El Aquasella vive una edición de récord

Han pasado ya dos veranos desde la última vez que Arriondas y Cangas de Onís alzaron las manos y las agitaron al ritmo de la música electrónica. Fueron dos años en los que imaginarse, de nuevo, en el Aquasella parecía imposible, pero, por fin, el Valle de la Música ha recuperado su buen nombre, gracias a las melodías que, durante tanto tiempo, solo sonaron en los altavoces de las casas.

El festival techno más longevo alcanza su vigésimo quinto aniversario y se espera una edición de récord. La organización, de hecho, prevé reunir a unas 40.000 personas llegadas desde más de una decena de países. Todas ellas ya disfrutarán de aproximadamente setenta artistas nacionales e internacionales, entre los que se encuentran, por citar algunos, Anfisa Letyago, Anna Tur, Carlos Chaparro, Cristian Varela y Delgado (jueves); Adam Beyer, Amelie Lens, Farrago y Hannes Bieger (viernes); Aída Blanco, Ben Sims y Eulogio (sábado) y Alain Fanegas, Chanin y Damián Martín (domingo). Un auténtico no parar.

Pero el Aquasella, como ya se sabe, es mucho más que música, porque este festival se convierte en hogar de sus asistentes durante cuatro días sumamente intensos. Y, para lograr que todos los allí presentes se queden con ganas de repetir, cuenta con un recinto de acampada totalmente equipado y con una de las mayores zonas de glamping de nuestro país, con un total de 35.000 metros cuadrados de superficie. Además, para alcanzar una mayor comodidad, este espacio está acotado y vigilado constantemente, hay asistencia sanitaria las veinticuatro horas del día y hay duchas con agua caliente, supermercado, un lugar de recarga de móviles, un punto de agua potable, zona de autocaravanas, parking gratuito y diversas opciones de restauración.

Precisamente en ese último rincón, este año se notan especialmente las mejoras alcanzadas, gracias a un espacio de desayunos, un restaurante abierto las 24 horas (con opciones para vegetarianos, veganos y celiacos), terrazas y zonas de sombra, que son muy necesarias en estos días de calor tan poco asturianos.

Pero, volviendo a los conciertos, en esta edición del festival también se notarán los avances tecnológicos en el sonido y en la iluminación, que dispondrá de nuevos sistemas para mejorar la calidad de las actuaciones. Además, en cuanto a los escenarios, a la Open Air Stage y al Bosque Stage se sumará una nueva carpa, La Real. Será la primera vez que se monte en España y tiene una capacidad para hasta 6.000 personas. Más que una fiesta, un fiestón en medio de la naturaleza. Y será justamente esa naturaleza la que permita la incorporación a la cita de una nueva playa fluvial. Ya la última vez que el festival se celebró ofreció a los asistentes la AQS Beach y el éxito fue tal que, en esta ocasión, se suma otra más a la oferta, La playita de la Remolina. En ambas habrá varias actividades disponibles durante el día, así como música, zona de bebida y restauración.

Todo sea para vivir la experiencia al completo. Una vez detallado todo lo que se ofrece, queda claro que desde el viernes, en el Valle de la Música, se ha acabado la calma y el silencio porque el techno se ha impuesto y pone a retumbar cada rincón de Arriondas y Cangas de Onís. Hasta el domingo, la zona será un verdadero trasiego de festivaleros que llegarán dispuestos a dejarse el alma en cada uno de los conciertos. Un paso más hacia la normalidad.

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