la muerte inesperada de uno de los mejores porteros del Sporting, de Jesús Castro, fue el mayor golpe de la vida de Quini. Más incluso que el secuestro. Habían compartido habitación en Llaranes, donde se criaron, iban al colegio, se escapaban para jugar al fútbol, los partidos del Sporting... Su relación había sido incluso por encima de lo que se comparte con cualquier hermano.
EC: Por primera vez lo ves en una situación totalmente que no conocíamos de él, verlo tan destrozado.
CP: Así lo explicó el propio Quini en el año 2017 en el programa 'Grandes', de la Televisión Pública del Principado de Asturias.
QUINI: Eso fue un palo muy grande porque lo hicimos todo juntos, fue impresionante, pero la verdad que no te queda otro remedio que luchar…
CP: Un palo muy grande, como él lo define, con el que tuvo que tirar para adelante…
Porque la vida, guste o no, sigue, y porque hay que vivir el día a día.
QUINI: La vida hay que intentar vivirla día a día.
La muerte de Castro fue un mazazo que trajo consigo mucho dolor. Y a esto se sumaron más tarde otros problemas: los económicos.
Quini había dejado el fútbol seis años antes y trataba de adaptarse a una vida muy diferente a la de un deportista de élite. Una vida que a muchos futbolistas les cuesta tiempo y resulta, a veces, muy dura. Es fácil perderse.
JIC: Sí es difícil porque te encuentras con algo que creías que era para toda la vida.
CP: Un día estás en lo más alto…
JIC: Nosotros lo teníamos todo.
CP: Vives en la abundancia…
JMU: Un tío que ganaba millones en el Barcelona y le regalaban los coches. Esto es jauja.
CP: Y otro día, cuando te das cuenta, llega la retirada. En el caso de Quini, a los 37 años, cuando se marchó tras aquel partido de homenaje en el Sporting.
JIC: El fútbol te da muchas cosas, muchas, y hay que saber aprovechar, poner cada cosa en su sitio.
CP: De ahí la importancia de saber gestionar bien el futuro.
JIC: Pero un asesor es fundamental, que te oriente las inversiones porque hay muchas veces que te engañan.
CP: Al dejar de ser la estrella, el dinero y los patrocinadores se esfuman. Quini no vio venir todo eso.
JMU: Quini ahí, efectivamente, tuvo ahí una etapa yo creo que complicada. No se supo manejar bien con los negocios y con algunas amistades, y no fue un hombre que luego dijera vivió de las rentas ni mucho menos.
CP: Pero con una familia que mantener no había tiempo para lamentarse. Por eso probó diferentes negocios. Algunos le costaron muchos disgustos y otros, mucho dinero.
EC: Y luego verte en una situación que a lo mejor, pues las cosas no han salido como se esperaban y verte en una situación económica muy distinta.
CP: Porque el dinero que ganó durante su carrera… apenas quedaba nada.
Recuerdo una etapa en la que Quini visitaba empresas con una variedad de productos de merchandising.
JMU: Supongo que un amigo le diría 'ponte a vender llaveros y te doy un tanto por ciento porque tú como eres Quini, vas a vender miles de llaveros'. ¿Cómo es posible que quien se haya tenido que dedicar a vender llaveros? Sabes, esa es la otra historia de Quini.
CP: Pero hasta para eso tenía tirón.
JMU: Y se los compraban.
CP: Algo que aún hoy no deja de sorprenderme porque Quini había sido uno de los mejores futbolistas del país y ahí estaba, vendiendo llaveros.
ARTURO LLANEZA: Oye, viene Quini mañana a vende. Pues es verdad que cuando venía Quini lo recibías, porque evidentemente era un personaje, que de niño además me acuerdo que era una estrella…
CP: Este es Arturo Llaneza. El Brujo visitó la empresa fundada por sus tíos y su padre, que se dedica al sector metálico y con sede en Langreo. Quini congenió especialmente con Marcelino, el padre de Arturo.
ALL: Empezaron a quedar pues a comer, lo típico 'oye, Marcelino, comemos tal día'.
CP: Así nació una relación muy estrecha, prácticamente familiar, que se extendió con los años a Arturo y a Quini. Incluso cuando podían viajaban juntos.
El empresario recuerda una salida a Zaragoza, donde su amigo había estado secuestrado en el zulo.
