«Estamos en un ciclo de música mala e irresponsable con su tiempo»

-No es la primera ni la cuarta vez que actúa en Gijón. ¿Qué trae esta vez con su gira 'Esencia'?

-A ver qué me depara la ciudad, porque siempre voy con Víctor Manuel y tengo una acogida extraordinaria, pero puede que sea por él... ¡Veamos cuando vaya solo! He querido recopilar canciones editadas hace ya tiempo. Muchas no han obtenido trascendencia, pero pertenecen a la esencia de mi obra en general. He querido ofrecer un panorama general de mi obra desde el principio hasta este momento. Pensé que era un riesgo, pero el resultado está siendo muy favorable. Llevo ya casi dos años con este recital.

-¿Se trata de un menos es más?

-No exactamente. Hay un balance entre uno y otro y el público sale muy satisfecho.

-Si hace un repaso a su trayectoria, cantará canciones eternas que llevan décadas funcionando. ¿Cómo es esto posible?

-Son canciones muy queridas por el público y por mí. No siento que sean una obligación, las canto por placer. Han trascendido, las han tocado con esa varita mágica de lo eterno, de lo que no pasa.

-Desde luego el público no se aburre de escucharlas, ¿seguro que usted tampoco?

-No, ni mucho menos. De todas formas, el público respeta mucho y ama y se crea un ambiente favorable tanto con una como con otra. A esto ayuda el formato de piano, guitarra -tras años de problemas con las manos, la vuelvo a tocar- y chelo, que contribuye a que se genere ese ambiente. Es un formato íntimo que suena muy bonito.

-La música latina actual triunfa en todo el mundo, pero eso no le enorgullece.

-No. Si han leído mis declaraciones habrán visto que son fatales sobre la música que se está oyendo hoy. En esencia las canciones son muy malas, tanto en poética, como en los ritmos... no son nada.

-Pero habrá algo de esperanza...

-Yo creo en los ciclos. Estamos viviendo un ciclo fatal dentro de la música mundial popular. Si se compara con la de los sesenta, esto es un desastre. Desde el punto de vista social está ocurriendo un desastre que se refleja en la cultura. Las transnacionales hacen negocio, no cultura, creando marketing sobre personalidades que no lo son. Y será así hasta que pase este ciclo, por aburrimiento o cansancio, de música mala e irresponsable con su tiempo.

-Sin medias tintas.

-La esencia se ha perdido. Hoy no se canta, se habla. Y se dicen barbaridades y unas rimas que dan asco. Hay compositores que están haciendo las cosas bien, pero eso no interesa ahora a las compañías.

-El año pasado sacó cuatro discos. No parece con intención de retirarse...

-No. No paro de tener proyectos. Acabo de terminar un disco de salsa con veinte colaboradores. Habrá muchas sorpresas, con artistas que nunca han cantado salsa y lo hacen ahora con mis canciones.

-Al comienzo de la entrevista ha pedido no hablar de política. ¿Por qué?

-¿Vale la pena que un artista hable de política? Yo ya he dado mi vida, lo he dicho todo. Siento que soy un revolucionario todavía, pero no políticamente.

-¿Lo que hace Greta Thunberg es política?

-Desde luego lo que dice es impresionante. Pero tengo la leve sospecha de que una niña a esa edad puede ser manipulada y creo que algo así sería peligroso para el sentir y el desarrollo de esa persona. Preferiría que fuera alguien de veinte años quien tuviera esas inquietudes y las manifestara.