«Los vecinos del barrio hacen vida sin salir de él»

En el número 2 de la calle San Lázaro, con vistas a la rotonda que separa Muñoz Degraín con la Ronda Sur, hace apenas dos semanas abrió el negocio más nuevo del barrio, Casa Luchy. En el local donde durante muchos años estuvo La Manzana, ahora trasladada a Gascona, y el Positano, dos locales hosteleros referentes para los vecinos de San Lázaro, fue el escogido por Francisco Javier García, dueño de una peluquería en el barrio, para abrir una nueva cafetería y restaurante.

«Me parece que es el lugar perfecto para abrir un negocio de hostelería, qué mejor que en el barrio de San Lázaro», asegura García, quien a pesar de no haber nacido en la zona ya lleva veinticuatro años siendo un vecino más. El barrio, al contar con más de dos mil vecinos, es para el dueño de la cafetería «una especie de pueblo en plena ciudad». La cercanía de sus gentes y «que los vecinos hacen vida sin salir de él» le da el encanto necesario para querer seguir apostando por abrir nuevos comercios en San Lázaro.

Francisco Javier García y Luchy Ramírez, su pareja, abrieron este negocio en su barrio, que perciben «algo parado» pero que «poco a poco sigue cambiando con los años». Una zona por la que a diario pasan «miles de coches» por tener salida directa a la autopista y el único trayecto de subida al cementerio de El Salvador. «Pasa muchísima gente por aquí», aseguran sus dueños. Una afirmación que se puede corroborar con la gente que llena las mesas del local.

Ambos resaltan «las nuevas edificaciones que hay en la zona y todos los servicios que ofrece el barrio», como los pilares sobre los que se levanta el futuro de San Lázaro. Y en ese futuro, ven la necesidad de «construir esas dos ansiadas torres, que decían que contarían además con un supermercado en su planta baja» para realizar un lavado de cara de una zona que «siempre ha estado lleno de prejuicios».