JUAN CARLOS ABAD
OVIEDO.
Jueves, 5 de marzo 2020, 00:58
La Universidad de Oviedo puso ayer la primera piedra de lo que puede llegar a ser el futuro campus de El Cristo al anunciar que lo que ahora es una losa de hormigón de 5.000 metros cuadrados sin uso aparente se convertirá, a lo ... largo de este año, en un nuevo espacio ganado para la comunidad universitaria.
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El rector de la institución académica, Santiago García Granda; la vicerrectora de Recursos Materiales, Marta Hernando; el director de Infraestructuras, Alfonso Lozano; y los arquitectos responsables del proyecto, Diego Cabezudo y Alberto Losa presentaron ayer el rediseño de la cubierta del aparcamiento del edificio Severo Ochoa que contará, tras la obra, con una zona de esparcimiento, canchas deportivas, zonas verdes y un edificio que hará las veces de 'Casa del Estudiante', gestionado por los propios alumnos de la Universidad.
El rector explicó que, de esta manera, se ganan espacios para los estudiantes y el resto del personal de la Universidad. «Es interesante desde el punto de vista de los estudiantes porque van a tener una oficina propia ahí, que va a estar gestionada por ellos». «Creo que ese entorno de facultades se va a beneficiar y, a largo plazo, este proyecto es parte -del que tenemos para- completar el campus de El Cristo con las facultades dispersas por Oviedo; es parte de ese objetivo de -construir- un campus más habitable con ágoras en las que se puedan reunir servicios», abundó García Granda.
Con el proyecto en la mano fruto de un concurso de ideas, queda la parte administrativa para licitar y adjudicar la obra cuyo coste de ejecución se elevará a 500.000 euros más IVA. La vicerrectora de Recursos Materiales no dio plazo concreto, ni si la Universidad necesitará permiso del servicio de Licencias municipal, pero esperó que se pueda cubrir el trámite en «cuatro o cinco meses» para poder comenzar la actuación en verano.
El proyecto plantea un nuevo acceso al solar por la calle Valentín Andrés Álvarez (desde la facultad de Derecho) que, según la Universidad, «mejorará la conectividad de la zona». Asimismo, están garantizados estándares de accesibilidad universal para personas con movilidad reducida.
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A grandes rasgos, tras la urbanización del espacio, se dotará a la parcela de un pequeño edificio para la construcción de 'la Casa del Estudiante' rematando el proyecto con «una gran marquesina de forma curva que proporcionará zonas de sombra y protección contra la lluvia».
Las nuevas estructuras se colocarán sin perforar la losa de hormigón actual y estarán equipadas con un sistema de iluminación mediante balizas y farolas provistas de equipos LED, que se activarán gracias a sensores crepusculares. Asimismo, las zonas de estancia contarán con tarima de madera sintética de exterior fabricadas con materiales reciclados. El desagüe de la plaza se seguirá efectuando a través de las canaletas existentes.
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El arquitecto responsable del diseño, Diego Cabezudo, afirmó que la iniciativa de la Universidad de buscar usos para la zona central de un campus a potenciar fue un «acierto». Se trataba, en definitiva, explicó, de llenar de contenido a un aparcamiento cuya cubierta, a nivel, está en desuso desde su construcción.
«Hemos pensado que el mejor uso era procurar un centro de reunión como el germen del campus alrededor del cual se desarrollara la vida al aire libre», apuntó Cabezudo. Así, «se planteó una gran marquesina para significar el espacio y sobre todo para dar sombra y cobertura», explicó sobre la zona techada propia de la arquitectura de exterior asturiana.
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«El centro de esta actuación es un pequeño edificio que se va a destinar a sala de estudio, sala de lectura y que también tendrá sistemas de 'vending'», añadió. En cuanto a la zona al aire libre, el arquitecto repasó las diferentes zonas ajardinadas y estancias de madera que dotarán al entorno «un ambiente paisajístico más agradable» evidenciando que el problema con el que toparon era el sustrato sobre el que edificar. «Las sobrecargas de uso del forjado techo de la planta sótano no admiten más que unas pequeñas alturas de tierra, no podemos plantar arbolado significativo». El espacio contará también con media cancha de baloncesto con el objetivo de «hacer un sitio atractivo para que la gente lo colonice».
De un proyecto inminente a otro a medio plazo también para el edificio Severo Ochoa en el que se encuentran los servicios científico-técnicos e informáticos de la Universidad. Según avanzó el rector el vicerrectorado de Recursos Materiales estudia instalar una fachada fotovoltaica en la cara sur del inmueble para paliar varios de los problemas de aislamiento que presenta y, al mismo tiempo, ahondar en la promesa de dar un «giro sostenible» al campus.
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«En el edificio Severo Ochoa hay un problema con la insolación excesiva que recibe la fachada sur, hasta el punto de que los sistemas de clima no son suficientes para mantener condiciones de confort adecuadas en el recinto», indicó Lozano. «Puesto que es necesario oscurecer los vidrios, desde el vicerrectorado se pensó en aprovechar para generar energía a la vez», indicó advirtiendo que la Universidad también está valorando la instalación de estas fachadas en otras facultades del campus como podrían ser la sur de Economía y Empresa y también en Químicas.
«El estudio está en marcha, esperamos que con el paso del tiempo se puedan llevar a cabo de forma progresiva», indicó el responsable de Infraestructuras de la entidad académica. «Ambas iniciativas se alinean en los ejes estratégicos de la Universidad: la apertura de espacios y la sostenibilidad», finalizó el rector.
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