ALL: Me acompañó a ver un cliente muy importante nuestro, a una fábrica de yeso.
CP: Y hablaron de aquellos días, de aquellos 25 días sin luz.
ALL: Me decía 'sí pero no, el recuerdo es malo, pero a la vez es bueno porque estoy aquí'.
CP: Y de las desgracias en la vida del futbolista. Siempre veía el lado positivo.
ALL: Él me decía siempre 'pero Arturo, no te das cuenta de que la vida que yo he llevado la mayoría de las personas no la van a vivir. Yo he vivido la fama; al ir por Barcelona la gente se paraba para verme, los coches se bajaban. Yo entraba a un restaurante o una tienda y yo no sabía lo que era pagar un café.
CP: A Arturo siempre le ha llamado la atención el imán que tenía con la gente.
ALL: Siempre ha dejado huella de verdad, una buena huella en las personas. Yo creo que es lo más destacable como persona, como futbolista no hace falta hablar.
CP: Aunque no le parecía raro. El Brujo hacía magia.
ALL: Incluso en esos malos momentos suyos te transmitía a ti alegría, no tristezas. Y eso yo creo que es una de las cosas que son más destacables de la gente.
CP: Muy cercano con la gente en la calle y muy generoso con los demás, especialmente con los amigos. Tuvo muchos. Muchísimos. Pero la vida siempre tiene doble cara. Y otros amigos quizá no lo fueron tanto…
EC: Evidentemente eso es cuando uno se va dando cuenta de que hay mucha gente que se te junta, que haces mucha vida con ellos, muchas cosas e incluso supongo que algún negocio, luego salen las cosas como salen..
CP: Él confiaba en la buena voluntad de todo el mundo pero...
OC: Hay una línea muy delgada entre bueno y tonto.
CP: Y es que cuando uno es alguien conocido, famoso, como lo era Quini, siempre hay quien intenta aprovecharse.
JC: Esa gente está ahí para cuando te puede pedir y tú le puedes dar, y el día que le dejes de dar eres un sinvergüenza, eres un no sé qué eres. Iba a desaparecer y así fue. Y yo te digo el 95% y no me quedó ni corto ni nada.
CP: Tardó en darse cuenta, pero lo hizo.
LC: Pero yo creo que con el paso de los años sí se dio cuenta.
CP: Ser Quini, por tanto, no era fácil. Y tras dejar el fútbol, no encontraba su sitio.
Llegó a ser hasta director del Patronato Deportivo Municipal de Gijón.
Muchos tumbos para un hombre que solo era feliz con el fútbol, incluso hablando de él. Como cuando lo fiché para hacer artículos de opinión en el Mundial del 98. Menuda capacidad para leer los partidos.
Fue una temporada preciosa. Cómo lo pasábamos. Recuerdo el día que vino al periódico. Fiel a su carácter bromista, me revolvió todos los cajones de la mesa y llamaba por teléfono a los compañeros para gastarles bromas. Siempre, con problemas o no, animaba la jornada.
CP: Pero sobre todo era feliz con su Sporting y, por fortuna, ese Sporting que tanto amaba lo ayudó. Salió a su rescate cuando más lo necesitaba y lo convirtió en su delegado.
EC: Era una manera de estar viendo a gente conocida que hacía tiempo que no veía. Siempre estaba en su salsa.
CP: Era feliz de nuevo y volvía a firmar sin parar. Esa gran 'Q' con las dos 'i' que tanto le caracterizaba; esas ondas que él diseñó a imitación de la rúbrica de su padre, Enrique Castro, guardameta reconocido en el fútbol regional. Se convirtió en la firma más popular de Gijón, de Asturias en realidad, y de cuantos campos visitaba el Sporting.
JC: Es una espiral que es como si fuese la 'Q' luego tira y todo esto pone Quini.
JC: Muy original.
CP: Durante dos décadas desempeñó un puesto que multiplicó aún más su popularidad. Puedo asegurar que ese Sporting, que siempre se columpiaba en la cuerda floja por los terrenos de juego, alejado de la gloria de antaño, volvía a tener a Quini como estandarte. Volvía a ser la estrella del equipo.
