Seis planes para hacer este otoño con niños en Asturias

Último día del verano y, tras vivir una estación con temperaturas de récord, nos adentramos en un otoño que se prevé cálido y seco. Tres meses por delante para disfrutar y realizar diferentes actividades en familia.

Con la vuelta de las rutinas, los maratones de extraescolares y los deberes, sólo cabe aprovechar los fines de semana al máximo pero para ello, Asturias, ofrece un sin fin de actividades, vamos a descubrir algunas de ellas.

El otoño es uno de los mejores momentos para conocer una Pomarada, los árboles están a rebosar de manzanas con sus vivos colores y olores. Esta es una de las escenas asturianas por excelencia en un momento en el que este fruto está a punto de ser recolectado para convertirse en sidra natural o sidra dulce.

La zona de Villaviciosa, por ejemplo, es un buen lugar para adentrarse en la cultura sidrera. Recorrer una pomarada, y si puede ser con una visita guiada mejor, será toda una experiencia para niños y padres y una de las mejores maneras de sumergirse en una de las estampas otoñales asturiana por excelencia: la manzana, los llagares y la sidra.

Además, en el caso de las visitas guiadas el precio no es muy elevado y para menores de 7 años en muchos casos es gratis.

Preparar una excursión para ir a coger castañas o, cómo se dice en aquí, ir a la gueta (a recolectar) siempre es un buen plan. La castaña es una tradición asturiana otoñal que va más allá del entorno rural.

Normalmente es un plan que se hace en compañía y que se suele terminar, en muchos pueblos, con el tradicional «amgüestu» pero que también puede finalizar con una tarde en casa de castañas asadas y sidra dulce.

Son muchos los festivales que giran en torno a este otoñal producto, muchos de ellos ya tienen fecha puesta de cara a finales de octubre o noviembre y algunos de los más destacados son el de Arriondas, Aces, La Reguera o Pola de Siero.

En Asturias tenemos la suerte de contar con el robledal más grande de España y uno de los mejor conservados de Europa, se trata de la Reserva Natural Ingegral del Bosque de Muniellos y, el otoño, con todas sus tonalidades es sin duda, uno de los mejores momentos para visitarlo.

Se encuentra en el suroccidente asturiano, entre Cangas de Narcea e Ibias y es muy importante reservar la visita con antelación ya que su acceso está restringido a 20 personas al día, por eso es importante hacerlo con tiempo y también hay que tener en cuenta que solo se puede hacer una solicitud por persona y año.

Una visita espectacular en la que además de robles se podrán ver abedules, tejos, hayas y acebos que abarcan unos 55 kilómetros cuadrados de extensión y que harán que la paleta otoñal sea más variada.

Una cita señalada que rememora las reuniones que llevaban a cabo hace años los asturianos para deshojar (esfoyar) el maíz. La tradición mandaba que todo el pueblo se reuniera y contarán historias, leyendas o cantaran mientras realizaban esta labor.

En Navelgas siguen manteniendo esta tradición y celebran el Festival del Esfoyón y Amagosto, fiesta que ha sido declarada de interés turístico regional. Una noche mágica que este año en principio está prevista para principios de noviembre.

¿Quién ha dicho que la playa sea solo para el verano? En Asturias tenemos la fortuna de contar con más de 200 arenales y los tenemos a nuestra disposición los 365 días del año. Aprovechar un buen día de otoño para ir a pasear por la arena, incluso descalzo porque las temperaturas puede que lo permitan es un lugo.

Depende del día, puede ser un buen plan realizar un picnic y pasar la tarde jugando y corriendo por la arena. Otra opción si el clima lo permite, es esperar al atardecer y disfrutar de la puesta de sol, playas como la de la Vega o la de Verdicio pueden regalar un auténtico espectáculo para la vista.

Los bufones de Pría, considerados una de las maravillas de España según la prestigiosa revista 'National Geographic', se encuentran situados en el oriente asturiano y el otoño, momento en el que las mareas comienzan a ser más vivas, es un momento perfecto para disfrutarlos.

Los bufones son unas grietas o chimeneas en el suelo, en los acantilados, que conectan el cantábrico con la tierra. Cuando la marea está alta y la mar está brava, estas chimeneas expulsan agua a gran presión y los chorros salen despedidos a gran altura.

Sin duda, el espectáculo está asegurado, incluso con la mar en calma, aunque en ese caso simplemente se expulsará aire comprimido a través de las galerías. Un plan que fascinará a los más pequeños de la casa pero en el que es muy importante la precaución y controlar que los niños no se acerquen en exceso ya que puede ser peligroso.

Estas son algunas actividades ideales para hacer este otoño con niños, pero como siempre, recomendamos seguir la sección de planes para no perder detalle de todo lo que se puede hacer en Asturias.

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