GLORIA POMARADA
Jueves, 8 de diciembre 2022, 01:06
De todos los rincones de Asturias, en ninguno la Navidad adquiere el significado que alcanza en el santuario de Covadonga, donde espiritualidad y ambiente festivo se dan la mano en estas fechas para conmemorar la época más «entrañable» del año. «La Navidad aquí es muy ... bonita, toda Covadonga es una auténtico nacimiento», destacó ayer el abad, Adolfo Mariño, tras la inauguración de los belenes del Real Sitio. El principal regresa este año a la Santa Cueva tras su paso por la Basílica y lo hace por aclamación popular. «A la gente le gustaba más aquí», explicó el sacristán José Ángel Vecino, artífice de un belén que se asemeja a la obra de arte. Belenista por tradición familiar, de su ingenio sale desde hace dos décadas el diseño de una instalación que alcanza los ocho metros de ancho por los seis de largo y un total de 130 figuras. Cada dos minutos el día deja paso a la noche y entre los elementos animados se incluye como novedad el giro del ángel durante el anuncio a los pastores. El nacimiento incorpora además un río en sustitución de la anterior cascada y dos casas de gran tamaño, elaboradas íntegramente por Vecino. El montaje supuso 21 días y debido a lo transitado de la cueva, fue necesario concentrar los periodos de trabajo entre las siete de la tarde y la una de la madrugada. «Son muchas horas», compartió el sacristán, quien tuvo además que resolver un problema añadido: la humedad de la cavidad. Para ello se ha dispuesto una estructura de aluminio y material ignífugo que protege el belén.
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El de la Santa Cueva no es el único que ya luce en Covadonga, donde también ayer quedó inaugurado el de la Casa de Ejercicios, montado por las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús. «Tiene todo lujo de detalles», ensalzó el abad. No faltan ninguno de los edificios del Real Sitio ni curiosidades como fotos de los religiosos o coches de la Guardia Civil junto al puesto. El abad destacó además el guiño al pueblo de La Riera, representado por ser el lugar que albergaba a los canónigos hasta el siglo XIX.
El despliegue de belenes se completa con el instalado en la Escolanía por las carmelitas mensajeras del Espíritu Santo y los nacimientos que se irán colocando por más enclaves, como los de distintas partes del mundo en la Basílica. «Viene mucha gente de Asturias y de fuera a verlos y hace aún más entrañable la Navidad», señaló el abad, quien recordó que permanecerán abiertos a las visitas hasta la semana después de Reyes.
En la celebración de ayer, además de numerosos fieles, estuvo muy presente la música, con interpretación de villancicos como 'La Virxen de Covadonga', cantado en asturiano y a capela por la magnífica voz del canónigo Tomás Camblor. A lo largo de las fiestas navideñas también la Escolanía ofrecerá recitales en el santuario y Cangas de Onís.
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