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PABLO MARÍN ESTRADA
Viernes, 24 de enero 2020, 10:13
Las previsiones meteorológicas auguran un buen finde para los aficionados a los deportes de invierno. La primera 'nevadona' del año les recibirá con los brazos abiertos y en las estaciones de Valgrande-Pajares, Fuentes de Invierno y la vecina de San Isidro se preparan ya para la avalancha de visitantes que se prevé acudan a disfrutar del paraíso blanco. El entorno de ambos puertos ofrece también la ocasión de adentrarse a descubrir nuevas experiencias de turismo activo o a visitar el rico patrimonio monumental de los concejos de Aller y Lena. Un finde de nieve puede dar para mucho más que deslizarse por las pistas y cambiar el equipo de esquí por el de montaña o paseo, es un momento.
Una de las prácticas que suele entusiasmar tanto a los amantes del deporte blanco como a los senderistas de bastones y mochila son las travesías con raquetas. Diversas empresas brindan la posibilidad de iniciarse en esta actividad o de avanzar en ella con itinerarios guiados de diferentes niveles de dificultad. En torno al puerto de San Isidro, Naturaller y Jarascada programan todos los fines de semana itinerarios en grupo e incluso rutas nocturnas coincidiendo con cada luna llena. La iniciación al montañismo de nieve o las ascensiones guiadas a cumbres de la zona, son otras de las actividades que organizan habitualmente ambas empresas.
En el otro puerto, el de Pajares, la proximidad del macizo de Ubiña genera un polo de atracción de numerosos aficionados al alpinismo o a los recorridos de montaña en condiciones invernales. El Refugio de El Meicín, además de cumplir con su función de hospedaje para excursionistas les proporciona la posibilidad de emprender rutas con guías profesionales para ascender a cotas emblemáticas como la misma Peña Ubiña o la Peña Cerreos, así como para familiarizarse con el manejo de crampones, piolets y cordaje en terreno real. Son muchos también los que acuden allí cada fin de semana, sin otro propósito deportivo que el de darse un paseo por la privilegiada belleza de esos parajes y hacerlo recorriendo el camino que lleva desde Tuiza de Arriba hasta el refugio -poco más de una hora-, para reponer fuerzas ante una fabada o un pote caseros cocinados por los propios guardeses.
El senderismo para todo tipo de públicos y especialmente el compartido en familia es una opción que merece la pena tenerse en cuenta si aparte de probar la primer gran nevada no queremos desaprovechar la oportunidad de adentrarnos en el corazón de los montes y bosques únicos de estos parajes naturales. En época invernal son perfectamente transitables rutas como las que en el concejo de Aller nos invitan a descubrir la Cascada de Xurbeo, en un itinerario fácil desde Murias o desde El Pino a emprender el camino hacia el punto donde comienza el desfiladero de Las Foces de Ruayer. Otra senda apropiada para estas fechas es la que parte de Uriés hacia el antiguo Pozo San Fernando.
Y si conocer los tesoros de la naturaleza siempre es un buen plan, no lo es menos sacar rendimiento de nuestra escapada a la nieve para visitar algunos ejemplos del rico patrimonio monumental que atesoran unas tierras de paso durante siglos entre Asturias y la meseta. En su excursión cultural no puede faltar ese prodigio de la arquitectura prerrománica que es Santa Cristina de Lena, una joya tan nombrada como desconocida, y en el vecino concejo allerano, otra cita obligada es el templo románico de San Vicente de Serrapio, en el que además de los interesantes frescos de su interior se conserva una ara votiva a Júpiter de época romana. Palacios y casonas como los de Boo y Piñeres, en Aller, o los de Ronzón y Zurea, en Lena, dan muestra igualmente de un legado histórico notable que se extiende hacia el siglo XX con los vestigios de arqueología industrial de las antiguas explotaciones mineras.
Esquiar, emprender una travesía sobre raquetas, ascender a una cumbre, recorrer una ruta de montaña o senderismo y visitar monumentos, llenarán su tiempo en un finde que solo podrá ser completo si además reponen las energías empleadas sumergiéndose en la gastronomía local, cuyo plato estrella, especialmente adecuado para entrar en calor, es el pote de berzas. El resto de la carta lo podrán elegir en cualquiera de los múltiples restaurantes de acreditados fogones que abundan a tiro de piedra de San Isidro y Pajares. Son el perfecto refugio y el perfecto pretexto si la meteorología se tuerce para su escapada a la nevadona.
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