Miguel Ángel de Blas (Oviedo, 1949) siempre sintió gran fascinación por el pasado y sus entresijos. Arqueólogo y catedrático de Prehistoria en la Universidad de Oviedo, dedicó buena parte de su carrera a descubrir las raíces de la Asturias pretérita. Hoy, a las ocho de la tarde en el Filarmónica, será el encargado de inaugurar la fiesta del Martes de Campo.
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-¿Cómo se siente al ser pregonero de una de las festividades ovetenses por excelencia?
-Muy orgulloso de que se haya pensado en mí para su inauguración este año. Llevo muchos años formando parte de la asociación La Balesquida y este es el mejor reconocimiento que me podían hacer. Durante mi intervención, trataré de desgranar aspectos históricos de la ciudad en distintas épocas así como mi relación más personal con esta fiesta. El eje central será el recuerdo del Oviedo que yo viví.
-Ese Oviedo de su nostalgia, ¿se asemeja al de hoy en día?
-No tienen nada que ver el uno con el otro. Yo soy de una generación en la que te encontrabas un cine en cada esquina. Ahora resulta difícil disfrutar de la experiencia frente a la gran pantalla sin irse a los grandes centros comerciales. En aquella época, el cine era un espectáculo vertebrador de la cultura, donde no había cabida para las palomitas ni las bebidas gaseosas. Era una experiencia.
-En estos años, ¿ha cambiado también la fiesta del Martes de Campo?
-Curiosamente, no. El Martes de Campo es una romería cuyo origen se remonta al siglo XIII. En todo este tiempo la festividad ha sabido preservar su esencia, su espíritu festivo. Es un pretexto para salir a compartir, el bollo, el vino, la vida..., para disfrutar con amigos y celebrar el Oviedo que es y el que fue.
-¿Qué tiene de especial para usted esta romería?
-La gracia o la singularidad de esta fiesta es que es la única celebración laica con más de ocho siglos de historia. Se remonta, concretamente, al año 1232. No es una fiesta contemporánea, sino que está cargada de historia. La historia de nuestro Oviedo.
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-Forma parte de la Sociedad Protectora de La Balesquida, ¿qué papel juega este grupo?
-Busca, de algún modo, colaborar en la vertebración de la cultura ovetense. Es una lástima que su labor pase desapercibida para mucha gente. Por poco dinero ofrece gran cantidad de actividades a sus socios.
-¿Cuáles son los retos que tiene por delante la ciudad?
-Ser capaz de crecer ordenadamente, manteniendo o ampliando su calidad y evitando la destrucción de su patrimonio histórico. Creo que los proyectos de la Ronda Norte y La Vega deben ser resueltos mirando por el bien común de la ciudadanía. Ello implica, entre otras cosas, respetar el patrimonio que pueda verse involucrado.
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