El 'violador del estilete', un hombre «frío y sin compasión»

¿Puede uno de los mayores depredadores sexuales de España reinsertarse? En su caso su historial delictivo no deja lugar a dudas. Un podcast de dos capítulos -el primero ya se puede escuchar en www.elcomercio.es y el segundo se publicará mañana- de la serie 'Asturias negra' de EL COMERCIO, que cuenta con la colaboración de la Policía Nacional y expertos, da nuevos detalles de su perfil, de su trayectoria -cometió su primera violación con 14 años y alternó continuas estancias entre rejas con la reiteración de delitos aprovechando permisos penitenciarios- y de su paso por Asturias en los últimos años antes de regresar a prisión.

«Es un caso muy peculiar, pocas veces veremos una reiteración tan delictiva y tan intensa», aborda en este trabajo el catedrático de Derecho Penal y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo, Javier Gustavo Fernández Teruelo.

Vidal Anido, nacido en San Martiño de Ferreiros (Lugo) en 1963, se trasladó siendo niño con su familia a Barcelona. Tras su primera detención, siendo adolescente, confesó a los psicólogos lo siguiente: «Cuando me entra la depresión tengo que hacerlo, prefiero mujeres jóvenes y vírgenes para satisfacer mis instintos». Con 17 años cometió otras cinco violaciones y nueve intentos en solo seis semanas en Alcalá, mientras realizaba la mili, y con 23 aprovechó un permiso carcelario para agredir de manera muy violenta a otras dos mujeres con un estilete; de ahí el sobrenombre por el que pasaría a la crónica negra de España. «Se caracteriza sobre todo por su frialdad, su escasa empatía con la víctima, por la cual no sentiría ningún tipo de compasión», le define Fernández Teruelo.

Tras ese intento en Lugo y después de pasar unos meses en la cárcel por un delito de coacciones, el 'violador del estilete' se asentó con una novia en Oviedo, en la Colonia Ceano. Su presencia generó una gran alarma social y la Plataforma Feminista de Asturias lanzó una alerta por las redes sociales. Entonces el 'violador del estilete' aseguró a EL COMERCIO que «tenía una vida normalizada», pero la presión ciudadana le hizo abandonar Oviedo, asentándose temporalmente en Moreda de Aller y Belmonte de Miranda.

A principios de 2017 regresó a la capital asturiana, alojándose en una pensión de la calle Martínez Vigil con otra pareja y la joven con una discapacidad psíquica del 65%. Primero la extorsionaron, obligándola a sacar dinero de las cuentas bancarias de su abuelo para entregárselo, y el 22 de diciembre, este individuo entró en su habitación y la violó. «Vamos a tener relacione sexuales quieras tú o no», le advirtió. Su novia, que dormía en ese momento en la habitación de al lado, no se enteró de nada.

La joven primero les denunció por el robo y una agresión, y un mes más tarde salió a la luz la violación. El inspector responsable de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer de la Policía Nacional de Oviedo, José Luis García González, lo describe como «un psicópata sexual, sin ningún tipo de empatía ni arrepentimiento de sus actos». Cuando lo detuvieron le encontraron un estilete. Con el testimonio de la víctima y otras pruebas, el juez lo condenó de nuevo a prisión. Los expertos dudan sobre su posible reinserción cuando salga.