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ANA RANERA
Viernes, 10 de enero 2020, 03:39
Enero trae consigo la cuesta. Un camino en ascenso en el que toca decir adiós a los excesos navideños, a las constantes salidas y a los regalos acumulados perfectamente envueltos, bajo el árbol repleto de brillos. El alumbrado festivo de las calles se apaga ... y los días comienzan a alargarse tímidamente a la espera de la inminente primavera. Aunque convenga ir reduciendo los excesos festivos que han reinado las últimas semanas, las ganas de hacer planes no menguan ni un ápice y toca, entonces, echar mano de opciones compatibles con un presupuesto más ajustado. Y, afortunadamente, hay muchas y muy apetecibles en todos los rincones de Asturias.
En el centro de la región, en Teverga, se puede disfrutar de una jornada que incluya diversión para toda la familia, una dosis de historia y desconexión en plena naturaleza. La mañana podría empezar con una ruta a través de las brañas teverganas. Este intinerario comienza en Barrio y continúa, entre abedules, robles y hayas, por Fonfría, La Mesa y Torce hasta regresar al punto de partida. Para continuar la jornada, a mediodía y a las 16.30 horas, sábados y domingos, se puede hacer una visita guiada, por 1,50 euros, a la colegiata de San Pedro, la gran desconocida del Románico Bizantino de Asturias. Y, para terminar, una buena opción es pasar la noche en La Posta del Camín Real, un alojamiento rodeado de naturaleza y de una impresionante finca repleta de caballos: desde 42 euros la habitación doble.
Cabranes es otro de los concejos en los que pasar la jornada sin hacer sufrir al bolsillo. De miércoles a domingo, de 11 a 14 horas, por 2 euros, se podrá hacer una visita al Museo de la Escuela Rural de Asturias, dentro del cual se hace un viaje por la historia de la educación en el Principado. También, de 11 a 13.30 horas, por 2 euros, está abierta al público la iglesia de San Salvador de Valdediós, que data del siglo IX. Es una iglesia prerrománica en la que se ve el pasado, al mismo tiempo que se adivina el futuro. Tras empaparse de toda la cultura de la zona, llega la hora de sumergirse en la naturaleza en la ruta de Peña Cabrera, que transcurre entre apacibles terrenos de labranza, profundos bosques e impresionantes vistas y por la senda fluvial del río Viacaba.
Para quienes prefieran acercarse al occidente asturiano, el concejo de Los Oscos es un paraje repleto de asturianía en el que la vida sigue latiendo lentamente, al mismo ritmo que lo hacía varios siglos atrás. El conjunto etnográfico de Mazonovo, cuya entrada cuesta 2 euros, es un conjunto restaurado para la comprensión de la industria del hierro, cuya estructura original apenas ha sufrido modificiaciones. Está abierto de martes a jueves, de 13 a 14 horas, y de viernes a sábado, de 12 a 14 horas y de 16.30 a 19 horas. También, por 3 euros, se puede adquirir una entrada conjunta para ver el Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos, de 11.30 a 14 horas y de 16 a 18 horas, de viernes a sábado y de 11.30 a 14 horas los domingos. Este museo se erigió en la casa donde nació Antonio Raimundo Ibáñez, marqués de Sargadelos, y allí se puede apreciar cómo fue la vida y obra de este comerciante. Para dormir, cualquiera de las múltiples casas rurales de la zona como los apartamentos Viduedo resultan apetecibles: cuestan 150 euros, dos personas y dos noches.
Por último, para quienes prefieran el oriente, Llanes es siempre una buena opción. Si la marea está alta y la mar revuelta, los bufones de Pría son una parada indispensable para sorprender a cualquier viajero. Para seguir maravillándose con el concejo, El Camín Encantáu, que comienza en La Venta de los Probes, sigue los pasos de unos curiosos seres mitológicos que exhortan a respetar la naturaleza. Para acabar la jornada, un paseo por Llanes con parada obligada en 'Los cubos de la memoria', ubicados en el puerto de la localidad.
A estos cuatro planes, se unen otros muchos, repartidos por la región, en los que gratis, o por muy poco dinero, se pueden descubrir y disfrutar todos los tesoros que se esconden en las entrañas de los concejos y tras las puertas de los museos.
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