Por ejemplo, aquel 31 de agosto de 2009. El Sporting jugaba contra el Barcelona. La noche anterior el equipo llegó en el autobús al hotel. Decenas de personas esperaban en la puerta. Y antes de bajar, un joven jugador que el
Sporting acaba de fichar dijo…
JC: Dijo 'joder, qué de gente ahí esperándonos'. Y Bilic le dijo 'tú, cuando abras la puerta del autocar, baja tranquilo, que no va a mirar nadie para ti'.
CP: El Brujo era siempre el centro de atención.
JC: Nadie paró a hablar, nada más que estaban esperándolo a él.
CP: Pero aquella época feliz se torció, como todos los renglones que escriben la biografía de Quini. El equipo entró en barrena en 1997 y en 2005 el club se sumió en el caos. Estuvo al borde de la desaparición.
Impagos, despidos, huelgas, tremendos comunicados…
LORENA CASTRO: Otra vez que nos tuvieron un montón de meses sin cobrar.
CP: Quini, como el resto de la familia sportinguista, lo pasó muy mal. Verdaderamente mal.
JC: Somos cuatro. En casa estaban mis abuelos, los padres de mi madre... Todos salíamos del mismo lado.
JC: Muy agobiado.
CP: La situación era tan delicada que me llamó y me explicó el estado agónico del club. Días más tarde confirmamos que sí, que su nombre estaba en una lista del Sporting.
JC: Fue cuando salió lo que cobraba cada uno en el periódico. Y de los que estaban ahí en Mareo no era de los que más cobraba, ni muchísimo menos.
CP: Una vez más, el Brujo había visto venir la jugada. Incluso pensó en aceptar la oferta de otra empresa. Si el club le recortaba más de la mitad de la nómina, no le llegaría para mantener a su familia.
Pero Quini seguía siendo clave, no era un cualquiera: la afición se levantó.
JC: No, no, no, leches. Él estaba pa echarlo y sé que ahí arriba recibirían varias cosas, como diciendo como lo eches, te vas a cagarte en tu madre.
CP: ¿Cómo iban a dejar marchar a la máxima estrella del club? El club rectificó.
JC: Luego no, está mal interpretado. No, no está mal interpretado, fue lo que se puso ahí.
CP: Por fortuna, aún con una rebaja importante del sueldo, Quini se quedó. Gracias a ello, cierta normalidad regresó a su vida, sobre todo tras la llegada de Manuel Preciado como entrenador. Formaron juntos una sociedad mágica.
El Sporting volvió a enganchar a la afición y logró el ascenso a Primera después de diez años.
Pero la vida de Quini siempre ha transcurrido en una montaña rusa.
En el verano de 2006 Quini tenía 56 años. Llevaba 19 años retirado del fútbol profesional aunque seguía ligado al Sporting.
Es cuando le empezó a doler la garganta. Al principio lo achacó a una infección sin más, pero las molestias al tragar no cesaban y decidió consultarlo con el otorrino.
QUINI: Yo me senté en aquel sillón y cuando me mira, se llamaba Alfredo, el otorrino, y me mira y solo con abrir la boca, sentado allí, me dice: 'Esto es malo. Tienes un cáncer malo y que hay que operar urgentemente'.
CP: Un auténtico jarro de agua fría.
EC: Pues tu padre tiene un cáncer y pinta muy mal y no se sabe si incluso pudiera ser para poco tiempo.
CP: Ese cáncer de garganta, todo el mundo se lo imagina, fue un auténtico mazazo para toda su familia. Para Mari Nieves y sus cuatro hijos. Lorena, Enrique, Jorge y Óscar.
EC: Ostras, es que se te pone la vida patas arriba.
CP: Y para sus amigos.
ALL: Cuando le detectaron el tumor, recuerdo que se lo detectaron y fue a la fábrica a ver a mi padre. Recuerdo que entró al despacho de mi padre y lloraba.
CP: La primera operación fue en Oviedo.
EC: Él, uno de los miedos que tenía en la primera operación era que tuviesen que dejarle una traqueotomía.
CP: Por fortuna no hizo falta. Pero año y medio después el cáncer reaparición. Esta vez cerca del oído.
EC: El problema es luego cuando le repite. Claro, vas pasando unos años en que estás luchando, y cuando parece que va bien, que vas cogiendo fuerzas, te da otro golpe.
CP: El Brujo se tenía que enfrentar a un tratamiento muy duro en Barcelona y viajó acompañado de su mujer. Unos días duros, extremadamente duros, con sesiones de terapia interminables.
