
Episodio 3
Ave Fénix
Fue en la localidad inglesa de Hull y ante Irlanda del Norte. Los graves incidentes entre el Ejército británico y el IRA habían trasladado ese partido al estadio Boothferry Park
Transcripción
CARLOS PRIETO: En el verano de 1996 tenía 29 años y estaba al frente de la sección de Deportes del periódico. Me encargué de hacer unos vídeos sobre los derbis entre el Sporting y el Oviedo, llamé a Quini y quedamos en El Molinón para grabar.
Los derbis en Asturias, ya se sabe, no son cosa de broma. Y más en aquellos años en que los dos equipos estaban en Primera División.
Quini era el delegado del Sporting, tenía entonces 47 años y llevaba nueve retirado como futbolista.
Cuando terminó el entrenamiento y los jugadores estaban retirándose a los vestuarios, me dirigí hacia él y me dijo que tenía prisa. Por eso, y para ganármelo, me armé de valor y le confesé mi devoción por su figura. A quemarropa. Le dije 'Brujo, que sepas que yo soy tu mayor fan y sé más de tu vida que tú mismo'.
Empecé entonces una carrera de datos, citas y anécdotas que lo hicieron reír y que me recordaron, es inevitable, a mi infancia. Cuando de niño jugaba con mi hermana María a las preguntas y respuestas.
A las preguntas y respuestas… sobre Quini.
Niña: ¿Dónde nació Quini?
Niño: Oviedo
Niña: ¿En qué equipos jugó?
Niño: Ensidesa, Sporting y Barcelona
Niña: ¿Cuántos Pichichi tiene?
Niño: Siete
Niña:¿Dónde se casó?
Niño: En San Jorge de Heres.
Niña: ¿Con quién hizo la mili?
Niño: Con Churruca.
CP: Quini, entre la sorpresa y cierta diversión, con esa sonrisa que lo caracterizaba, empezó a preguntarme de todo. Y yo, algo nervioso, pero convencido de que me las sabía todas, fui respondiendo.
Eran preguntas cada vez más complejas, hasta que guardó la sonrisa y me lanzó una que nos hizo enmudecer a ambos: ¿Qué me pasó en un partido contra Irlanda y dónde se jugó?
SUSANA NEIRA: EL COMERCIO presenta 'Ahora Quini'. Episodio tres: 'El ave fénix'.
CP: Soy Carlos Prieto, periodista, y estamos escuchando la vida de un ídolo fuera y dentro del campo. Uno de los grandes pichichis del fútbol español, grande ante la portería y ante las adversidades. Un hombre con una manera especial de serlo. Una leyenda más allá del gol. Un amigo.
El domingo 30 de enero de 1972, los soldados británicos dispararon a veintiséis civiles desarmados durante una marcha de protesta en Londonderry, en Irlanda del Norte.
Murieron catorce personas.
A raíz de la matanza, conocida como el 'domingo sangriento', los incidentes entre miembros del IRA y las fuerzas británicas se multiplicaron. Y esto que puede parecernos tan lejano, sobre todo en aquellos años de la España franquista, nos afectó. Afectó a la selección de fútbol y a Quini.
El encuentro que España tenía que jugar en Belfast el 16 de febrero ante Irlanda del Norte, se trasladó a la ciudad de Hull, en Inglaterra.
Hull. Allí tuvo lugar aquel partido sobre el que Quini me preguntaba en 1996. Un partido intrascendente, porque ambas selecciones no se jugaban nada, pero que acabó señalado en la carrera del futbolista asturiano.
¿Por qué? Porque en él sufrió la peor lesión de toda su trayectoria deportiva. Una que hizo tambalearse su futuro como jugador. Enrique, su hijo, lo recuerda bien.
ENRIQUE CASTRO: Sí alguna vez ha dejado entrever un poco que bueno, que esa lesión le hizo plantearse muchas cosas.
CP: Había tenido otros sustos dentro del campo pero ninguno como este que vamos a contar a continuación.
JOSÉ IGNACIO CHURRUCA: Él pues igual que todos, pues claro, él iba al remate y siempre tenía codazos. Estaba acostumbrado.
CP: Quien habla es José Ignacio Churruca, un compañero de Quini que también fue internacional.
Era un encuentro marcado por el frío y el estadio Boothferry Park estaba embarrado. El partido pasó de secundario a transcendental porque los jugadores irlandeses lo tomaron como una cuestión de honor.
