'Ice Road': Liam Neeson sobre hielo

Con el paisaje nevado de Canadá de fondo, el protagonista de la saga 'Venganza' es contratado para transportar urgentemente, en una brutal carrera contrarreloj, la maquinaria necesaria para rescatar a un grupo de mineros que se ha quedado atrapado en una zona remota. El aire se les va acabando bajo tierra mientras tres vehículos de gran tonelaje luchan contra las inclemencias del tiempo y las temperaturas extremas para alcanzar su meta y auxiliar a los trabajadores malheridos, encerrados bajo kilos de escombros sin una salida posible.

Conducir a toda velocidad sobre las carreteras heladas es un desafío con un alto índice de mortalidad. Si además el vehículo es gigantesco, las posibilidades de patinar se multiplican. El personaje de Neeson es consciente del reto, una misión casi imposible, pero necesita el dinero para comprar un camión decente y prosperar como experimentado quitahielos. Le acompañan en la proeza un puñado de variopintos personajes inadaptados, encarnados por Laurence Fishburne y Amber Midthunder, vista en la recomendable serie superheroica 'Legión', entre otros rostros que conforman un pequeño gran equipo que, inevitablemente, tendrá su bajas dadas las letales circunstancias. Jonathan Hensleigh, responsable de 'Mata al irlandés' y de la olvidable versión de 'The Punisher' con Thomas Jane, maneja el volante de una película de fórmula, resuelta con profesionalidad pero poca alma.

La tensión saca pecho principalmente gracias a los movimientos sísmicos de las capas de hielo, visualmente escalofriantes. La posibilidad de que el vehículo derrape y se hunda en las aguas glaciales es una constante. El resbaladizo asfalto congelado da mucho juego en este sentido, ofreciendo las secuencias más angustiosas y espectaculares. El bello paisaje nevado, blanco puro, con auroras boreales, con abuso de los planos aéreos, da empaque a dos tramas que transcurren en paralelo. Por un lado, el viaje con dudoso retorno del trío de camiones cargados con el material que puede ser la salvación de los mineros atrapados. Por otro, los hombres abatidos que no pueden salir al exterior, inmovilizados muy a su pesar, explotados por una multinacional devoradora. La insuficiencia de oxigeno crea conflictos entre ellos, mientras el bando de salvadores on the road sufre las consecuencias imprevisibles de una mente sibilina que desestabiliza aún más la situación.

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'Ice Road', también escrita por Hensleigh, se antoja artificial en sus giros. Es difícil imaginar cómo van a superar una y otra vez cada pedrusco en el camino, cómo van a salir de cada salvaje imprevisto, porque la mayoría de las soluciones son inverosímiles (el villano, cual Terminator, se hace pesado). Las escenas cuerpo a cuerpo son algo confusas, el metraje se alarga en demasía y la faena cuenta con algunas decisiones desafortunadas de montaje, lo que no impide que el filme funcione con un aprobado alto como propuesta de entretenimiento mientras señala lo ruin que puede llegar a ser el ser humano por culpa del vil metal. El dinero lo pudre todo, pero la amistad y el compañerismo están ahí para apaciguar el desastre.