Tres playas asturianas, entre las «más deseadas» para el verano, según National Geographic

Con calor, un buen chapuzón. El verano atrae las visitas a Asturias para salir a disfrutar de la amplia variedad de playas que tenemos en la región. Desde encantadoras calas hasta extensos arenales el Principado ofrece a vecinos y visitantes playas para todos los gustos. Y es que el encanto del paraíso natural atrae no solo a sus autóctonos, sino también a los visitantes a nivel nacional e internacional. Sin ir más lejos, National Geographic ha publicado un listado de las playas «más deseadas del verano» en España. Entre la selección de veinticinco, se encuentran tres arenales asturianos.

De una lista de 25 paraísos por todo el país, el arenal que aparece en tercera posición es la playa del Silencio. Se encuentra a 14 km de Cudillero y su iglesia parroquial (siglo XVIII), bajo la advocación de Santiago Apóstol, fue construida sobre los restos del templo primitivo, que ya aparece documentado en la Edad Media. Playa decantos y arenas de 330 metros de longitud con accesos rodados desde Castañeras y peatonales desde el acantilado.

La segunda playa asturiana destacada en la lista es la de Gulpiyuri, en Llanes. Una pequeña playa que por su ubicación ha sido declarada monumento natural. Concretamente se encuentra en el término de la localidad llanisca de Naves, pero su acceso suele suponer muchos problemas, tanto para el que la busca, como para el que se sumerge en la ardua tarea de las indicaciones.

Los únicos accesos posibles son tres: a pie desde la vecina playa de San Antolín o desde Villahormes, utilizando la senda costera llanisca, y en coche desde la localidad de Naves, lo que conlleva una incorporación un tanto extraña desde un puente que cruza la A-8.

También ubicado en Llanes, se encuentra otro de los tesoros de la costa asturiana. La playa de Poo , la cual se sitúa junto a la desembocadura del Río Vallina y es uno de los arenales más concurridos por los veraneantes.

Esta playa de Asturias es de «una belleza muy curiosa», tal y como explica la publicación, pues tiene forma de embudo, lo cual hace que desde sus 150 metros de arenal no se llegue a ver el mar en el horizonte. Esto es así sobre todo durante la bajamar.

• Temas
• National Geographic
• Cudillero
• Llanes