Seguían a ceros cuando Chechu Rojo avanzó con una jugada hacia la portería en el minuto catorce. Quini intentó rematar de cabeza tras el pase, pero nada más levantarse, un codo frenó su salto. Le impactó directamente en el lado izquierdo de la cara.
Una lesión a todas luces intencionada, que si bien no buscaba lesionar gravemente a Quini, sí derribar al goleador a toda costa. Y además, no fue castigada por Jack Taylor, el árbitro inglés que años después dirigió la final del mundial entre Alemania y Holanda.
OSCAR CASTRO: No fue ni falta, no pitaron nada por la lesión.
CP: Una lesión que produjo en Quini dolor. Mucho dolor. Impotencia y lágrimas.
JORGE CASTRO: Le cayó todo, le partió la bóveda en el ojo por tres sitios. Entonces tenía como, por decirlo, el pómulo aquí.
CP: Una lesión de estas características, fractura malar con hundimiento del suelo de la órbita y una fractura del arco cigomático es grave.
JUAN CARLOS DE VICENTE: Entiendo que lo que padeció Quini fue una fractura muy grave. Una fractura de gran energía.
CP: El doctor Juan Carlos de Vicente es el jefe del servicio de maxilofacial del Hospital Universitario Central de Asturias. Un experto en la materia.
JCDV: Esto hace que la persona que lo padece, además de tener un problema estético importante, como es perder el relieve del pómulo, tenga dificultades para ver con normalidad. En el sentido sobre todo de que tiene una visión doble, los objetos aparecen desdoblados.
CP: Una factura que dejó su futuro en el aire.
JCDV: Es un problema muy serio para un deportista profesional que tiene que ver balones que llegan desde cualquier posición a gran velocidad, puede incapacitarlo para el ejercicio de su profesión.
CP: Difícil de curar.
JCDV: El tratamiento de la fractura consiste en reponer el hueso donde estaba antes del traumatismo y devolverle a la órbita la forma y el volumen que tenía para que el ojo esté donde estaba tanto en sentido vertical como en sentido anteroposterior. Podría haberse terminado su carrera si la fractura no hubiera estado adecuadamente tratada.
CP: Tras el golpe, cuando Quini se recuperó del aturdimiento, le preguntaron si había sido intencionado y asintió. Aunque excusó a Allan Hunter, el jugador irlandés. En ese primer momento se pensó en ingresar al Brujo en una clínica inglesa, pero la Federación de Fútbol ordenó su traslado a España. A Madrid.
Hoy en día los médicos utilizan otras técnicas de intervención. La medicina ha avanzado mucho. Pero estamos hablando de hace más de cincuenta años.
JC: Que no lo habían podido operar aquí por la cara, y sé que le habían abierto todo el paladar, o sea, la encía, y le habían operado desde aquí y le metieron para dejarle… y decía que cada vez que iba allí porque le fueron sacando la venda.
CP: Más de cinco metros de venda que le fueron retirando por días.
JC: A medida que, me imagino, fuese cicatrizando o soldando el hueso o lo que sea, y que creo que veía las estrellas.
CARLOS: Lo pasó francamente mal. La recuperación fue lenta. Y no solo la física.
JCDV: Las lesiones son el gran temor de todos los deportistas.
CP: Deja otro tipo de secuelas.
JCDV: Para un futbolista, que es alguien que hace un deporte de fútbol, de un deporte de contacto y máxime para un delantero centro que tiene que entrar al choque, supongo que todas las experiencias traumáticas previas terminan pesando en uno y ya igual no mete la cabeza o el pie como lo metía antes.
CP: Perdió la temporada. Estuvo muchos meses alejado del equipo. Meses de curas y radiografías que sembraron dudas en el delantero.
¿Volvería a jugar con la misma intensidad?
¿Podría golpear el balón con la cabeza? Esa era una de sus señas de identidad.
¿Tendría miedo a chocar con los rivales?
JC: Creo que cuando remataba que le retumbaba toda la cara y creo que debió pasarlo bastante mal.
CP: Fue la lesión más dura de toda su carrera. Una auténtica prueba de la que salió más fuerte. Prueba de ello es que volvió a la Selección española, con la que fue 35 veces internacional y jugó dos mundiales y dos Eurocopas.
Por cierto, la batalla de Irlanda acabó en empate. 1-1.
