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La lluvia es el peaje que los asturianos tenemos que pagar para que nos deleitemos con el verde tan característico del Principado. Pero incluso con ese 'orbayu' agotador como decía Melendi, se pueden hacer planes para disfrutar de Asturias y conocer cada rincón. De hecho, hay algunos en los que la lluvia puede ser una perfecta aliada. Por ello, lo único que necesitarás será un buen chubasquero, unas botas y disfrutar de estos planes para los días lluviosos.
Es probablemente el lugar más visitado de toda Asturias. Un santuario católico situado en el monte Auseva y donde se dice que la Virgen ayudó a las tropas de don Pelayo durante el ataque a las tropas. Para subir a la cueva se puede hacer subiendo 103 escalones o recorriendo una gruta que lleva directamente al lugar. El plan es ideal con lluvia ya que solo entonces el caudal del chorro que brota debajo de la Santa Cueva se llena de agua siendo todo un espectáculo.
Con mal tiempo es lo ideal para visitar esta joya de la naturaleza. Estos fenómenos se originan por la erosión del mar y la lluvia en las rocas que crean chimeneas y grietas por las que el golpe del oleaje se cuela provocando la expulsión de aire comprimido. Por ello, el mejor momento es verlos con la mar revuelta, por lo que un buen chubasquero y unas botas serán más que suficientes para disfrutar de esta maravilla.
Para esta actividad, eso sí, se debe extremar la precaución, observando el espectáculo a una prudente distancia. El peligro es real si nos acercamos demasiado, ya que la fuerza del chorro puede arrastrar a un hombre. Y si vamos con perro, lo mejor es llevarlo atado.
Estos yacimientos están considerados unos de los más importantes de todo el norte de España y son de la época altoimperial. Se encuentran delante de la iglesia de San Pedro en el subsuelo del Campo Valdés y fueron descubiertas en 1903. Hasta 1965 permanecieron ocultas al público y hoy es toda una visita obligada para quien visita la villa.
Por supuesto no pueden faltar algunos de los mejores museos de toda Asturias. Para un día de lluvia son perfectos para permanecer a techo.
— El Museo del Ferrocarril (Gijón)
— La Casa Natal de Jovellanos (Gijón)
— El Museo Barjola (Gijón)
— El Museo Evaristo Valle (Gijón)
— Museo Nicanor Piñole (Gijón)
— Museo de la Emigración (Colombres, Ribadedeva)
— Museo Etnográfico del Oriente (Porrúa, Llanes)
— Museo de la Sidra (Nava)
— Museo del Jurásico (Colunga)
— Monasterio milenario (Valdediós)
— Museo de la Minería y la Industria (El Entrego)
— Museo Marítimo de Asturias (Luanco)
Además, el Acuario de Gijón es toda una oportunidad para sumergirse en la magia de los océanos. Con más de 60 acuarios con especies de todo el mundo, este lugar acerca el mundo marino a todo aquel que lo visita.
A siete kilómetros de Ribadesella se encuentra un pueblo al que tan solo es posible acceder pasando bajo una cueva que alberga estalactitas, columnas y estalagmitas. Todo un fenómeno natural de los pocos que quedan a nivel mundial de cueva asfaltada por donde pueden circular vehículos. 300 metros de longitud en medio de la montaña para llegar a Cueves el pueblo donde poder alojarse y disfrutar el entorno rural en los días de lluvia.
Ubicado en la aldea de Taramundi este conjunto etnográfico fue abierto al público en 1980 y es todo un caserío donde observar la arquitectura tradicional de la hidráulica de nuestros antepasados. Declarado Bien de Interés Cultural en 2005 los molinos de agua son la actividad perfecta para disfrutar de un día de lluvia ya que la intensidad del caudal será mayor y podremos verlos en su total esplendor de funcionamiento.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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