«Vinimos a Oviedo a emprender en la vida»

Al principio de la calle destaca la carnicería El Puente -en memoria de la estructura que antaño se encontraba ahí mismo y por donde pasaba el tren-, a cargo de Francisco Rodríguez, natural de Cangas de Narcea, quien lleva 38 años «con altibajos» vendiendo carne de calidad en Pumarín. «Vinimos a Oviedo a emprender en la vida e iniciamos esta aventura. Ahora ya es un negocio familiar, vamos por la segunda generación», declara mientras señala a su hija, Aida.

Ganadero en origen, le vendía los terneros a una pequeña carnicería que estaba ahí mismo y cuando llegó el momento, a los 25 años, cogió el local. «Me parecía un buen lugar para abrir un negocio y lo sigo pensando», apostilla mientras atiende a su clientela de toda la vida.

A solo unos metros se encuentra otra emprendedora, Pilar Fernández, quien decidió abrir su propio salón de manicura hace dos años y desde entonces no ha parado, ganándose la confianza de las vecinas del barrio. «Después del covid, no había suficiente trabajo de lo mío para todos, los contratos que ofrecían no estaban bien. Soy de familia empresaria y me arriesgué a abrir, tuve la gran suerte de poder hacerlo».

Desde los 17 años metida en el mundo de la estética, esta ovetense se especializó en las uñas poco a poco y ha tenido clientas desde que abrió el negocio, en un local que descubrió su madre y al que nombró 'Queen' en memoria del grupo de música favorita de las dos. Estando ya establecida en Pumarín, Fernández asegura que «aunque me moviera al centro, este local lo conservaría, por mis clientas en la zona».

Cercano al cruce con la calle Fernando Vela, la tienda de reparaciones y venta de electrónica de Ovi Repair es un no parar de clientes y su dueño, Jorge Ilnjian es feliz por ello. «Me echaron en mi anterior trabajo y me hicieron un favor porque así abrí mi local hace dos años. Ahora trabajo con ellos». Desde los 17 años en el mundo de la electrónica, Ilnjian lleva «media vida entre pantallas y reparaciones», con experiencia acumulada en su natal Venezuela y luego en Asturias, cuando vino en 2019. «La única persona que creyó en nuestro proyecto fue una señora que era la dueña de este local vacío y de ahí, fuimos hacia delante».

Para él, la avenida de Pumarín «está rodeada de un barrio super acogedor», excelente para el comercio por sus vecinos.

Muy cerca se encuentra el negocio más veterano de la avenida Pumarín: la zapatería Pepe. Con 62 años de atención al público, es un negocio familiar que ya va por su tercera generación con Eloína Fernández, quien tiene 43 años de experiencia y ya se las sabe todas. «Esta zapatería es mi segunda casa», bromeó. «Es una zapatería de toda la vida y tengo buena clientela, no estaríamos aquí sin su respaldo», resaltó. Para ella, el local tiene su historia porque «ha vivido la evolución del barrio», desde la desaparición del cuartel de la Guardia Civil hasta la construcción de viviendas. Además, añade, «la avenida Pumarín es una buena calle comercial. Un barrio viejo que cambia».