CP: Aquella temporada, la del 71-72, Quini la perdió entera por aquel maldito partido. Tenía que ver los encuentros desde la grada. Pero regresó al año siguiente con más ganas que nunca. Ilusionado. Y por fortuna no volvió a sufrir otra lesión tan grave en el resto de su carrera.
JC: Que luego te pones a mirar y fue la única lesión grave que tuvo. Que oye, hubo mucha gente que de aquella el cruzado, o lo que sea, a lo mejor tienes que dejar de jugar al fútbol, y él gracias a Dios, pues no es que fuese poco, pero bueno.
CP: Y volvió a marcar goles, de todo tipo y a todos los equipos. Tantos, que ganó el trofeo Pichichi al máximo goleador de Primera División. Un galardón que llegó a conquistar en siete ocasiones, cinco en Primera y dos en Segunda.
Aquello lo consiguió con esfuerzo y tesón; y con esperanza.
Quini lo superó y resurgió, como el ave fénix, y volvió a jugar. Y yo, claro, a disfrutar con él; todos, en realidad.
Recuerdo aquellos partidos en El Molinón. Los domingos a las cinco de la tarde. Ese era el premio que tenía por sacar buenas notas. Contaba los días que faltaban para verlos y me sabía el calendario casi de memoria.
El Brujo se había sobrepuesto a la adversidad. Había vuelto a ser el mismo de siempre, en lo deportivo y lo personal.
El periódico y la radio eran mis aliados para no perderme nada sobre el Sporting, pero lo que más ilusión me hacía era escuchar la voz del propio Quini dando la alineación. Era algo que me resultaba, a mis ojos de niño, increíble.
MARÍA TERESA ÁLVAREZ: Quini era tan amable que no solamente me la facilitaba y utilizaba su influencia con el míster para que me la dieran, sino que él mismo cogía el teléfono y la daba él en la radio.
CP: Quien habla es María Teresa Álvarez, durante muchos años corresponsal de Radio Nacional de España, primera cronista de fútbol en la región y Medalla de Oro de Asturias. Ella coincidía en sus inicios periodísticos con la plantilla del Sporting en el hotel Marsol de Candás, donde se concentraba el equipo, a pie de playa, y donde se grabó esta entrevista para recordar al Brujo.
MTA: Sí, era una cercanía que hoy ya no existe.
CP: Quini y José Manuel eran los que siempre le facilitaban los datos del equipo para los aficionados; para los que soñábamos cada semana con poder ver al Sporting ganar.
Esa conexión directa de los entrenadores y futbolistas con los periodistas y aficionados hoy ya no existe. Lo recuerda Churruca.
JIC: Podíamos salir tranquilamente a comer. Ahora para hablar con los jugadores por lo visto hay que pedir audiencia.
CP: Y esa cercanía, esa facilidad de estar con los demás, con periodistas, aficionados, gente de la calle que se acercaba para saludar, conseguir un autógrafo o una foto, marcó aquellos años setenta del fútbol asturiano; del fútbol de Quini.
Y fue precisamente entonces cuando se produjo uno de los fenómenos más curiosos en torno a la figura del ídolo.
Una fotografía que se convirtió en un icono.
Sí, me refiero a esa fotografía. La de Ubaldo Puche inmortalizando a Quini volador que atrapa la pelota en el aire de un modo increíble y la tira a portería.
JOSÉ MARÍA URBANO: Con Castro y Quini, aparte de traer las fotos de los partidos del Sporting al periódico, Puche tenía devoción. Entonces les hacía fotos, vamos, se dedicaba a hacer fotos a Castro y a Quini. De ahí sale la famosa foto de la volea de Quini ante el Rayo Vallecano.
CP: Nos lo cuenta José María Urbano, periodista y durante muchos años redactor jefe de La Voz de Avilés, a donde llegó la fotografía de Puche.
JMU: Es que es un fotón.
CP: Aquella jugada inmortalizada no terminó en gol.
JMU: Se ha utilizado para todo, para hacer figuras de él, para todo. Es la famosa foto mítica que mucha gente dice 'el gol de Quini al Rayo Vallecano'. No fue gol, pero esa volea no acabó en gol. Pero bueno, la volea es espectacular porque está cogida en un primer plano, a media altura. Entonces claro, ves el vuelo de Quini en uno de aquellos remates de volea que es espectacular.
CP: Una foto que dio la vuelta al mundo.
JMU:Hay pocas fotografías que tengan esa fuerza.
CP: Esto ocurrió en la novena jornada de la temporada 76-77, en un partido frente al Rayo Vallecano en el Molinón y con el Sporting en Segunda División.
