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Isabel Gómez

OVIEDO

Viernes, 6 de octubre 2017, 06:32

El otoño en Asturias puede ser mágico. Los paisajes verdes se tiñen de oro y ocre y las campañas de recolección de manzana, uva y otros frutos de temporada llenan los campos de vida. En los bosques atruena la berrea y grandes y pequeños se aventuran por caminos y arboledas en busca de setas, avellanas o castañas. Y en los pueblos, en las primeras noches de frío y lluvia, el fuego se invita a todas las fiestas para dar luz y calor. Con estos ingredientes, la diversión está asegurada para toda la familia. Seguir leyendo...

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