La primera Bienal de Arte y Clima se celebrará en mayo de 2026 en Avilés

El nacimiento de la Bienal de Arte, Arquitectura y Clima se gestó ayer en el Ayuntamiento de Avilés en cuyo salón de recepciones se firmó el protocolo de actuación de un espacio de encuentro que se celebrará cada dos años, con carácter nómada, pero cuya primera edición comenzará en mayo de 2026 en Avilés. La «utopía» que plantea esta bienal es la reflexión a través de la cultura y el arte sobre el cambio que se debe abordar en relación con el cambio climático. Como lo ejemplificó Amanda Masha Caminals, directora artística de la Bienal Climática, durante el proceso de investigación «hablando con una bióloga asturiana especializada en la resiliencia de los árboles, nos decía que estaba pensando en dejar el área del cambio climático (...) porque la ciencia ya lo había hecho todo, nos había dado datos, predicciones, incluso hojas de ruta, y ahora le tocaba el turno a la cultura y la política».

La puesta de largo de esta nueva cita, que surge gracias a la alianza de los ministerios de Cultura, para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, de Vivienda y Agenda Urbana, del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Avilés y de la Fundación Atelier Itd, reunió a los secretarios de todos esos organismos que se felicitaron por una idea que tratará de diferenciarse de las más de 270 bienales de arte que se organizan en todo el mundo reformulando el modelo tradicional. «Se trata de una bienal que pretende fomentar la reflexión y el debate, sí, pero también la acción climática. (...) Hemos empezado repensando la sostenibilidad de nuestras prácticas, de la producción cultural. Hemos estado analizando distintos modelos de bienales, hemos analizado su impacto social y ambiental y hemos aprendido de las buenas prácticas, pero también estamos invirtiendo muchos esfuerzos en desarrollar un plan de sostenibilidad social y ambiental que esté en el corazón y en la práctica diaria de lo que vamos a hacer».

La bienal pretende, por tanto, contribuir al modelo de transición ecológica con una programación descentralizada, con lenguajes y formatos artísticos «que lleguen a todos los públicos» e implicando a toda la sociedad. En el proceso de investigación previo ha participado la artista Elisa Cuesta, que ha elaborado una «cartografía crítica» que combina conocimientos científicos y técnicos «con narrativas de la ciudadanía» y con la participación de agentes sociales. En palabras de Amanda Masha, «estamos mapeando el contexto y, en cierta manera, dibujando mapas de futuro posibles».

El secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau, identificó la bienal como un «agitador de conciencias» y resumió con otras palabras lo que previamente había detallado la directora artística de la iniciativa, «lo que nos dice (la bienal) es: pongámonos a hacer, a pensar en esa utopía». Su homólogo en Medio Ambiente añadió que «no hay mejor aliado que la cultura para la acción social».

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