Pura magia en el aire; un gol que no es gol y una fotografía que queda en la retina de todos para siempre.
JMU: Efectivamente se utilizó mucho esa fotografía. Quini tenía que estar orgulloso de la foto. Y con Puche… yo te vuelvo a insistir que era un poco el segundo padre podría ser de Quini. Quiero decirte que ahí hubo una relación de Quini con cinco años, hasta que Puche y él murieron.
CP: A pesar de estar en Segunda, siguió marcando goles y su magia le hizo ganar de nuevo el Pichichi en el 77. También ganó el Premio Don Balón al mejor futbolista español en 1979.
Eso, es decir, los números, unido a su calidad y a su imaginación a la hora de crear oportunidades, hizo que los grandes equipos de la liga volvieran a fijarse en él.
JMU: Él llega a la élite ya del fútbol con el Sporting y encima en el Sporting empieza a marcar goles. Todo el mundo se empieza a fijar en él. Lógicamente, Quini es un hombre que protagoniza uno de los grandes fichajes de la época. Que venía todo un Barcelona a fijarse en él…
CP: El Barcelona siempre lo quiso, incluso intentó llevarse también a Churruca. Cuarenta millones de pesetas de la época ofreció el presidente Montal por ambos, pero el llamado derecho de retención mantenía a Quini anclado en Gijón, quisiera o no quisiera.
JIC: Pues te tienes que quedar, porque además te tienes que quedar porque no te dan alternativas. De aquella era derecho de retención, te daban un tanto por ciento más de la ficha, un 15% más de lo que tenías y te subían la ficha…. No tenías derechos, tenías que quedarte sí o sí.
CP: Solo algunos rebeldes, como los llama Churruca, lograban hacer frente al club y salir.
JIC: A no ser que hicieras como hicieron algunos futbolistas en España, como Quino, que fue el primer presidente o de los primeros presidentes del AFE, que se rebeló y no jugó. Estuvo un año sin jugar para ir al Valencia. Estaba en el Betis. Pues tienes que tenías que ser un rebelde. Un rebelde en el que decía esto.
CP: Quini también se rebeló, a su manera. Protestaba y era sincero sobre su deseo de fichar por un club más grande.
Eso, a veces le costó más de un abucheo y de una bronca entre los aficionados.
Yo tampoco entendía que quisiera marcharse, la verdad. Y es que no podía imaginarme un Sporting sin Quini.
CP: Pero para poder irse, además de con la cláusula de retención, Quini tuvo que luchar con un hecho sin precedentes. El 31 de agosto de 1976, con el Sporting recién descendido a Segunda división, y con la idea de construir una escuela de fútbol, el club planteó a los socios una asamblea para decidir a cuál de sus dos estrellas, Quini o Churruca, traspasaba. Necesitaba dinero.
JIC: Y era muy importante ese dinero para hacer lo que quería el Sporting.
CP: Se votó primero la opción del jugador vasco, al que quería el Athletic. 177 votos a favor y 85 en contra. Y Churruca se fue.
JIC: Y llegaron a esa oferta porque les interesaba, porque era un buen dinero. Y entonces hablando con el Atleti, yo les interesaba, dijeron para adelante y esa fue la oferta oficial.
CP: ¿Y Quini? Quini se quedó a pesar de que siempre tenía ofertas.
JIC: Siempre tenía ofertas, pero no, no las valoraban porque no les interesaba. Entonces no querían traspasar a Quini.
CP: Finalmente, a pesar de la pena que nos daba a todos los aficionados sportinguistas, y tras doce temporadas en El Molinón, fichó por el Barcelona. Era otra gran oportunidad, pero en su interior sentía dudas.
EC: Él en principio no estaba muy por la labor de ir. De hecho él se veía un poco con una edad, con miedo al fracaso.
CP: Era 1980 y ya tenía 31 años.
EC: Bueno, de marchar casi un poco más invitado a marchar, quizá porque él de mano ya pensara en esas edades, y a decir 'me marcho'. A lo mejor si llega a pasar antes, en la época de Cruyff, que tanto los querían juntar y eso, pues a lo mejor hubiera marchado de otra manera.
CP: Ese traspaso, que nos hizo a todos ser un poco del Barcelona, se produjo gracias al pago de 80 millones de pesetas.
