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El concepto 'body positive' —cuerpo en positivo, en español— es un término muy utilizado en las redes sociales durante los últimos años. Sin embargo, no se trata de una idea contemporánea: lleva décadas existiendo. El movimiento 'body positive' nació a finales de los 60 ... en forma de revolución feminista para desafiar los cánones de belleza preestablecidos y para dar visibilidad a los físicos que no aparecían representados en los medios de comunicación, como personas con más tallaje, con algún tipo de discapacidad, con cicatrices o personas trans, por ejemplo.
Pero Internet ha rescatado este concepto para enfrentarse al 'body shamming' —la traducción literal es 'cuerpo vergonzoso' y alude a la tendencia de humillar a alguien por su físico— y ha conseguido revolucionarlas. Bajo etiqueta #Bodypositive podemos encontrar en Instagram casi 14 millones de imágenes de mujeres —y también de hombres— dispuestas a dejar de esconder las supuestas imperfecciones que, en realidad, son un mero síntoma de su condición de humanas.
Sin embargo, como todo, el 'body positive' también tiene un lado oscuro. Algunas grandes marcas de ropa se han sumado a esta nueva corriente, pero lo han hecho de una forma controvertida: regalan ropa a mujeres catalogadas como curvi con un número importante de seguidores a cambio de que las promocionen en sus perfiles, sin incentivos económicos. Además, cuando se alejan del mundo virtual, el movimiento se hace menos palpable y es frecuente que las empresas de retail llamen «modelos de tallas grandes» a chicas que utilizan una 40 o incluso una 38, mientras que antes la categoría de 'talla grande' comenzaba a partir de la 48, según denuncia la modelo gijonesa Eva Mª Pérez.
Esta maniquí, la primera modelo curvi en protagonizar la portada de la revista 'Interviú' y en desfilar en la Fashion Week, critica que los grandes diseñadores españoles imponen unos unos cánones de belleza para nada realistas, quienes, además, en muchas ocasiones deciden no diseñar ropa para cualquier mujer. Pero la imposición de estos estereotipos físicos no es culpa exclusivamente de las firmas de más renombre. Solo hay que pasearse por cualquier centro comercial para darse cuenta de a qué clientas van dirigidos los escaparates. «Las tiendas no exponen su ropa en maniquíes de tallas más grandes», lamenta Eva Mª Pérez.
A lo largo de sus 21 años de experiencia, esta modelo gijonesa no solo ha tenido que soportar comentarios ofensivos sobre su físico por parte de grandes diseñadores, sino que también ha tenido que obedecer ciertas exigencias —a veces en vano— para dar la talla como maniquí de algunas importantes marcas. «Una gran empresa de este país me obligó a perder diez kilos bajo la amenaza de echarme, después de trabajar durante varios años con ellos. Los perdí pasándolo fatal. Había conseguido estar entre una 42 y una 44, pero su contestación fue: 'Felicidades. Lo has conseguido, pero para nosotros sigues siendo gorda'», relata.
Eva Mª Pérez considera que los cánones de belleza enfocados a la delgadez solo han «empeorado» en los últimos años y echa de menos ver en las revistas de moda y en medios como la televisión modelos de tallas grandes. «En lo que se ha avanzado ha sido en las redes sociales. Cada vez más mujeres se rebelan contra la dictadura de las tallas y se quieren más a sí mismas, pero en la televisión no es así. Todos los papeles que representan las actrices de tallas grandes son minipapeles sobre la típica amiga que es fea y que no va a conseguir al hombre guapo ni nada de eso», critica.
Sin embargo, el director de la agencia de actores y modelos 'Fashion Face', Carlos Checa, considera que en el mundo de la publicidad «está cambiando la tendencia de utilizar a chicas con un perfil 'de modelo'». «Nosotros trabajamos con mujeres y hombres de todas las tallas, edades, etnias... Muchas marcas se dirigen a un público ámplio y quieren transmitir diversidad», explica. No obstante, es consicente de que este aumento de visibilización en televisión no se produce al ritmo que debería. Para muestra, uno de los últimos trabajos con los que han colaborado: «Mandamos a varias chicas para realizar un anuncio de productos de higiene femenina y la única que podría considerarse curvi fue la única que no salio», lamenta.
Sea o no así, en ocasiones el 'body positive', la aceptación y visualización de un cuerpo que rompe estereotipos, a relucir cuando la mujer en cuestión ha perdido unos kilos. Dos claros ejemplos son las cantantes Adele y Amaia Montero. Solo hace falta poner sus nombres en los buscadores para encontrar alusiones a lo delgada y joven que está ahora la exvocalista de La oreja de Van Gogh, el revuelo que ha provocado Adele con su «radical» cambio físico o detalles sobre sus dietas. Sin embargo, el 'body positive' no parece tan 'positive' cuando el cambio se produce a la inversa, tanto por los comentarios que aparecen en los medios de comunicación como por la obsesión por la delgadez que reflejan los cánones de belleza actuales.
En este sentido, la cantante Taylor Swif desvela en su documental 'Miss Americana' cómo le afectó que su imagen estuviera expuesta constantemente a los comentarios ajenos. La artista, que lleva desde los 15 años siendo una estrella musical, sufrió un trastorno alimenticio que llegó hasta el punto de contar cada caloría que consumía. La cantante comenta cómo llegó a esa situación. «Recuerdo que, cuando tenía 18 años, era la primera vez que aparecía en la portada de una revista. Y el titular era: '¿Embarazada a los 18 años?' Fue porque me había puesto algo que hacía que la parte inferior de mi vientre no estuviera plano. Eso era un castigo. Y luego iba a una sesión de fotos y en el vestuario alguien decía: 'Es increíble, cabes en las tallas de muestra. Normalmente tenemos que hacer modificaciones a los vestidos, pero contigo podemos cogerlos directos de la pasarela y ponértelos'. Eso era algo bueno. Lo registras suficientes veces y comienzas a acomodar todo hacia un halago o un castigo, incluido tu propio cuerpo».
Taylor Swift también habla sobre el problema derivado de unos estándares de belleza que son prácticamente imposibles de alcanzar: «Creo que no sabes que lo haces cuando lo haces poco a poco. Siempre hay un modelo de belleza que no alcanzas. Si eres lo suficientemente delgada, entonces no tienes el culo que todos quieren. Pero si tienes suficiente peso para tener un buen culo, entonces tu tripa no es lo suficientemente plana. Es simplemente imposible».
La polémica Namoi Wolf escribió sobre esta cuestión en su libro 'El mito de la belleza': «Una cultura obsesionada con la delgadez femenina no está obsesionada con la belleza de las mujeres, está obsesionada con la obediencia de estas. La dieta es el sedante político más potente en la historia de las mujeres».
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