«Viene un relevo generacional importante»

Palmira Villa González del Río es el nombre completo de esta calle en homenaje a la que fuera archivera municipal de Oviedo desde 1938 hasta 1982, la primera mujer de la ciudad en ostentar el cargo. Una vía que se construyó sobre los terrenos del antiguo Hospital Militar y que se extiende paralelamente a la de Benjamín Ortiz. Relativamente nueva, el nombre lo acordó el Pleno del 22 de abril de 1990 y se inauguró el 2 de junio de 1993.

Hace más de dos décadas que Eduardo Breña decidió mudar su estudio de fotografía desde Langreo hasta Oviedo; concretamente a esta calle, Palmira Villa. «Apareció la oportunidad en ese momento y la aproveche», apunta el fotógrafo. Se animó por varios factores: «por la localización, por la facilidad para llegar y porque tenía espacio suficiente». De hecho, estuvo en dos ubicaciones dentro de la misma calle y ahora ocupa este local desde hace doce años.

Breña destaca que, en su caso mucha clientela viene de fuera, lo que es una gran ventaja: «Es muy fácil venir en coche e indicar la ubicación para que lo localicen al estar enfrente del centro de salud de Pumarín». Sin embargo, como aspecto negativo, opina que es «es una zona muy dependiente del centro de salud y de los colegios; llega el viernes tarde y adiós».

Desde los siete años lleva Delia Ledesma viviendo en Pumarín. Por eso, cuando abrieron esta calle nueva no dudó en montar aquí su lencería-mercería, hace ya veintisiete años. «Decidí abrir en esta calle porque era nueva y conocí a mucha gente aquí», recuerda. Una calle que ha cambiado mucho desde los comienzos hasta ahora.

«A nivel comercial no es una calle de paso, si vienen al ambulatorio y eso sí, pero si no, no es una calle como la avenida de Pumarín», señala. Además, puntualiza que antes había más movimiento con el centro de salud, pero «desde la pandemia y la receta electrónica la gente viene menos». Aún así en su caso no tiene queja: «Conozco mucha gente en la zona y siempre me fue muy bien».

Tras veintiocho años en la calle, Francisco Javier Blanco está a punto de jubilarse. Abrió CentrOviedo el 13 de mayo de 1996, cuando «esto era una zona nueva y estaba empezando a funcionar, el centro de salud estaba en construcción, el centro social era un prao y lo único que existía era el polideportivo», rememora. Desde entonces mucho han cambiado las cosas, porque ahora «el centro de salud está a pleno rendimiento, está la gerencia del Sespa, el polideportivo con el Alimerka Baloncesto... y todo genera mucho movimiento».

Para Blanco, que lleva toda una vida aquí, sin duda «es una calle que recomendaría a nivel comercial, aunque muchos comercios han cerrado por jubilación». Sin embargo, prevé «un relevo generacional importante», ya que hay mucho edificio nuevo y está llegando gente joven.

Más de veinte años lleva también en la calle la Pescadería Faro de Cudillero. Mónica Alonso explica que decidieron abrir aquí por un amigo: «Nos dijo que no había nada por el barrio, que porqué no abríamos una pescadería y eso hicimos». El local que ocupa ahora no fue el primero, antes estuvieron en otro unos metros más arriba.

Para Alonso no es una calle muy comercia: «La recomendaría para abrir un negocio pero depende del negocio, porque no es una calle de paso, funciona por las mañanas por el centro de salud y los colegios».

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