La naturaleza cultural que rodea a Oviedo es casi infinita. Sus más de 100 estatuas son parte del atractivo de la capital de Asturias, que irradia sabiduría allá por donde se pasee. Es un auténtico museo al aire libre. La estatua de Mafalda situada en el Campo San Francisco, la de Woody Allen en pleno centro de la ciudad, la Regenta en la Plaza de la Catedral... un sinfín de ellas por las que conocer un poco más la ciudad ovetense.
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Seguramente un día no dé para verlas con detenimiento, pero será suficiente para conocer los rincones más emblemáticos de la enigmática vetusta. Un plan perfecto para pasar un día en Oviedo será comenzar por visitar su casco histórico. Allí encontraremos la joya de la corona: la catedral, también conocida como la Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana de San Salvador de Oviedo.
Es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y un tesoro del patrimonio histórico y religioso de España. Conocida popularmente como la Catedral de San Salvador, en esta majestuosa edificación se encuentra la Cruz de la Victoria, una cruz de oro y piedras preciosas que es símbolo de Asturias, donada por el rey Alfonso III en el año 908. También se puede ver la Cámara Santa declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y donde se alberga la Cruz de la Victoria, una reliquia y símbolo por excelencia de Asturias.
Siguiendo por las calles empedradas del casco antiguo, una parada obligatoria es el Museo de Bellas Artes donde apreciar obras de Picasso, Goya, Dalí o El Greco. También en esas mismas calles y muy cerca podremos comprar algunos recuerdos como camisetas con frases en asturiano o alguna madreña de recuerdo.
Tras ello, seguro que el hambre aprieta y la gastronomía asturiana ofrece platos típicos llenos de sabor y contundencia, porque no olvidemos la fama de las raciones en Asturias. Un buen cachopo, un pote asturiano y un arroz con leche son solo algunas de las delicias que se pueden degustar.
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El día no puede finalizar sin visitar el Teatro Campoamor, sede de los Premios Princesa de Asturias. Muy cerca está la Plaza de la Escandalera con la famosa 'Maternidad' de Botero. Una buena cena en Gascona con una buena sidra y un buen atardecer en el Monte Naranco no dejará indiferente a nadie. Eso sí, hay que ir en coche.
Si la visita es en verano, septiembre es un buen mes para ver cómo la capital se llena de luz, fiesta y diversión con sus fiestas de San Mateo. Conciertos, chiringuitos, fuegos artificiales y el día del Bollu son solo algunas de las actividades que estas fiestas ofrecen. Todo un planazo para visitar la capital del Principado y enamorarse de cada rincón.
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