Quini se marchó, dejando una huella enorme, pero dispuesto a seguir creciendo. Y a pesar de sus miedos iniciales por su edad, y que temía no estar a la altura, lo estuvo. Vaya si lo estuvo.
JMU: Cuando fichó por el Barcelona y siguió siendo pichichi. Claro que el Barcelona era otro mundo. Estamos hablando de uno de los equipos más importantes del mundo.
CARLOS: Y de nuevo le fue bien. Más que bien.
EC: Luego, evidentemente, una vez que va, fue fiel a sí mismo. Siguió metiendo goles, se adaptó de maravilla.
CP: Rodeado de una plantilla llena de estrellas. En un equipo con jugadores que pasarían a la historia del fútbol como él. Entre ellos, Alexanco, Simonsen, Maradona, Asensi y su gran amigo, Schuster.
Fue pichichi en sus dos primeras temporadas con el Barça. Así, su leyenda siguió creciendo más y más. Un ídolo nacional con dos Copas del Rey, una copa de la Liga, una Supercopa de España y una Recopa de Europa.
Respecto a una de esas copas del Rey, bueno, si soy sincero casi hubiera preferido que no la ganara. Porque ese partido a los sportinguistas nos dolió, y mucho.
Era la Copa del Rey de 1981. El Sporting estaba lanzado y todos estábamos convencidos de que podíamos ganarla. Habíamos superado al Real Madrid en los cuartos de final. Ganamos 2- 3 en el Bernabéu, y al Sevilla en semifinales, y nos plantamos en la gran final, donde nos esperaba el Barcelona.
La final se celebró el 18 de junio de 1981, en el desaparecido Vicente Calderón de Madrid.
Dos goles nos metió, en los minutos 45 y 59. Cómo nos dolieron.
¿Cómo podía hacernos esto nuestro ídolo?
Para él fue aún más doloroso.
EC: La gente no es consciente. Él por encima de todo, su vida ha sido el Sporting.
EC: Te digo yo que no le dolió más a nadie que a él. Él ganó un título que yo creo que le ha pesado emocionalmente.
CP: Una copa más que agridulce.
EC: Fue una victoria amarga para él.
CP: Y mucha gente no entendió la situación.
EC: Y luego, a raíz de eso, como la gente no acaba de entender que él se debía a su equipo y por mucho que él llevara al Sporting en su corazón igualmente él tenía que hacer su trabajo y luego aquí la gente se portó como se portó.
CP: Con rechazo.
EC: Cuando volvían a Gijón, por lo que sea, venían por aquí estando en el Barça, entraban en un bar y la gente se marchaba.
OC: Y alguna foto de él puesta con una chapa tapando la cara.
CP: También aquello acabó con mucha confusión.
JORGE CASTRO: De dónde saca la gente que subió a la valla. Si está el partido para verlo; a celebrar los goles, que no lo celebró, y que le metió los goles al hermano que no jugó. ¿De dónde lo saca la gente? Pues no lo sé.
CP: Pero al final, Quini era nuestro Quini. De todos. Y con el tiempo la afición comprendió que era un profesional del deporte y olvidó aquello.
Lo que no pudo olvidar todo el país fue el secuestro que sufrió durante veinticinco angustiosos días y que abordaré en el próximo capítulo.
CP: El Brujo conoció la cara amarga del fútbol; sufrió y superó la gran lesión de su vida; se reconcilió con sus miedos en el campo; se rebeló para elegir su destino; brilló entre estrellas cuando pensaba que su luz se apagaba e hirió el corazón de toda una afición a la que volvería a hechizar con su magia.
CRÉDITOS
'Ahora Quini' es un podcast original de EL COMERCIO, resultado de una investigación periodística. Ha sido coordinado, escrito y dirigido por Susana Neira y Carlos Prieto, con la colaboración en los guiones de Verónica García-Peña y en las entrevistas de Javier Barrio y Alejandro Forcelledo. Coordinación técnica de Mónica Yugueros, Aida García, Carmen Muñiz y Diego Abejón. Diseño web, Samantha Acosta, Víctor Coto e Iker Barinaga, con ilustraciones de Daniel Castaño. Edición de Andrea Morán y Carlos García. Producción técnica, Iñigo Martín Ciordia. Diseño sonoro y mezcla, Rodrigo Ortiz de Zárate. Producción ejecutiva, José Ángel Esteban. Gracias a todas las personas que han colaborado con sus testimonios, a Pipo Prendes, Universal, Cadena Ser-Gijón, RTVE y RTPA.
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