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j. c. a.
Lunes, 12 de octubre 2020, 01:16
El pasado sábado, cerca de las 2 y media de la madrugada, una joven de 23 años se precipitó al vacío desde un tercer piso del edificio número 11 de la calle Foncalada. Al parecer, estaba celebrando una fiesta junto con sus amigos ... en el inmueble y, tras tropezarse en el cuarto de baño, no pudo hacer nada por mantener el equilibio y cayó por la ventana a un patio interior.
Ayer, vecinos del concurrido y céntrico edificio explicaron que «las ventanas de los baños son muy bajas, casi hasta el suelo, cualquiera que no las conozca puede tropezarse y caer». Sin salir de su asombro ante lo ocurrido, las primeras versiones del suceso hablaban de que la joven pudo haberse caído desde el vano de la cocina. «Desde la cocina es imposible caerse si no haces algo raro. Hay que subirse al alféizar», indicaron otros residentes en el edificio, todavía consternados por el suceso.
La joven, tras ser socorrida por Emergencias, fue trasladada en UVI móvil hasta el HUCA donde ingresó con pronóstico grave. Presentaba lesiones en la cara y la cadera. Fuentes sanitarias indicaron que no se teme por su vida.
Ante lo extraño del suceso, no obstante, la Policía investiga las circunstancias en las que se produjo el accidente. Testigos de lo ocurrido indicaron a los agentes cómo «perdió el equilibrio» y se precipitó al vacío desde una altura considerable, como para haber asistido a una desgracia de mayores proporciones.
Minutos depués, según fuentes sanitarias, la joven fue atendida por el servicio de Emergencias. En el edificio ya se habían personado unidades de Policía Local y Policía Nacional, para inciar las pesquisas sobre lo acaecido en el interior de la vivienda desde la que se precipitó la víctima.
Los amigos de la herida, al darse cuenta de lo ocurrido, trataron de rescatarla y acceder al patio de luces pero equivocándose de puerta. Derribaron por error la del cuarto de basuras, que ayer permanecía desgajada del marco. No obstante, una vecina del bajo, que escuchó quejarse a la joven, les permitió pasar hasta el patio de luces para socorrerla mientras aguardaban la llegada de los servicios de Emergencias.
Una vez personados los agentes, tomaron declaración a los jóvenes y abrieron diligencias que todavía continúan abiertas. Durante la mañana de ayer se percibía actividad en el piso, en la mano derecha del edificio, donde ocurrió el suceso.
Fallos constructivos
No es la primera ocasión que, fruto de un despiste o mala fortuna, fallos constructtivos acaban por provocar accidentes incluso mortales. El último de estas características ocurrió en la calle Matemátrico Pedrayes en marzo de 2018 cuando una anciana falleció tras caer desde una altura de ocho pisos por el hueco de ventilación de los baños interiores del número 11.
En aquella ocasión, pasadas las nueve de la mañana, la anciana subió junto a su marido al trastero de la vivienda, Al intentar recoger unos tablones que había en el suelo perdió el equilibrio y cayó al conducto de ventilación, por el que se precipitó en un primer momento un solo piso. Pudo sujetarse a las tuberías de agua caliente frenando la caída, mientras su marido fue en busca de ayuda. Los Bomberos hicieron todo posible para salvarla pero, fruto de los impactos y de las quemaduras que sufrió por contacto con las tuberías de agua caliente a las que se asía, acabó falleciendo en el HUCA.
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