Urbanismo expedienta a Santa Bárbara por obras sin licencia en la fábrica de Trubia

En concreto, los técnicos municipales creen que la empresa debería haber solicitado licencia para las obras de adecuación de varias naves. Entre ellas, las de montajes y tratamientos superficiales, pero también para los trabajos en la nave de armamento Dardo, AMI y varias instalaciones técnicas comunes de aire comprimido, baja tensión o climatización. Los expedientes administrativos, a veces, son difíciles de entender. Santa Bárbara acometió estos trabajos en 2012, hace siete años, dentro del proceso de fusión de sus dos centros de producción en Oviedo que supuso el cierre de la fábrica de La Vega.

En abril de aquel año, la empresa anunció su intención de integrar ambas factorías, La Vega y Trubia, en esta última con el objetivo de ahorrar 2,4 millones de euros anuales garantizando, al menos en el corto plazo, el mantenimiento de los 640 puestos de trabajo. En agosto, General Dynamics trasladó la mayor parte de la maquinaria. Para ello la empresa tuvo que realizar durante todo el verano trabajos de adecuación en los talleres de cohetes, dardo, montajes y oficinas. Lo hizo comunicando al Ayuntamiento su inicio y dándole traslado de los proyectos técnicos y de la documentación relacionada con las obras de la intervención.

Los técnicos municipales sostienen que la empresa debió solicitar licencia para los trabajos; a lo que Santa Bárbara Sistemas alega que, en virtud del acuerdo del Consejo de Ministros de 30 de marzo de 2001, aunque la titularidad de las dos factorías es del Ministerio de Defensa la responsabilidad de su explotación es de la propia empresa, como adquisidor del cien por cien del capital de la, hasta entonces, empresa pública Santa Bárbara. La empresa, en su escrito de alegaciones, protesta que, en cualquier caso, el supuesto incumplimiento del deber de solicitar la preceptiva licencia estaría prescrito. Sostiene, también, que hay contradicción en los informes municipales porque primero se les requiere licencia pero también otras cosas.

En lo último tienen razón, pero es el Ayuntamiento el que ha creado el precedente 'ad hoc'. Para poder atender las urgencias del Real Oviedo en cambiar el césped del Tartiere, el equipo de gobierno autorizó al inquilino de una instalación pública –el Real Oviedo con el campo, como lo es Santa Bárbara con la factoría trubieca– hacer directamente las obras. Un informe del secretario, a instancias del PSOE, acabó por señalar que no se había seguido el procedimiento correcto para cambiar el terreno de juego.

Con una medida ambigüedad, el habilitado daba como opción válida pedir y obtener licencia o tramitar un expediente urbanístico con las mismas garantías y requerimientos. Aplicando la misma doctrina improvisada para regularizar las obras del Real Oviedo en el Carlos Tartiere, la autorización de obras que cursó Santa Bárbara en 2012 ya no es suficiente.

El caso ilustra los problemas de la sección de Licencias. Que un expediente por unas obras acometidas en 2012 siga dando vueltas por el Ayuntamiento y enredándose es un signo de la situación que consume al servicio, atascado desde hace más de una década y con recurrentes anuncios de próximas soluciones que, hasta ahora, no han pasado del sistema de cita previa iniciada el pasado mandato y la implantación de la declaración responsable para las obras menores. Fuentes de la Concejalía de Urbanismo, explicaron ayer que la empresa ha alegado a la propuesta de resolución del expediente y que los técnicos están estudiando estos días sus argumentos.