A Javier Fesser le gusta despistarnos y que nuestros esquemas salten por los aíres. Al principio era un potente director de comedia con añoranza de los comics de Bruguera (.'El milagro de P. Tinto', 'La gran aventura de Mortadelo y Filemón') pero nos sorprendió con ' ... Camino' un drama con connotaciones religiosas sobre los últimos meses de vida de una adolescente, que triunfó en los Goyas. Volvió después a Mortadelo, pero en animación ('Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo') para proseguir con una comedia mas tradicional pero muy incorrecta, sobre discapacitados ('Campeones'), que arrasó en taquilla y que tuvo secuela ('Campeonex'), no sin antes pasar de nuevo por el humor surrealista con 'Historias extraordinarias', sin contar sus cortos y documentales.
Y ahora nos ha vuelto a descolocar con su primera serie propia, 'Custodia repartida' (Disney+), que es una comedia, pero dramática, sobre lo que sucede en un matrimonio tras el divorcio con una niña de cinco años cuya custodia no la comparten, sino que se la reparten, semana uno, semana otro. Ah, y ambos cónyuges han regresado a casa de sus respectivos padres, con todo lo que eso conlleva. El centro de la trama es Cloe, la niña que descoloca a sus padres y abuelos, ya de por si bastante desquiciados, con sus pequeñas cosas. Tras la separación, la pareja decide seguir siendo amigos y conciliar, pero no paran de discutir.
Una comedia dramática o comedia triste que de alguna manera incide en lo complejo de educar a un hijo cuando no solo hay fuerzas contrapuestas para ello y que además se cuenta con las iniciativas de cuatro abuelos haciendo de las suyas. En 'Custodia repartida' hay momentos divertidos, pero el poso es amargo cuando la conciliación resulta imposible. El final queda abierto a una segunda temporada, que se prevé también de conciliación imposible.
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