Piensa en cinco cantantes o grupos de música. La autora del texto no es Aramis Fuster, pero con cierta seguridad, en esa lista hay mayoría de hombres. Veinte voluntarios han participado en un pequeño experimento no científico en el que tenían que mencionar ... a cinco cantantes o grupos de música y sí, la representación de mujeres fue bastante escasa: el treinta por ciento. Solo uno de cada tres personas tenían voz femenina. Es cierto que se trata de una prueba pequeña y para nada representativa, pero la muestra era variada: los participantes albergan todo tipo de ideologías, tienen diferentes gustos musicales y sus edades van desde los 15 a los 55 años.
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Esta es la línea de las diez canciones más escuchadas en 2019 en Spotify, donde solo en tres de ellas cantan mujeres (siempre acompañadas por artistas masculinos). El porcentaje casi se vuelve a repetir en la lista de las veinte canciones más visitadas en YouTube en la década de los 2010, en la que aparecen siete voces femeninas (solo dos en el top ten, con Katy Perry y la canción de 'Baby Shark').
La proporción de una de cada tres la mantuvo también Zahara. «Christina Rosenvigne, Martí Perarnau, David Bowie... ¿Tengo que decir más?», respondió la cantante, que hace unos días actuó en el Teatro de la Laboral. Zahara, que sacó su primer disco en 2009 y cuando iba a crear el tercero en 2015, decidió formar su propio sello, asegura que a lo largo de su carrera profesional ha sentido «la presión de tener que demostrar más que los demás». «No solo intentar componer bien, además tocar la guitarra, intentar cantar mejor, hacer algo más original, tener una puesta en escena más currada, mejores músicos... Siempre para que se me empezara a considerar —por debajo— de otros músicos hombres. Es una constante en mi vida. Cuando van bien las cosas, suele cambiar, aunque eso no quita que cuando voy a un sitio en el que no me conocen, no me traten como a 'la jefa'. Si hay un hombre, van directamente a hablar con él. Por otra parte, en casi todas las entrevistas me preguntan que cómo la maternidad ha cambiado mi manera de componer. No me imagino a Santi Balmes o a Iván Ferreiro teniendo que responder a eso», relata la ubetense.
La presidenta de la asociación de Mujeres en la Industria de la Música (MIM), Carmen Zapata, coincide con Zahara en que las artistas tienen una presión añadida cuando se suben al escenario. «El público y la prensa son mucho más exigentes con ellas» , señala.
Carmen Zapata resalta que la proporción de niñas y niños durante los primeros cursos del conservatorio la balanza se inclina a favor de ellas; sin embargo, el índice de abandono es algo más elevado en el caso de las jóvenes. «Cuando los chicos montan su primera banda, las chicas dejan la música», subraya. La presión vuelve a ser uno de los motivos. «Una niña es muy consciente de las diferencias de género a partir de los seis años», explica Zapata.
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Un ejemplo de la presión se puede encontrar en tras la actuación de Jennifer López y Shakira en la Super Bowl, que desató una ola de discusiones: que si ropa atrevida, que si movimientos sensuales que quién lo hizo mejor... Pero el año pasado el cantante Adam Levine actuó en este mismo evento sin camisa y agarrándose los genitales y no pasó nada.
«Es un problema del que lo ve, no de quien lo está ejecutando», señala Zahara, que el pasado verano realizó un concierto en el marco de 'Noches del Botánico' en el que buscó la colaboración exclusivamente de mujeres. «Quería desmentir el mito de que siempre que actúan dos mujeres juntas lo hacen compitiendo. Nosotras nos queremos, nos respetamos y nos gusta hacer cosas juntas», sostiene Zahara.
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Más de la mitad de las personas que trabajan en la industria musical son mujeres, pero el dato es notablemente inferior al fijarse en los cargos de dirección, según la presidenta de MIM. ¿El motivo? «Habría que hacer un estudio profundo para concluir cuál es la razón, pero el patriarcado siempre está ahí. Existe una carencia histórica de mujeres en la industria musical y ahora vemos las consecuencias. Desde los años 60 hasta los 90 hemos visto muchos grupos compuestos por hombres y muy pocos de mujeres. La falta de referentes provoca un efecto disuasorio. Tenemos que darle un lugar a las artistas para no tener que decir que como no hubo referentes en esta década, no veremos menos mujeres cantantes en veinte años. No nos podemos relajar porque el modelo instaurado de 'meritocracia' no funciona. Si todo sigue igual, tardaríamos 200 años en obtener la igualdad. La punta de lanza son los carteles de los festivales, donde la representación femenina es muy escasa. Por eso, yo me impongo una autocuota, de responsabilidad. Hay que dar paso a las mujeres en una sociedad en las que están infrarrepresentadas por eso defiendo las cuotas».
Justo para abordar la cuestión de la falta de referentes, la Organización de Mujerer de la Confederación Intersindical ha publicado el calendario 'Tiempo de mujeres, mujeres en el tiempo: Mujeres en la música' —que se presentó en Asturias hace unas semanas en la versión 'Tiempo de muyeres, muyeres nel tiempu 2020'—. Esta asociación desarrolla todos los años un calendario con diferentes temáticas, pero con una meta clara: rescatar del olvido el trabajo de las mujeres en sectores donde históricamente han estado invisibilizadas.
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El proyecto se dedica este año a la música porque «es un caso de los más sangrantes. Históricamente se consideraba a las artistas de segunda clase», asegura Mari Luz, miembro de la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical.
«Ha sido complicado seleccionar a las mujeres que aparecen en el calendario porque realmente hay muchas y muy buenas», subraya. La propia Zahara, Rozalén o Rosalía protagonizan algunos de los textos que del proyecto, que está repleto de referentes femeninos, tanto actuales como de hace siglos. Es el caso de las esclavas cantoras de Al-Ándalus, mujeres formadas para la ejecución y composición musical, poesía y caligrafía; o de las Trobairitz, unas jóvenes trovadoras que datan de la baja edad media y que fueron silenciadas por la historia.
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El Principado de Asturias también aporta su granito de arena a este proyecto con el grupo gijonés Nosoträsh creado en 1994 por Beatriz Concepción, Covadonga de Silva, Malela Durán, Montse Álvarez, Natalia Quintanal y Eugenia Gancedo.
Aparecen también otras artistas como Gracia Baptista, la primera compositora española, nacida en 1557; María Anna Mozart, profesora de música, cantante, multinstrumentista y una niña prodigio que vivió a la sombra de su hermano; y no podía faltar Aretha Franklin, cantante 'Respect', un tema catalogado como himno feminista:
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