JC: El cáncer que era muy agresivo, muy malo y claro, que tenían que hacer todo lo posible porque le tiraba como para el cerebro, y depende dónde se ubicara en el cerebro no había operación.
CP: Puso a prueba su resistencia.
JC: Era un tratamiento muy fuerte, que no cualquier persona ya de mano lo iba a aguantar.
CP: Porque convivir con esta enfermedad, con los tratamientos, es complicado.
OC: Lo pasamos todos muy mal.
CP: Pero, una vez más, salió adelante. Muy tocado, pero de pie. Y hay una imagen que no se olvidará nunca, que condensa todo lo vivido. Ocurrió en un partido, el del ascenso del Sporting a primera el 15 de junio de 2008.
Recuerdo a Quini muy debilitado en el palco.
JC: Fue el del Eibar cuando se subió y él estaba, si mal no recuerdo, con un jersey rojo.
CP: La multitud le aplaudió como nunca. La ovación fue tremenda.
JC: Estaba viendo que todo el estadio, el estadio que era su casa, pues le estaba cantando y le estaba animando.
CP: Tanto, que la emoción por ese momento y el ansiado ascenso después de diez años en Segunda le superó.
JC: Él, claro, tuvo que levantarse a saludar, pero se le ve que saluda, que hace así, pero enseguida se baja porque le caían las lágrimas.
CP: La vida le dio otra oportunidad. Cuando Quini se recuperó del todo y cogió fuerzas comenzó a colaborar en actos de la Asociación Asturiana Contra el Cáncer. Había pasado una mala experiencia y quería dar aliento a otros.
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MARGARITA FUENTE: Una persona de lo más cercana, de lo más amable, muy humana. Era una persona tremendamente buena, la verdad.
CP: Su presidenta era entonces Margarita Fuente y guarda un excepcional recuerdo de él. Tiene grabadas las palabras con las que El Brujo definió el cáncer en un acto.
MF: Decía que era una enfermedad sin vergüenza y que ataca por sorpresa, que no se la ve muchas veces venir porque es una enfermedad que no duele…
CP: Con un mensaje de ánimo, claro.
MF: Decía que había que ser valiente, que había que tener ilusión de poder salir, de poder salir adelante.
CP: Y cómo no pudo evitar las lágrimas.
MF: Cuando decía todas estas cosas pues hombre, llegó un momento que se emocionó; sobre todo cuando recordaba, yo creo también, un poco el apoyo de la familia y de los amigos.
CP: A raíz de esa enfermedad, Quini aprendió una lección importante. Esa enseñanza de vida que todos aprendemos a base de golpes.
MF: Te ayuda sobre todo a priorizar, a valorar lo que es importante, a darte cuenta de las cosas buenas que tenemos, que son muchísimas y que muchas veces no eres consciente.
CP: De todo aquello, de nuevo, surgió el titán, era un hombre invencible, y comenzaron los homenajes públicos hacia su figura.
Una avenida, un parque… Hasta lo hicieron hijo adoptivo de la ciudad de Gijón, porque él, hay que recordar, había nacido en Oviedo.
En Madrid también brilló.
ALL: Fuimos ahí, a la Puerta del Sol. Entramos y allí estaba el príncipe, estaba Letizia…
CP: Quini siempre era el centro de atención. Arturo recuerda que Quini lo invitó a unos premios deportivos en Madrid en 2007. A uno de esos múltiples reconocimientos a su figura como delantero.
ALL: Imagínate, los deportistas más importantes de este país, todos estaban en esa gala.
CP: Alfredo Di Stéfano, Iker Casillas, Raúl, Pirri, Santillana… Y todo el mundo se acercaba al Brujo.
ALL: Es que llegaba y él atraía ese tipo de gente.
ALL: El príncipe Felipe nada más que lo vio fue a él. O sea, no iba él al príncipe.
ALL: Yo vi el cariño con el que el príncipe lo trataba.
CP: Un cariño extensible a todo el mundo que Arturo resume muy bien porque por encima del futbolista siempre ha estado la persona.
ALL: Yo siempre digo que el titular de Quini es que la persona se comió al personaje cuando suele ser justo, justo, justo, lo contrario.
CP: Quini dejó un legado de vida: la Fundación Hermanos Castro, creada en 2011.
