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GONZALO DÍAZ-RUBIN
Lunes, 8 de junio 2020, 01:05
La Sociedad General de Ferrocarriles Vasco Asturiana comenzó a explotar en 1904 la concesión entre Oviedo y Pravia y dos años más tarde sumó la conexión con Fuso de la Reina para conectar con la red que bajaba carbón de Ujo y Figaredo y ... más tarde desde Collanzo a la boca del Nalón. Ya nada es así. En 1974, la red se integró en Feve y ya en democracia, Antonio Masip, siendo alcalde, autorizó el derribo de la estación de la calle Jovellanos. Quedó el nombre para un aparcamiento y una playa de vías con un apeadero, que desaparecieron en 1999, cuando Cinturón Verde culminó la variante ferroviaria, eliminó las vías y transformó el recorrido hasta Fuso de la Reina en una senda verde, que de tan nueva los ovetenses motejaron en mayúsculas.
No todas las vías desaparecieron. En Fuso aún están a la vista los raíles y un poco más allá el túnel del enlace, excavado en la roca y, aún un poco más allá, el último tren del Vasco Asturiano. Tres vagones de un convoy descalzados del carril que llevan tres décadas abandonados y esperando un desguace que no llega. Los vagones están cubiertos de pintadas, han perdido elementos, cristales, revestimientos y puertas fruto del vandalismo y el abandono, pero aún conservan parte de las butacas e incluso los restos de las pantallas que anunciaban una próxima parada que a la que no llegará nunca.
El convoy abandonado ha llamado la atención no solo de grafiteros y curiosos, sino también de fotógrafos aficionados y profesionales. En redes sociales hay reportajes enteros que aprovechan el verde del valle del Nalón y la luz que se cuela por las ventanas del último tren del Vasco Asturiano.
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