Lugares para un último chapuzón en agosto

Los últimos días de agosto en Asturias están siendo la excepción en un verano en el que el sol y el calor apenas han hecho acto de presencia. El merecido paréntesis de buen tiempo ha despertado las ganas de darse un buen chapuzón. Es momento de redescubrir la riqueza natural de nuestra región. Desde pozas naturales hasta ríos aptos para el baño, pasando por cascadas con encanto que permiten refrescarse mientras se disfruta de la inusitada belleza del paisaje asturiano.

Clara G. Santos e Isabel Gómez

Oviedo | Gijón

Viernes, 27 de agosto 2021, 09:08

  1. Con vistas al mar

    Adobestock

    La piscina de agua salada del Club Astur de Regatas de Gijón, deudora de la construida en 1954, permite darse un baño mientras se contempla la panorámica aventajada de la ciudad y el horizonte infinito que se extiende sobre la bahía de San Lorenzo. También dispone de una escalera directa al mar, para quien se atreva con la magnificencia y la bravura de las aguas cantábricas.

  1. Un jacuzzi en el Dobra

    Adobestock

    La Olla de San Vicente, una poza natural en el río Dobra, es un lugar privilegiado del Oriente asturiano. Conocido por el color celeste de sus aguas, este río embelesa a los bañistas sin necesidad alguna de viajar a un lugar exótico. Además, se trata de una referencia imperdible para los aficcionados al senderismo, ya que es el destino de un popular sendero que atraviesa parajes salvajes de Amieva y Cangas de Onís.

  1. El mar en la piscina

    Marieta

    En Muros del Nalón, concretamente en San Esteban de Pravia, se encuentra la primera piscina de Asturias en aprovechar el agua salada del Cantábrico. La fiereza del mar, ahora en formato piscina, permitirá a los usuarios disfrutar de las altas temperaturas mientras se dan un chapuzón diferente. Además de una extensa zona de solárium, este equipamiento tiene dos piezas: la piscina olímpica, de 50 metros de largo y hasta dos metros de hondo, y la infantil. Está abierta de 12 a 19.45 horas y el precio de la entrada para mayores de siete año es de 2,3 euros.

  1. Una piscina natural entre acantilados

    Adobestock

    El agua salada del Cantábrico también se disfruta la piscina natural de Tapia de Casariego, creada en la antigua cetárea. Ideada por el arquitecto gijonés Jovino Martínez Sierra, un sistema de compuertas permite regular cuánta agua entra y sale en cada momento. El atractivo de esta instalación, protegida por las rocas del acantilado, se completa con una gran rampa recubiertos de madera. que hace las veces de solárium.

  1. Con niños y a lo loco

    Pablo lorenzana

    Las piscinas de San Lázaro, en Oviedo, son una muy buena opción para quienes deseen disfrutar de una tarde en familia bajo el sol. Las instalaciones constan de una piscina olímpica y de una psicina para que se bañen los más pequeños, ambas al descubierto. En cuanto los precios, serán de 2 euros para los adultos y de 1,50 para los menores de 18 años, mayores de 60 y personas con discapacidad.

  1. Un tesoro diminuto

    Adobestock

    Con una longitud de menos de 50 metros de línea de arena, la playa de Gulpiyuri puede presumir de ser considerada la más pequeña del mundo. El baño está garantizado y la belleza de su entorno también, puesto que se encuentra entre acantilados cuyo verdor contrasta con las cristalinas aguas de esta maravilla geológica del Oriente asturiano. Hay que tener en cuenta que tiene un aforo reducido y, por ello, es recomendable visitarla durante el mediodía, para evitar aglomeraciones.

  1. Un baño entre xanas y trasgos

    Adobestock

    En el interior del concejo Castropol hay una misteriosa ruta que comienza en las antiguas escuelas situadas entre Piantón y Vilarín. Después de recorrer casi tres kilómetros de naturaleza salvaje se encuentra la cascada de Cioyo, un salto del agua de 30 metros de altura que a sus pies rebosa el agua cristalina. Un paraje de ensueño que guarda una estrecha relación con la mitología asturiana.

  1. Un chapuzón en el Cherón de Quico

    J.M.Pardo

    En Aller también tienen playa, aunque sin el peligroso rugir de sus olas. En el Cherón de Quico, en el pueblo de Llanos, se encuentra esta playa fluvial cuyas aguas proceden del río San Isidro y durante la temporada estival congrega a un buen número de parroquianos ansiosos por refrescarse sin salir del concejo.

  1. Aguas cristalinas en pleno bosque

  1. El balcón de Llanes

    Adobestock

    La Playa de Poo en Llanes se encuentra en la desembocadura del pequeño arroyo Vallina, por lo que sus apacibles aguas resultan ideales para los más temerosos. Además, este enclave, de fina arena y aguas celestes, traslada a su visitante a las zonas exóticas de su imaginación que, sin embargo, nada tienen que envidiar a esta joya esmeralda del Oriente asturiano.

  1. Un chapuzón para 'valientes'

    Juan Carlos Román

    Cuando el calor aprieta los lavianeses aprovechan para acercarse hasta Puente de Arco, en el Nalón, a menos de dos kilómetros de Pola de Laviana. Este lugar suele ser el preferido por los más jóvenes que se animan a saltar desde lo alto del puente para sentir la adrenalina de desafiar el propio vértigo.

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