JAVIER GÓMEZ: La fundación de Quini creo que define claramente lo que tiene que ser una fundación de una persona vinculada al mundo del deporte.
CP: Javier Gómez Díaz fue uno de los impulsores y su director general hasta 2021. Una fundación dedicada a preservar el legado del Brujo, a crear un museo y unas becas y, sobre todo, a que su imagen sirviera para captar fondos y ayudar a personas en apuros, especialmente a niños.
JAVIER GÓMEZ: Era captar fondos para uno de los grandes deseos de Enrique, que era poder ayudar a niños, para que a través del deporte y de la formación, tuvieran todo aquello.
JG: Los que no pudieran recurrir por su falta, por sus necesidades.
CP: Y a abrir puertas sin hacer ruido.
JG: Todas esas cosas no se contaban o cuando arreglaba para que personas que no tenían recursos pudieran acceder a un hospital en Barcelona… Esas cosas eran las que él podía hacer sin que se supiera. Y él no buscaba que se supiera. Por eso es todavía más grande.
CP: Sin dárselas de nada.
JG: Y es tan normal, porque a veces pensamos que los genios, porque él ha sido un genio en el mundo del deporte, que son seres extraterrestres y no, son personas. Quizá por eso le hace más grande a él.
CP: Y donde Quini planeaba hacer mucho más.
JG: La pena es que se fue demasiado pronto. Se fue demasiado pronto porque se podían haber hecho yo creo que muchas cosas más.
CP: Una fundación que permanece activa y que de la mano Falo Castro y los hijos del futbolista esperan relanzar para que el legado de Quini perdure siempre.
Esta historia, como les decía, tiene un principio y un final. Y hemos llegado.
Nos lleva de nuevo al 27 de febrero de 2018, a aquella tarde de martes. Quini planificaba el viaje a Barcelona, a la semana siguiente, en la que le iban a confirmar que había superado al cáncer. Todo se quebró cuando se le rompió el corazón, ese que tenía tan grande, en aquella calle de La Calzada.
Dejó un vacío inmenso en otros muchos corazones. Me emociona recordar su figura y haber podido contar cómo era un deportista que trascendió más allá de su carrera como futbolista y se convirtió en ejemplo de lucha, solidaridad y amor. Un asturiano que conoció la cara más dulce y más amarga de la vida.
Ese hombre con un carácter tan especial que nunca olvidó sus valores.
QUINI: El primer trofeo que yo gané fue a la deportividad y yo creo que trofeos como la deportividad y como este que recibo yo hoy no tienen que ver con los demás, creo que son muy superiores.
CP: El optimista.
QUINI: Yo creo que es imposible que nos ganen, yo veo un equipo invencible, para mí que vamos a subir….
CP: Que siempre sacaba una sonrisa y que nos enseñó que la vida, sobre todo, está para disfrutarla con la familia y con los amigos. Los de verdad, como él.
Quini: El fútbol está para hacer amigos. No lo olvidéis, que juguéis contra quien juguéis, el fútbol está para hacer amigos y es lo que os va a quedar en la vida…
CP: Hasta siempre, amigo.
QUINI: Vivir el día a día, como Dios manda. Disfrutar lo máximo, aprovechar que en las cosas más pequeñas, más sencillas, está la esencia. No hay que buscar grandes cosas, todo lo pequeño es bárbaro.
CRÉDITOS
'Ahora Quini' es un podcast original de EL COMERCIO, resultado de una investigación periodística. Ha sido coordinado, escrito y dirigido por Susana Neira y Carlos Prieto, con la colaboración en los guiones de Verónica García-Peña y en las entrevistas de Javier Barrio y Alejandro Forcelledo. Coordinación técnica de Mónica Yugueros, Aida García, Carmen Muñiz y Diego Abejón. Diseño web, Samantha Acosta, Víctor Coto e Iker Barinaga, con ilustraciones de Daniel Castaño. Edición de Andrea Morán y Carlos García. Producción técnica, Iñigo Martín Ciordia. Diseño sonoro y mezcla, Rodrigo Ortiz de Zárate. Producción ejecutiva, José Ángel Esteban. Gracias a todas las personas que han colaborado con sus testimonios, a Pipo Prendes, Universal, Cadena Ser-Gijón, RTVE y RTPA.
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