Según la inteligencia artificial es una de las ciudades más feas, pero los asturianos sabemos que Avilés cuenta con un encanto propio que solo sabe aquel que la visita o tiene el privilegio de vivir en esta villa medieval. Por ello, un buen plan para pasar el día es recorrer su corazón comenzando por el casco histórico, que es el segundo de España en albergar más soportales de España, tan solo por detrás de Santiago de Compostela.
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Disfrutar de un buen desayuno y un café en las terrazas que rodean la Plaza de España. Unas marañuelas -con permiso de Candás y de Luanco-, un mantecado o bollu de Avilés y listos para recorrer toda la villa. Si tomamos como referencia los puntos cardinales, desde la plaza de Pedro Menéndez hacia el norte encontraremos el barrio de Sabugo, el de los marineros. Hacia el suroeste, nos encontramos la plaza de los Hermanos Orbón (donde se encuentra el mercado de Abastos). Hacia el sur un espacio más extenso del casco viejo y núcleo central de Avilés, con la plaza de España, el parque de Ferrera —el pulmón de la ciudad— y la emblemática calle Galiana, entre otros puntos de interés. Todos estos sitios cuentan con numerosos bares, restaurantes y cafeterías en los que comer o tomar algo. Hacia el oeste, cruzando la emblemática ría de Avilés, el Centro Niemeyer.
Comencemos pues justo al lado de la plaza de España, que se encuentra al lado de la Iglesia de San Nicolás de Bari, uno de los templos más antiguos de Avilés, con orígenes que se remontan al siglo XII. Este edificio, que combina elementos románicos y góticos, es un testimonio de la rica historia religiosa de la villa. Pero si visitas esta preciosa iglesia no debes olvidarte de otra muy importante para los avilesinos: Santo Tomás de Cantorbery o iglesia nueva de Sabugo. Este imponente templo podemos encontrarlo al bajar la por la calle de La Cámara, uno de los centros neurálgicos de Avilés. Muy cerca entontramos el Atrio, donde podemos hacer alguna compra.
La calle de la estación también merece una parada ya que en ella se encuentra a estatua de La Monstrua nombre con el que se conocía a Eugenia Martínez Vallejo quien nació con una enfermedad congénita que afectaba a su metabolismo, provocándole una marcada obesidad. Debido a ello fue llamada por el monarca Carlos II para incluirla entre los servidores conocidos por aquel entonces como gente de placer, personajes destinados al divertimento de la corte.
Fue entonces cuando el pintor avilesino Juan Carreño Miranda la retrató en dos obras, 'La Monstrua vestida' y 'La Monstrua desnuda'. En 1997, la villa de Avilés rindió homenaje a Carreño de Miranda con la reproducción en bronce de 'La Monstrua vestida', obra del escultor Amado González Hevia.
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También en pleno casco histórico y centro de la ciudad se encuentra el Museo de la Historia Urbana de Avilés donde se narran los orígenes de la villa como la primera cantábrica y todo su pasado industrial.
La calle Galiana, construida en el siglo XVII cuenta con 252 metros que conservan el doble suelo, una zona empedrada para el ganado y otra lisa para aquellos transeúntes con viviendas de doble altura que aún conservan un cuadrado en forma de mirilla encima de cada puerta para observar quién se acercaba. En uno de los extremos de esta emblemática calle encontramos la plaza del Carbayedo, que además de bares tiene un hórreo.
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Pasear por sus calles es todo un lujo para la vista, pero los parques de Avilés bien merecen una tarde para disfrutar de su esplendoroso verde. Nadie podría imaginar Nueva York sin su Central Park o Madrid sin el retiro. Así, Avilés cuenta con su gran parque central, el de la Ferrera. En este terreno, que antes disfrutaban marqueses, se convirtió a espacio público en 1976 con un estilo inglés y una zona estilo francés que hacen las delicias del visitante.
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Para finalizar, un paseo por la ría y un atardecer desde el Niemeyer, un centro cultural diseñado por el brasileño Óscar Niemeyer y la única del artista en España. Toda una oda a la naturaleza que bien merece ser visitada tanto por dentro como por fuera. Y un último apunte para aquellos viajeros más atrevidos: visitar el cementerio de La Carriona, que forma parte de la ASCE (Association of Significant Cementeries in Europe), la red europea de cementerios con interés histórico artístico. Alberga esculturas de gran belleza siendo todo un museo. En este lugar se encuentra una figura galardonada en 2015 como mejor escultura funeraria de España: la estatua del ángel de la tumba de la marquesa de San Juan de Nieva, obra del ovetense Cipriano Folgueras.
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Y para los más fiesteros, Avilés celebra a finales de agosto sus populares fiestas de San Agustín, cuando sus calles se engalanan para llenarlas de música y actividades de las que disfrutar en pleno verano.
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