De zulo de ETA-Asturcón a refugio

Algunos espacios logran una segunda vida, misteriosamente hasta el escondido zulo del Naranco que sirvió de cuartel a la organización criminal autodenominada ETA-Asturcón, que durante cuarenta y tres años (entre 1974 y 2017) cometió con impunidad secuestros y dos tentativas de homicidio, extorsión a empresarios, estafas mediante la suscripción de políticas y hurtos de joyas, no solo en Oviedo sino en otros puntos de Asturias, Cantabria y Madrid. Dos años después de que la Policía Nacional diera por desarticulada la 'operación Ermita', con los delitos prescritos, la zona ha pasado de ser un vertedero ilegal a un refugio, según una señalización pintada en letras rojas en un árbol para indicar el acceso, con la misma grafía que la utilizada en otros espacios del monte, como antiguos búnkeres de la guerra civil que también han logrado esa segunda oportunidad.

A día de hoy, la 'cárcel del pueblo', como la bautizaron los investigadores, posteriormente desmantelada, ha sido transformada en una espacio para personas extraviadas, con las estructuras mejoradas y modestamente acondicionado en su interior. Así lo ha comprobado EL COMERCIO, tras una visita a este refugio al que se accede por un camino a escasos metros de las antenas de Radio Televisión Española, en una finca denominada 'Ciervo'. Una parcela que durante esos años de actividad criminal pasó desapercibida bajo unas disuasorias colmenas y cuya propiedad se desconoce. Permanece sin aclarar si es municipal, regional o privada porque « no figura en el sistema de patrimonio municipal».

Sorprende cómo el autor ha acondicionado el interior, con sillas, un reloj pintado en una madera, botes de comida, ropa para el cambio, y hasta ha colgado de la pared un recorte enmarcado de EL COMERCIO, del 29 de abril de 2017, informando de que 'El zulo hallado en el Naranco contenía armas que estarían vinculadas a grupos delictivos'.

La aparición del espacio se descubrió precisamente en dichas fechas, a principios de abril de hace tres años, cuando un vecino se encontró fortuitamente con el zulo y contactó con la Policía Nacional. Destapó entonces una construcción vinculada a un caso sin paralelismos en Asturias, permitiendo identificar a «uno de los grupos criminales más activos en el tiempo» en la región.

Más de un año de investigación permitió atar los cabos: el cabecilla se presentó como un asturiano vinculado al sector de la electrónica, bien relacionado y hasta encantado de vivir en «pisos de lujo» cuyo alquiler dejaba sin pagar. Murió en 2012, sin antecedentes, Una mujer, « miembro activo del grupo», quedó en libertad sin cargos por prescribir los delitos, aunque a ella se le atribuye la participación en el intento de secuestro del empresario Alfredo Galán. Lo llamó para una cita en el conocido como «descanso del vaquero», hoy la parrilla Buenos Aires. Un tercer hombre ha sido identificado. Los tres eran familiares. Realmente, no eran un «grupo de terrorismo, sino de delincuencia común», los definió la Policía. Se hicieron llamar ETA-Asturcón porque «vestía mucho» y «amedrentaba un poco más a las víctimas» que los vinculasen con la entonces muy activa ETA -había robado 130 millones de pesetas en el Banco Herrero de Oviedo en 1978-.

Estos asturianos protagonizaron otros casos sonados: las tentativas de secuestro y homicidio al jefe de Cirugía Pediátrica del HUCA Juan Teixidor, el envío de numerosas cartas a reconocidos profesionales exigiendo el pago de una cantidad económica (recaudaron entre 1,5 y 3 millones de pesetas anuales en diez años) y en 1995, el secuestro al hijo de un empresario de Colloto. Este último, según las investigaciones, no pasó en cambio sus dos días de retención en este zulo antes de quedar en libertad en Luanco. Otros quizá sí, aunque no se ha clarificado. Ahora ha pasado de zulo a refugio.

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