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A. ARCE
oviedo.
Lunes, 27 de abril 2020, 00:58
El Espacio Coworking Talud de la Ería es uno de los referentes asturianos en materia de potenciamiento de la actividad empresarial emprendedora. Una comunidad de jóvenes con ideas innovadoras, los 'coworkers', a la que los estragos de la crisis sanitaria no ha afectado en la misma medida que a los sectores del comercio y la hostelería convencional. Durante estas semanas de confinamiento, el espacio ha permanecido cerrado a cal y canto, pero la actividad se mantiene, en remoto, y «con más trabajo que nunca», afirma la coordinadora del centro, Mónica Velasco.
«El de los 'coworkers' no es el colectivo que más dificultades presenta para el teletrabajo, porque en el Talud se trabaja de este modo desde el principio», destaca Velasco. «A excepción de los clientes, el mercado y la propia afectación de las ventas» que ha ocasionado la expansión del COVID-19, señala, «por el momento se están manteniendo a flote todos los usuarios», celebra la coordinadora.
Esto es, en sus palabras, porque «la parte tecnológica no ha sufrido tanto envite» como otros sectores. Eso sí, adelanta, «las consecuencias socioeconómicas de esta crisis van a ser tremendas, pero el perfil de las empresas basadas en servicios y tecnología, que son las que suelen estar en el Talud, se han visto menos afectadas», augura, para añadir a renglón seguido que, en todo caso, aún no se conocen los datos suficientes como para evaluar el escenario real una vez finalizada la situación de emergencia.
Por lo pronto, al igual que otros tantos espacios y servicios, el Talud de la Ería continúa sin fecha estimada de reapertura. Lo que sí es seguro, anticipa Velasco, es que «las actividades grupales se van a minimizar en el futuro cercano». «El Talud es un espacio en el que nos abrazábamos y a partir de ahora no va a poder ser así», lamenta la coordinadora. «Este año está perdido y el que viene posiblemente también, por eso vamos a pasar a hacer consultorías de supervivencia y acompañamientos detallados para que las empresas sobrevivan durante esta travesía por el desierto», anuncia.
Asimismo, tanto la comunidad de usuarios como la de responsables del Coworking mantienen desde el primer minuto un contacto «constante» a través de los medios digitales. «Hemos creado un canal de Telegram al que se han ido uniendo los emprendedores y ellos intercambian a lo largo del día sus experiencias, preguntas y dudas al igual que lo hacen al lado de la máquina de café», explica. Por su parte, las reuniones de equipo, por videoconferencia, son diarias. «Estamos en pleno proyecto piloto creando esa transformación y adaptando lo que hacemos ahora para la vuelta al trabajo», concluya Velasco.
Los usuarios, a su vez, han tenido que buscar nuevas vías. Así lo manifesta la socia fundadora de Togadas y Álvarez Abogados, Rocío Álvarez, una de las empresas nacidas en La Ería que consiguieron echar a volar. «Estamos intentando trabajar y ofreciendo los servicios completos de forma telemática», expone. Además de sus servicios como despacho de abogados, Álvarez, junto a dos socias más, también asesora a los propios 'coworkers' en temas legales. «Hemos tenido que reinventarnos, y para afrontar lo que viene, lo que se necesita es avanzar en la transformación digital», manifesta Álvarez.
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