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Un chapuzón diferente

El tiempo del mes de julio no invitó a explorar las playas y piscinas de Asturias. Agosto llegó con la primera gran ola de calor del verano y no es raro que los primeros días de septiembre se presenten con temperaturas plenamente estivales. Así que aún queda tiempo para disfrutar de las distintas y sorprendentes zonas de baño con las que cuenta la región. Y es que no solo de playas vive el turismo asturiano. Aquí te dejamos algunas propuestas que puedes disfrutar y descubrir este verano.

Isabel Gómez

OVIEDO

Viernes, 24 de agosto 2018, 17:22

  1. Con vistas a la bahía

    Damián Arienza

    Heredera de la construida en 1954, la piscina de agua salada del Club Astur de Regatas de Gijón permite disfrutar del baño mientras se contempla una panorámica privilegiada de la bahía de San Lorenzo. Además, quien se atreva con las olas del Cantábrico dispone una escalera directa al mar. Una zona de solárium y servicios auxiliares incrementan el atractivo de esta instalación, cuyo uso requiere ser socio de la entidad.

  1. Lejos del bullicio

    Mario Rojas

    Una de las alternativas predilectas de los ovetenses para darse un chapuzón es la piscina municipal de Las Caldas, en Oviedo. Rodeada de vegetación y alejada del ruido y el bullicio del casco urbano, la instalación está abierta de 12 a 20 horas y el precio de las entradas es de 1,86 euros para los adultos y de 1,13 euros para niños.

  1. La única piscina de agua fluvial

    Patricia Bregón

    El original diseño serpenteante de la única piscina de Asturias que se nutre de agua fluvial convierte a la piscina de Sollovio, en Illas, en una de las mejores propuestas de Asturias para disfrutar de un baño diferente. Enmarcada en un área recreativa dotada de mesas, un merendero y un parque infantil, cuenta con tres vasos artificiales de distinta profundidad por los que circula de manera ininterrumpida el cauce del río Faxeras, lo que evita el estancamiento de agua y la utilización de químicos. Abre a diario de 12 a 20 horas y el precio de la entrada individual es de 1,50 euros.

  1. El mar en una piscina

    Marieta

    La piscina de agua salada de San Esteban de Pravia, en Muros de Nalón, fue la primera de Asturias en aprovechar directamente del agua del Cantábrico. Por eso, el baño también permite disfrutar de vistas al mar y la playa de Los Quebrantos. Además de una extensa zona de solárium, este equipamiento tiene dos piezas: la piscina olímpica, de 50 metros de largo y hasta dos metros de hondo, y la infantil. Está abierta de 12 a 19.45 horas y el precio de la entrada para mayores de siete año es de 2,3 euros.

  1. Diversión en una antigua cetárea

    E. C.

    También del agua salada del Cantábrico bebe la piscina natural de Tapia de Casariego, creada en la antigua cetárea. Ideada por el arquitecto gijonés Jovino Martínez Sierra, un sistema de compuertas permite regular cuánta agua entra y sale en cada momento. El atractivo de esta instalación, protegida por las rocas del acantilado, se completa con unos accesos y una gran rampa recubiertos de madera. que hace las veces de solárium.

  1. Un baño en la 'fortificación'

    E. C.

    Por su forma y sus materiales, la piscina de Folgueiróu, en Illano, fue bautizada como «el castro del siglo XXI» y su originalidad fue reconocida el año de su inauguración con el premio Menhir, que reconoce los mejores trabajos de la Unión Europea realizados por jóvenes arquitectos en piedra natural. Su vaso principal es circular, con ocho metros de radio, y está rodeado de altos quitavientos de piedra. La 'fortificación' se completa con un vaso para los niños y zona de solárium. Durante el verano, está abierta de martes a domingo de 12 a 14 y de 15 a 20 horas.

  1. A remojo junto al santuario

    Nel Acebal

    Cerca del santuario de la Virgen de la Cueva, enclavada en medio de un paisaje de gran belleza natural están las piscinas de Piloña. La instalación, que cuenta con dos vasos, abrirá todos los días de la semana hasta el 31 de agosto en horario de 12 a 20 horas. La entrada general tiene un coste de 1,85 euros.

  1. Un chapuzón en el Cherón de Quico

    J. M. Pardo

    Está a unos sesenta kilómetros del mar, pero Aller también tiene playa. El agua de esta playa fluvial del pueblo de Llanos, conocida como el Cherón de Quico, procede del río San Isidro y cada verano congrega a decenas de visitantes y vecinos de la comarca. En su entorno hay un área recreativa y un bar, lo que lo convierten en un enclave ideal para disfrutar de un día al aire libre.

  1. El trampolín de Laviana

    J. C. Román

    El Puente de Arco es uno de los lugares favoritos de los lavianeses para darse un chapuzón en el Nalón cuando el calor aprieta. Se encuentra a poco más de dos kilómetros de Pola de Laviana y cuenta con un atractivo especial para los más jóvenes: la posibilidad de saltar desde lo alto del puente, como si de un trampolín gigante se tratara.

  1. La joya esmeralda del Oriente

    Carmen Piñán

    La Olla de San Vicente, una poza natural en el río Dobra, es uno de los enclaves fluviales que más bañistas congrega cada verano en Asturias. Conocida por el característico color verde de sus aguas, esta joya del Oriente de Asturias es también una referencia para los amantes del senderismo, ya que es el destino de una popular ruta que trancurre por parajes de Amieva y Cangas de Onís.

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