El vecino de La Carisa, tras quedar en libertad. RTPA
Oviedo

Un vecino de La Carisa acoge en su casa al hombre que vivió con el cadáver de su madre

Tras quedar en libertad con cargos se presentó en el Cano Mata, pero al no tener sitio se fue y ha encontrado cobijo en su mismo edificio

Viernes, 14 de marzo 2025

«Es una persona libre, ya le dije que los Servicios Sociales están para ayudarle». Rubén Díaz Roces, el letrado de turno de oficio que corresponde a José, el vecino de La Carisa, en Oviedo, detenido el pasado libre tras hallar en su vivienda el cuerpo momificado de su madre, 'Tina', explicó a este diario que tratará de «ayudarle en los jurídico y en lo humano».

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En lo jurídico porque la juez de Instrucción número 3, Begoña Fernández, le ha abierto diligencias por los delitos de homicidio –aún por determinar si es doloso o culposo–, maltrato animal –en el piso había once perros en unas condiciones higiénico sanitarias pésimas y tres gatos– y contra la Seguridad Social –al estar, presuntamente, cobrando la pesión de su madre, fallecida «hace años», según la autopsia–.

En libertad con cargos, deberá presentarse dos veces al mes en el juzgado; pero, este jueves en una gélida mañana, se fue de los juzgados en camisa corta y sin apenas dinero. «Si no han demostrado nada, ¿por qué cojones tengo que pagar? Me han quitado el móvil, no me dejan entrar en mi casa y no me dan acceso a mi cuenta bancaria, el dinero no me lo dan, ¿qué piensan que voy a hacer?, ¿vivir en la calle?», declaró a la RTPA.

Búsqueda policial

Los Servicios Sociales municipales están preparados para ofrecer alojamiento, vestimenta y comida a las personas afectadas por este, en otros, tipo de situaciones. José acudió, pues, al Albergue Cano Mata, pero no había disponibilidad de cama; así que optó por no esperar a que unos agentes de la Policía Local le acompañaran a las oficinas de Servicios Sociales para buscarle otro lugar.

Se fue sin dejar rastro y la Policía estuvo buscándolo. Finalmente, José halló cobijo en el edificio número 2 de la calle Luis Rodríguez Pire, de La Carisa –donde residía con su madre desde hace treinta años–. Su piso, el segundo B, sigue cerrado por orden judicial.

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