Una de las galerías del Calatrava P. L.

«Venimos a ver el desastre, es un escenario de película de zombis»

Clientes del Calatrava comentan sus impresiones acerca del cierre del centro comercial

J. C. A.

OVIEDO.

Domingo, 31 de marzo 2019, 03:29

«He venido a ver el desastre, solo están abiertos un par de comercios y los restaurantes», explicaba ayer, gráficamente, María Luisa del Llano, clienta habitual del centro comercial Modoo, que quiso comprobar in situ que era cierto: que el Calatrava cierra apenas once años después de su puesta de largo. «Soy vecina de Valentín Masip, una zona con comercios, pero donde antes había muchos cines y ya no queda ninguno. Estaría bien que aquí pusieran unos porque se echan de menos», añadió acerca de la posibilidad de que la nueva gestora, Estabona Management, contemple, la instalacion de salas de cine en un lugar que Del Llano, sin embargo, advirtió complicado. «Dicho lo anterior, esto está a desamano, me gustaba el Tartiere aquí y no en La Ería, que es donde lo podrían haber construido».

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El sentir de los clientes que se acercaron ayer al centro comercial del Calatrava era similar. Perplejos por «la repercusión que tiene para Oviedo», como explico José Luis Pereira que calificó el cierre como una «faena». «Somos de Gijón y estábamos acostumbrados a venir a Oviedo y aparcar aquí y venir a Primark. Es un fastidio», añadió.

Las tres tiendas que permanecían abiertas -Women's Secret, Springfield y la del Real Oviedo- junto con los dos restaurantes, Burger King y Telepizza, contrastaban con un espacio que Francisco Álvarez calificó como «escenario de película de zombis». «Lo veníamos comentando, estaba escrito y opinamos lo que opina todo el mundo: 'a ver qué va a pasar ahora', porque no tiene buena pinta», indicó.

Adrián Díaz y Ainoa Montero también pasaron por el Modoo a última hora a provechando que en el Palacio de Congresos se celebra una feria de antiguedades. «Es normal, estaba vacío. No solíamos venir mucho», resumieron.

En las tiendas todavía abiertas, los dependientes aprovechaban para poner en orden el stock antes de cerrar. «Para ser el último día no creas, viene gente preguntando por si hay alguna rebaja o saldo pero no», explicaron desde Springfield.

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«Es normal que Burger King y Telepizza quieran pelear por sus trabajadores. Son franquicias, no como nosotros que deciden desde la casa», destacó una trabajadora. «Se entiende perfectamente que las cadenas cerremos como todo el mundo. Nadie quiere estar en un sitio vacío», añadió. En una de las galerías laterales, la luz de dos solitarios caballitos de feria todavía conectados completaba el cuadro. «Les atenderemos en otras de nuestras tiendas de la ciudad», rezaban los carteles.

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